La llegada de mascotas a la vida de una persona es un acontecimiento bisagra. El compañerismo y la complicidad que se pueden llegar a lograr con un animal son tales que cada vez gana más aceptación integrarlos como un miembro más en las familias. Sin embargo, el difícil contexto económico hace que muchos tengan que hacer más de una cuenta para que no les falta nada y, en ese marco, muchos toman decisiones complicadas como buscarle una familia adoptiva que sí pueda mantenerlos. Entre alimentos y atención veterinaria hay buena cantidad de gastos y hay refugios que reciben pedidos de ayuda a diario. En lo que va del año, el municipio ya atendió a la mitad de la cantidad total de animales que recibió el año pasado.
Al momento de decidir tener una mascota, en primer lugar se piensa con el corazón. La compañía y el cariño que se logran con un animal son casi inigualables, y siempre se busca que tengan todo para vivir lo mejor posible. Alimentos y salud son las bases de ese bienestar, y dentro del segundo grupo están las vacunas, los tratamientos contra pulgas y garrapatas y los antiparasitarios.
El aumento en comida y en gastos básicos para cubrir las necesidades de los animales originó un problema donde no lo había: optar si se sigue manteniendo a la mascota o darla a un lugar que pueda hacer frente a esos costos.
Refugio colmado
“Es terrible el abandono que hay. A la página viven escribiendo, pidiendo ingresar animales al refugio por no tener para el veterinario o para alimentos, o que se tienen que mudar a un lugar más chico”, cuenta a La Capital Analía, una de las 12 colaboradoras de “Amigos de los perritos de Graciela”.
“Los gracielitos”, como se los conoce en redes, son todos perros. Actualmente hay unos 60 a la espera de conseguir familia, aunque las solicitudes para ingresar nuevos animales se repiten todas las semanas: “Lamentablemente tenemos que decir que no porque todo lo mantenemos a pulmón, haciendo ferias, rifas y poniendo dinero de nuestros bolsillos. Es terrible y muy triste lo que se está viviendo”.
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Graciela dedica su vida a mantener a perros abandonados en su refugio, por lo que a los animales se los conoce como "los gracielitos".
Foto: Celina Mutti Lovera / La Capital
“Nos ocupamos de los traslados al veterinario, las compras, conseguir alimentos, organizar las ferias y rifas y hasta manejar las redes”, detalla Analía, y agrega que dos colaboradoras se dedican a la atención de todos los perros, entre los que hay diez que son discapacitados.
Costos para mantener una mascota
La decisión de sumar una compañía animal es por demás reconfortante y el día a día sólo tiende a mejorar, pero también conlleva una responsabilidad ya que hay que hacerse cargo de su alimentación y los cuidados básicos de la salud.
Al precio actual, un plan completo de vacunas cuesta unos 25 mil pesos, a lo que hay que sumar, cada cuatro meses, una desparasitación que ronda entre 10000 y 15000 pesos.
El veterinario Jorge Derva sumó que la cantidad de pulgas o garrapatas que haya en la zona donde vivirá el animal dependerá de la frecuencia con la que se deba sumar una pipeta o pastilla: “Los precios van de los 5 mil a los 20 mil pesos y la aplicación puede ser por mes o cada dos o tres meses, según la cantidad de parásitos externos que haya”.
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Los costos de vacunación anual para una mascota, a precio actual, rondan los 25 mil pesos.
Foto: Héctor Rio / La Capital
Los precios de la comida son de lo más variados. Para perros, tomando como referencia una bolsa de 10 kilos, el costo va de los 10 mil a los 60 mil pesos según edad y tamaño del animal; los gatos, por su parte, pueden consumir alrededor de 2 kilos mensuales y el costo trepa a unos 28 mil pesos promedio para conseguir un alimento que promedie calidad y precio.
Estos dos ítems son los que hacen que varias familias piensen en la última opción posible, que es dar al animal a alguien que sí pueda hacerse cargo. Sin embargo, hay un dispositivo municipal que colabora para que no lleguen a esto: el Instituto Municipal de Salud Animal (Imusa).
Ayuda estatal
El titular del Imusa, Daniel Rinaldi, explicó a La Capital que si bien ellos no tienen un mayor pedido para recibir animales, sí se mantienen estables los valores que se dieron entre 2017 y 2018, cuando se dio “una mayor intención de abandono”.
“Desde Imusa siempre desalentamos esto. Tenemos charlas de uno a uno con la persona que se acerca, donde tratamos de, en lo posible, dar una solución cuando vienen por una cuestión médica”, explicó. Y añadió que sí están viendo casos donde la Secretaría de Control y Convivencia debe intervenir en domicilios donde se dejan animales luego de que las personas se muden. Aunque en estos casos, “generalmente se consigue un (lugar de) tránsito y son menos los que ingresamos”.
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A la par del aumento en las consultas privadas a veterinarios, también se incrementó la cantidad de personas que van al Imusa a buscar atención médica para sus mascotas. Esto hizo que, además, el organismo municipal deba extender su horario de atención para cubrir la demanda.
Acariciar al gato correctamente
En lo que va del año, el Imusa ya atendió a más de la mitad de la cantidad total de casos que tuvo durante 2023.
“El año pasado tuvimos 9500 consultas y este año, hasta el 30 de abril, ya llevamos 4600. También extendimos el horario de atención hasta las 15 el año pasado, y este año tuvimos que hacerlo hasta las 17, además de ampliar los puestos descentralizados que sólo eran de esterilización. Ahora, además, cuentan con consultas clínicas”, especificó Rinaldi.
Equilibrio poblacional
La situación no se da sólo en Rosario sino en todo el país, según señalaron desde la ONG Arca Funes, que forma parte de la Red de Políticas Públicas: “La coyuntura de crisis económica sostenida que venimos viendo hace que cada vez más gente pida ayuda para poder sostener la alimentación o los tratamientos de animales”.
“Hay que destacar que en los municipios donde existe el programa de equilibrio poblacional, con castraciones suficientes, vacunación, desparasitación y educación, se genera una equivalencia entre nacimientos y disponibilidad de hogares para que sean mínimos los casos de abandono”, expresó Jorgelina Russo, presidenta de la red, en diálogo con este medio.
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Y remarca que la educación, en esa configuración, es fundamental ya que la gente no se deshace de los animales “siempre y cuando la población se pueda mantener equilibrada en relación a los nacimientos y a la disponibilidad de hogares que hay en cada ciudad, que eso sólo lo garantiza un buen sistema de equilibrio poblacional”.