Abarrotada de gente, familias enteras, niños y grandes acudieron ayer a la inauguración de la nueva capilla en Hostal del Sol, ubicada en las calles 20 de Noviembre y Alvarez Condarco, en el corazón de un barrio que nació muy cerca del autódromo municipal y se pobló rápidamente. Hoy viven allí cerca de 800 familias, en su mayoría jóvenes.
La capilla tiene líneas simples, está ubicada en un amplio terreno y se llama San Juan Pablo II. Se trata del primer templo católico de Hostal del Sol. El mismo surgió por iniciativa de los vecinos, que juntaron los fondos para construirlo en un predio donado por el arzobispado de Rosario. Ayer se celebró la primera misa.
El constructor designado fue Eduardo Gibbons, y la arquitecta Mercedes Cunha Ferré, aunque fue un trabajo colaborativo de todos los vecinos y aledaños.
La capilla cuenta con una nave principal y techo a dos aguas, de líneas simples y puras en armonía con la naturaleza”, describió la arquitecta. “La superficie es de 300 metros cuadrados, cuenta con un atrio techado y una expansión al aire libre”, continuó Cunha y agregó que se pensó situarla con terreno alrededor, para que permita hacer ceremonias al aire libre, y para que puedan jugar los chicos, ya que la zona está poblada mayoritariamente por familias con niños pequeños.
La profesional también subrayó que el templo se erigió con los aportes de toda la comunidad, que trabajó fuertemente con actividades para juntar los fondos y además hubo personas que hicieron donaciones para concretar la construcción.
La nueva capilla luce en el interior las imágenes de Juan Pablo II, la Madre Teresa de Calcuta, la Virgen María y San José. Depende de la parroquia Cristo Rey de Fisherton, a cargo del padre Luis Ortega. En la ceremonia de ayer, el arzobispo Eduardo Martín se mostró más que contento. Contó que en las zonas hacia donde se ha expandido la ciudad, como es el caso de Hostal del Sol, y también Roldán, se están inaugurando capillas. “Esto surge por el deseo de la gente, porque primero está la comunidad y luego llega el templo, sino el edificio solo no sirve”, apuntó.
En la ceremonia el prelado pidió por la paz y que los cristianos sean “misioneros e instrumentos de la paz a través de las actitudes de respeto, de amor y de cuidado del otro, especialmente en esta ciudad asolada por la violencia y la inseguridad”.