La Rosario de fines del siglo XIX estaba en plena transformación. Las revoluciones radicales de 1893 y 1895 habían dejado sus secuelas políticas en la ciudad y los 90 mil habitantes que tenía en 1896 difícilmente supondrían su proyección poblacional, tanto que en 15 años años esa cifra llegó a 200 mil habitantes, y su crecimiento comercial e industrial. Impulsada por su posición estratégica, el aluvión migratorio y el progreso como Norte, Rosario tenía un futuro promisorio, y algunos males que acompañan siempre los procesos de modernización.
Entre los males que la aquejaban estaban las enfermedades contagiosas, que se propagaban por el hacinamiento y la ignorancia, la pobreza, y la usura, como consecuencia, entre otras causas, del juego clandestino.
Así habían proliferado casas de empeño o de préstamos prendarios privados que hacían frondosos negocios, hasta que el poder público municipal intentó controlarlos con poco éxito.
El 11 de diciembre de 1893 Floduardo Grandoli, hijos de dos antiguas familias de la ciudad, asumió la intendencia de Rosario y atacó de lleno el problema de la usura. Elevó a la consideración de la Comisión Municipal, que hacía las veces de Concejo Deliberante, la propuesta de crear un montepío público.
En sus considerandos, el intendente da cuenta de la situación: por un lado, las casas de préstamo que “no son otra cosa que centros de usura” y “guarida segura de artículos robados”, y por el otro, quien procura sus servicios, está “aguijoneado por la necesidad”, y muchas veces “para satisfacer los apremios del hambre”.
Así, por ordenanza municipal, 1º de febrero de 1895 fue creada la Carta Orgánica del Banco Municipal de Préstamos y Caja de Ahorros que abrió sus puertas el mismo día pero un año después, en 1896, con instalaciones en San Juan 755/63. La casa fue alquilada a Juan Cafferata en un área de gran desarrollo comercial.
El proyecto tuvo sus detractores entre concejales y el propio presidente del órgano legislativo, Gregorio Machain, la prensa local y el representante de los acreedores extranjeros. Fue el concejal Eudoro Díaz quien defendió el proyecto en la Comisión.
Según destaca Juan Álvarez, en su "Historia de Rosario", la creación del Banco Municipal constituyó un "certero golpe de muerte a los usureros que lucraban escandalosamente con el contrato de prenda".
Fue el intendente Alberto J. Paz, que había asumido el poder local el 19 de febrero de 1895, quien designó al primer directorio y presidió la apertura de la entidad. Ese primer día se abrieron cuatro cajas de ahorro y se otorgaron cinco préstamos prendarios.
Otras casas
En 1899 el banco se traslada a otra casa arrendada, esta vez a Héctor Castagnino, en San Martín 1176/82. En 1903 se decide la compra un terreno céntrico y en 1905 se escritura la de Sarmiento 1350 para la construcción del primer edificio propio del banco. Allí se trasladará el 31 de marzo de 1909, constituyendo un "hito insoslayable" para la ciudad. Dicho edificio será ampliado y remodelado en 1918, 1928 y 1943, y más tarde, en 1981, funcionará ahí mismo el Comando del II Cuerpo de Ejército. Hoy está desocupado.
Los primeros años fueron de gran impulso y en 1912 la entidad ya recibía depósitos en caja de ahorro, cuentas corrientes y plazos fijos.
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Ejemplares originales de las Cartas Orgánicas de 1934 y 1940 del banco se preservan en el Archivo del Diario La Capital.
Diario La Capital / Sebastián Suárez Meccia
El 14 de mayo de 1940, por ordenanza nº 31, el intendente Alberto Baraldi dispone su cambio de denominación por el vigente y pasa a llamarse Banco Municipal de Rosario.
Para su cincuentenario el banco tiene su casa central en calle Sarmiento y dos sucursales. Una estaba en el Mercado El Porvenir de Refinería que se trasladaría a Salta 3041 primero y a un predio propio en Salta 2760 después. Y otra en barrio Echesortu en Mendoza 3987.
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El edificio de San Martín 730 en construcción en enero de 1986, que será inaugurado el 21 de noviembre.
Archivo Diario La Capital
La expansión de la cartera de clientes y de las operaciones que incluyeron tanto a los sectores populares como a los comercios e industrias de la ciudad, y a su rama de comercio exterior, hizo que el banco necesitase de una sede moderna y actualizada a los nuevos tiempos. Como efecto de su estatura institucional, el 21 de noviembre de 1986 el Banco Municipal inaugura su actual edificio o casa central de San Martín 730.
Hoy el Banco Municipal de Rosario es una entidad autárquica y agente financiero de la Municipalidad de Rosario, tiene 14 sucursales en las ciudades de Rosario, Santa Fe y San Lorenzo, y un centenar de cajeros automáticos en ocho localidades de la provincia. Hoy el directorio del Banco Municipal de Rosario está integrado por Sebastián Azerrad, Patricia Cosgrove, Adrián Giacchino y José Barraza. La gerenta general, en tanto, es Ana María Bonopaladino.
Con orgullo para todos los rosarinos, el Banco Municipal de Rosario es hoy la única entidad bancaria pública de la provincia de Santa Fe y el único banco municipal de la Argentina.
La celebración
La institución tiene previsto iniciar su año de celebración por su 125º aniversario este lunes en el Monumento a la Bandera donde las autoridades políticas y del banco participarán del izamiento de la enseña patria. Más tarde, en el auditorio de la entidad se llevará a cabo un acto de reconocimiento a los empleados más antiguos y a los ex presidentes del banco desde la democracia. El encuentro tendrá un estricto protocolo Covid y será transmitido vía streaming por el canal de Youtube del Banco Municipal. Luego habrá un conversatorio interno con las autoridades, delegados gremiales y los empleados.
En el marco de los festejos también se diseñó una marca especial, efímera, conmemorativa de los 125 años y el cambio ya se puede ver en el jardín vertical del edificio de la casa central en la peatonal San Martín. El logo será utilizado para toda la comunicación institucional durante este año.
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El jardín vertical de la casa central muestra el isotipo creado para el aniversario del banco.
Diario La Capital / Sebastián Suárez Meccia
Además, el banco tiene pensado ofrecer productos específicos para clientes como líneas de crédito para empresas a buenas tasas, junto a otros beneficios, así como convocar a personalidades de la ciudad para formar un Consejo tendiente a aportar ideas al banco.
En consonancia con la problemática medioambiental, el banco presentará en sociedad los paneles solares instalados en la terraza del auditorio que fueron conectados a la red eléctrica en enero y que hoy generan la misma energía que necesita el edificio de la casa central para su funcionamiento.
Finalmente, durante el año, el banco hará intervenciones en la ciudad con el objetivo de sumar valor agregado a los barrios en los cuales hoy tiene presencia, con actividades como la reparación o construcción de mobiliario urbano.