El padre Robert volvió a convocar a una multitud en su carismática misa de sanación que ofició este viernes en la iglesia del Colegio Boneo (Gorriti al 600). Desde temprano, los fieles se acercaron al templo de barrio Refinería y volvieron a plasmar una postal de fe y gratitud que cobra cada día más notoriedad.
Robert, tal cual lo llaman todos los fieles, es en realidad el sacerdote Roberto Bigolín Giuliano, quien nació en Arequito y actualmente es el cura párroco de Arteaga, localidad situada a 113 kilómetros de Rosario. Y desde hace 13 años celebra misas de sanación todos los segundos viernes de cada mes en la Iglesia San Juan Evangelista Boneo.
Según le contó hace unos días a La Capital, su vocación religiosa llegó a través de su abuela materna, que le transmitió su amor por la Virgen. Ingresó a una congregación religiosa católica a los 24 años en la zona sur. Estudió filosofía en el seminario local y de teología en Roma y se ordenó sacerdote en 2008. Desde 2015 integra la arquidiócesis de Rosario. Pero ya en 2010 empezó a celebrar misas de sanación en Avellaneda (Buenos Aires). "Dios me atrajo para luego manifestarme todo lo que tenía preparado para darme y por ende que yo le dé luego a la gente. El don que me regaló Dios lo fui descubriendo con el correr de las misas de sanación", aseguró.
Este viernes, en el templo de barrio Refinería no cabía un alfiler. Los fieles habían llegado desde temprano para participar de la misa y entre ellos se vio a muchos de localidades cercanas como San Nicolás, Pergamino, Zavalla, Pueblo Esther y, por supuesto, de los distintos barrios rosarinos.
Detrás de cada uno de ellos había una historia: enfermedad, adicciones, soledad, búsqueda de un embarazo. Todos depositaban en el carismático sacerdote sus esperanzas y Robert generaba un halo de paz y serenidad que se percibía con fuerza en el templo.
<< Leer más: Robert, el cura sanador que es furor por sus misas carismáticas en la zona norte
Cuando se le pregunta si es un cura carismático señala que "carismas tenemos todos, depende de si los queremos recibir o cómo lo recibimos y administramos o explotamos. A esos carismas que Dios te da se suma tu propia vida y capacidades, que en mi caso estoy convencido que hay fecundidad en mi ministerio y llegada a la gente, porque no me toco vivir una vida fácil sobre todo en mi niñez y adolescencia. Pero cuando el dolor es amasado en la fe siempre hay salida, sanación y superación. Me considero un sacerdote carismático con un don especial que Jesús me regaló", remarcó.
Testimonios
Los testimonios de una presunta sanación a través de la intermediación del padre Robert son un reflejo de la popularidad que el sacerdote adquirió en estos 13 años de presencia en la parroquia de Gorriti al 600.
Los feligreses le escriben a sus redes sociales para agradecerle y dar testimonio. Tal es el caso de Angela, una rosarina cuyo testimonio posteó el propio sacerdote hace unos días. "Estuve muy enferma, con refuerzo de quimioterapia. Dios nunca me abandonó", destacó y dijo que una amiga que es parte del grupo de oración de Santa Agripina la convocó a una misa de sanación del cura nacido en Arequito. "Allí lo conocí, me dio una bendición y fui mejorando. En el momento sentí algo muy especial en mi cuerpo que no puedo explicar con palabras. Por intermedio de Robert estoy bien, tengan fe", destacó.
<< Leer más: Qué dicen del padre Robert los devotos que van a verlo a sus carismáticas misas
En noviembre pasado, Sandra M. también subió su relato a las redes del sacerdote. Contó que en un chequeo de rutina le hallaron un quiste en un riñón que requería control médico periódico. Previamente a la experiencia con Robert había asistido a otras misas de líderes carismáticos, "pero en ninguna había logrado ese descanso en el espíritu". Luego narró la vivencia en la imposición de manos. "Una inmensa sensación de paz, de liviandad. El Señor me había dado muestras de que está presente y cuida de nosotros". A posteriori, contó que el quiste ya no estaba.
En medio de una coyuntura donde irrumpieron figuras del catolicismo como Leda, el padre Robert admitió que no la conoce personalmente pero señala que la mujer, “con el don que recibió de Jesús, bendice a la gente que acude a sus oraciones. Distintos carismas dentro de la misma iglesia y eso enriquece", apuntó.
Así las cosas, Robert volvió a plasmar este viernes una masiva manifestación de fe, en tiempos donde muchos se aferran a ella para afrontar contextos sociales y económicos muy difíciles.