Miembros de una tribu indígena que desde hace mucho ha vivido escondido de la civilización en la zona amazónica del sureste de Perú trataron de hacer contacto con gente extraña por segunda vez desde 2011, lo que llevó a una situación tensa en una aldea junto a un río.
Los nativos, entre los que habían hombres, mujeres y niños, estaban semidesnudos, tenían cabellos largos y portaban lanzas. Es la primera vez que los mashco-piro se acercan a una comunidad pues habitualmente sólo se conoce de su existencia por las huellas y los campamentos que dejan en su camino. También es raro que lo hayan hecho para pedir víveres a lugareños.
Las autoridades no están seguras de qué provocó el encuentro de tres días, pero dicen que los mashco-piro podrían estar molestos por la tala ilegal de árboles en su territorio y por el paso de narcotraficantes. En la zona también se realizan labores de exploración en búsqueda de petróleo y gas.
Más de 100 miembros de los mashco-piro llegaron a la ribera del río Las Piedras que se ubica al otro lado de la remota comunidad de Monte Salvado, en la región Tambopata, ubicada a 153 kilómetros al noreste de la ciudad de Puerto Maldonado, capital de la región sureste de Madre de Dios, entre el 24 y el 26 junio, dijo Klaus Quicque, presidente de la Federación Nacional Nativa del río Madre de Dios y sus Afluentes.
"Han aparecido frente a la comunidad, en el puesto de control, y exigieron productos y artículos como plátanos, sogas y machetes. Los agentes han podido mantener la calma porque había mucha presión para entrar a la comunidad", afirmó Quicque.
Indicó que los pobladores de Monte Salvado temían por su seguridad y se sentían presionados, pues los mashco-piro permanecieron unos tres días cerca a la comunidad armados con flechas y arcos, e incluso llegaron a sobrepasar la centena durante una jornada.
"El poco diálogo que se pudo establecer ha permitido que dejen sus armas... En el video se puede ver que hay gente en actitud de desconfianza. Siempre están a la defensiva, pero no hubo mayores incidentes", manifestó. Según datos de Fenamad, existen entre 600 y 1.000 mashco piro, quienes habitan una de las cinco reservas territoriales para indígenas en aislamiento voluntario en Perú, ubicada en Madre de Dios.
Quicque dirigió a los indígenas nómadas a un sembradío de bananas en su lado de la vía fluvial.
El incidente en Las Piedras quedó grabado en un video tomado por uno de los supervisores, al que tuvo acceso anteayer. "Se puede ver en las imágenes que hubo muchas amenazas, la intención de cruzar. Llegaron prácticamente a la mitad del río", dijo Quicque por teléfono desde Puerto Maldonado, la capital regional.
El video muestra a mashco-piros de todas las edades y sexos, entre ellos hombres con lanzas, arcos y flechas. En una parte grabada durante un momento de tensión, un hombre se dispone a disparar con su arco. Quicque dijo que las 150 personas que viven en Monte Salvado "temieron por su vida". Y dio crédito al supervisor Rommel Ponciano por mantener la calma.
Dijo que 23 mashco-piros se presentaron el primer día, 110 el segundo y 25 el tercero. Todos se marcharon y no han regresado. "Ellos hablan una variante del yine", dijo Quicque, pero Ponciano sólo entendió dos terceras partes de las palabras.
Los mashco-piros viven según sus propias normas, que incluyen el secuestro de mujeres y niños de otras tribus.
Las leyes peruanas prohíben el contacto físico con unas 15 tribus "aisladas" del país, que se calcula tienen entre 12.000 y 15.000 miembros que viven en la selva al este de los Andes. Los sistemas inmunológicos de los indígenas son muy vulnerables a los gérmenes foráneos.