Se llama Saocom 1B, pesa tres mil kilos, tiene 4 metros de altura, y una la antena - radar de 35 metros cuadrados, tan grande como un departamento de dos ambientes. Se trata del flamante satélite argentino que el viernes 28 a las 20,20 h se pondrá en órbita desde Cabo Cañaveral, Estados Unidos (transmisión en directo por la Televisión Pública). El 1B complementa a su homónimo 1 A que ya gira por la atmósfera desde hace un año, recolectando imágenes satelitales del suelo, imprescindibles para optimizar actividades productivas y prevenir sequías e inundaciones, y otros desastres naturales.
El desarrollo de los llamados satélites de observación se inició, en la fase ingeniería, en 2007. En 2013 se apuró la construcción del modelo 1 A (se puso en órbita en 2019), y en 2015 la del 1B, que luego de unos meses de atraso por la pandemia, se pondrá a orbitar el próximo viernes.
En conversación con La Capital, el ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación, Roberto Salvarezza, detalló que a la nueva y sofisticada nave la construyeron “entre mil personas del Invap, la Comisión Nacional de Actividades Espaciales Argentinas (Conae), la contratista “Veng” y la Universidad Nacional de La Plata, entre otros 70 organismos públicos y privados”.
Junta a Japón, la Argentina se coloca en el vértice superior del mundo en materia de calidad de radares. El desarrollo de la tecnología se inició en 2005, durante el gobierno del presidente Néstor Kirchner. La aplicación más importante: observar el estado de los suelos, los porcentajes de humedad en superficie, y hasta dos metros de profundidad. Esto permite prever decisiones productivas en la producción de granos. Y también detectar posibles inundaciones o sequías y su deriva en incendios.
>>Leer más: Los satélites Arsat superan pruebas cósmicas cruciales
En el diseño del satélite intervinieron el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta – que a su vez provee de información a productores agropecuarios) y el Instituto Nacional del Agua (Ina). El Saocom podrá generar unas 225 fotos satelitales por día, mercancía que alcanza un valor de entre tres y cuatro mil dólares cada una.
La Argentina se encuentra en etapa de negociaciones para comercializar las imágenes a muchos otros países que no cuentan satélites propios. El esfuerzo total que hizo el Estado argentino para la construcción y puesta en marcha de los satélites Saocom 1A y 1B, fue de 600 millones de dólares.
Siempre según la valoración del ministro de Ciencia, “el satélite permitirá precisar los momentos de la siembra, de aplicación de los fertilizantes, todo para mejorar la productividad de la producción agrícola. También el satélite puede aplicar beneficios en prevención de riesgos, detectar sequías, anticipar incendios”.
De los 600 millones de dólares, el 80 por ciento está integrado por pymes nacionales. Que conservan su capacidad instalada. “Se trata de una inversión, que generó trabajo, y poner en marcha toda una cadena productiva”, celebró Salvarezza.
Arsat 3, el regreso
Por lo demás, Roberto Salvarezza confirmó que la Argentina retomará la construcción del nuevo satélite Arsat 3, en este caso un satélite para comunicaciones, proyecto que se originó durante el último gobierno de Cristina Kirchner, y que fue cancelado por el gobierno de Mauricio Macri. El ministro señaló que se “vuelve a poner en valor el proyecto postergado”, y que como estrategia transitoria se logró “mantener la frecuencia, de manera precaria, alquilando una chatarra de la Unión Europea”
Respecto de la utilidad del nuevo Saocom 1B para alertar sobre posibles incendios, en especial a los que se vienen produciendo en el delta medio del Río Paraná que afectan a Rosario y otras zonas, Salvarezza aseguró que habrá “una necesaria articulación, que en el gobierno anterior no se hizo. Sería impensable que la información que proveen los satélites no esté disponible en el ministerio de Ambiente, y también en las provincias. Las autoridades provinciales son las que tienen que detectar en forma temprana los posibles riesgos de incendios provocados por la seguía, ya sea sin la intervención de la mano del hombre, así como los incendios provocados cuando se aplican incendios como una técnica productiva orientada hacia la ganadería. Desde ya muy cuestionable, en especial en cercanías de grandes centros urbanos.
Finalmente, y respecto del Decreto presidencial (DNU 690) que declara servicio esencial a las comunicaciones (telefonía, internet y televisión paga), Salvarezza destacó que el gobierno estable a las comunicaciones como un “área de soberanía de la Argentina, porque apunta a resolver los problemas de conectividad que tiene la Argentina, Arsat 3 viene también a resolver eso. Desde 1949, la tecnología y el conocimiento, son derechos humanos para Naciones Unidas”, remató.