Una médica cardióloga resultó herida a balazos y su padre fue asesinado de un tiro en el tórax en un intento de robo por parte de un hombre y una mujer que fingieron ser pacientes y, con turno previo, ingresaron a la casa donde funcionaba el consultorio, en el partido bonaerense de Ituzaingó, informaron ayer fuentes judiciales y policiales.
El hecho ocurrió anteayer cerca de las 17.30 en una casa situada en Honorio Pueyrredón y Gabriela Mistral, del barrio de Villa Alianza, donde atiende la médica cardióloga Sabrina Alejandra Scheffelaar, de 39 años.
Fuentes judiciales y policiales informaron a Télam que hasta allí llegó una pareja que tenía turno para ver a la profesional, motivo por el cual ésta le abrió la puerta de su consultorio.
Pero una vez adentro, uno de los integrantes de la pareja extrajo un arma y le advirtió que se trataba de un robo.
Según lo reconstruido por los investigadores, la médica comenzó a gritar y en ese momento tomó un arma de fuego para evitar que lograran ingresar a la casa, donde su padre estaba con su hija de cuatro años y su madre en otra de las habitaciones.
Los investigadores establecieron que el delincuente le arrebató a la médica el arma calibre .38 que estaba en la antesala del consultorio, tras lo cual comenzó un forcejeo entre ambos.
En medio de ese forcejeo, apareció en el lugar el padre de la médica, quien recibió un balazo.
"Habían pedido turno, querían entrar a mi casa que da al lado y le pedían las llaves y ella no quiso porque iban a matar a todos y para defendernos recibió los balazos ella", aseguró la abogada Graciela Améndola, esposa y madre de las víctimas, quien añadió: "Cuando los sacó, nos dimos cuenta que mi marido ya estaba muerto".
La cardióloga, quien no llegó a gatillar su arma, fue herida a balazos en las piernas y en un brazo, mientras que el hombre, identificado por la policía como Alejandro Oscar Scheffelaar Klotz, de 64 años, recibió un tiro en el tórax que le ocasionó la muerte.
Luego del ataque, los delincuentes escaparon con el arma que había en la vivienda, un revólver calibre .38, que estaba debidamente registrado por su propietaria.
En tanto, la médica fue trasladada de inmediato al Clínica Dávila, de Ituzaingó, y luego derivada al Hospital Posadas, desde donde ayer a la mañana fue dada de alta.
El fiscal de la causa, Marcelo Tavolaro, le tomó ayer declaración testimonial en la vivienda donde ocurrió el hecho y en la que se recuperaba de las lesiones sufridas, añadieron las fuentes.
La mujer aseguró que los delincuentes habían sacado turno previo por teléfono como si fuesen pacientes, tras lo cual cometieron el asalto.
"Ya no es seguro"
"Ya no es seguro que los médicos tengan sus consultorios en sus casas y tomen turnos previamente sin que los conozcan porque la realidad es que hoy en día es un peligro", aseguró a Télam un jefe encargado de la pesquisa.
Voceros judiciales consultados dijeron que se trabajaba en la reconstrucción del suceso y procuraba obtener imágenes de las cámaras de seguridad de la zona para identificar a los criminales, que se cree que escaparon en un auto Volkswagen Gol gris.
En la escena del hecho los peritos encontraron varias vainas calibre 9 milímetros del arma empleada por los delincuentes.
Por su parte, la esposa y madre de las víctimas trabaja como profesora del Curso de Secretariado Jurídico del Colegio Público de Abogados de Morón (CAM), el cual publicó un comunicado en el que le envió sus "más sinceras condolencias ante este hecho".