La sonda espacial europea “Rosetta” ha descubierto moléculas de oxígeno (O2) en el cometa designado 67P/Churyumov-Gerasimenko, descubierto en 1969 y apodado “Chury”, que podrían proceder de la época en que se creó el Sistema Solar, señala una investigación que publica la revista británica Nature.
Según el equipo de astrónomos liderado por André Bieler, de la Universidad de Berna, este inesperado descubrimiento pone en cuestión algunos aspectos del modelo actual de la creación de nuestro sistema.
Gracias al espectómetro Rosina de la sonda, los expertos investigaron la composición química de la nube de gas que se forma en torno a “Chury” (de unos 4 kilómetros de largo por dos de ancho) a medida que éste se aproxima al Sol.
Sorprendentemente, las moléculas de oxígeno (O2) son, con una proporción del 3,8%, el cuarto elemento que más abunda en la atmósfera del cometa, después del agua (H2O), el monóxido de carbono (CO) y el dióxido de carbono (CO2).
Hasta ahora, Rosetta había encontrado átomos de oxígeno (O) en “Chury”, pero estos se forman de manera permanente durante el vuelo del cometa, cuando la radiación ultravioleta del Sol divide las moléculas de agua que se evaporan del astro viajero.
En la atmósfera terrestre, el oxígeno atómico es muy reactivo, pero puede comportarse de manera relativamente estable en el universo.
La observación de las moléculas de oxígeno supuso una sorpresa, puesto que los cometas se consideran materia congelada de los primeros tiempos del Sistema Solar, hace unos 4.500 millones de años.
“Jamás pensamos que el oxígeno pudiera «sobrevivir» miles de millones de años sin unirse a otras sustancias”, añadió Kathrin Altweg, investigadora de la Universidad de Berna encargada del espectrómetro de masas Rosina, de la sonda Rosetta. “No es sólo que haya oxígeno, es que hay mucho oxígeno. Es el cuarto gas más común del cometa”, después del vapor de agua, el monóxido de carbono y el dióxido de carbono, explicó.
La sonda europea detectó el gas por primera vez en septiembre de 2014, poco después de ponerse en la órbita del cometa, pero se ha tardado más de un año en divulgar el descubrimiento ante el celo de los científicos por descartar errores en los instrumentos y ofrecer una interpretación sólida.
“Este es el hallazgo más sorprendente que hemos hecho hasta ahora en 67P. Cuando vimos las mediciones, al principio todos entramos en una fase de negación, porque definitivamente no esperábamos encontrar esto en un cometa”, afirmó Altwegg.
Aunque se ha encontrado oxígeno molecular en las lunas de Júpiter y Saturno, allí se forma de manera regular. Sin embargo, el cometa “Chury” ha perdido en las últimas décadas al menos 100 metros de grosor superficial, por lo que su rica concentración en oxígeno tiene que proceder de la época de su formación, argumentan los expertos.
Lo más probable es, señalan, que el oxígeno se congelara en el núcleo de los cometas muy pronto, incluso antes de la formación del Sistema Solar. “Este indicio de oxígeno como sustancia primitiva cuestionará seguramente algunos modelos teóricos sobre la formación del Sistema Solar”, sentencia Altwegg.
El grupo de Berna, que ha trabajado junto con científicos de la Universidad de Michigan (EEUU), estudió a 67P durante varios meses y comprobó que la concentración de oxígeno se mantiene constante en el tiempo en el llamado coma del cometa, la cabellera que se forma alrededor de esos cuerpos celestes cuando aumenta su temperatura.
Eso significa que el gas está presente en todo el cuerpo de 67P que va perdiendo material a medida que se acerca al Sol.
Por ese motivo, los investigadores creen que el gas debe de haber estado allí desde la formación del comenta, hace unos 4.600 millones de años, antes de que el sistema solar se formara por completo.
“La mayoría de los modelos de formación del sistema solar predicen que hubo un enorme flujo de material desde el exterior hacia el centro del sistema, hacia el joven Sol, y al mismo tiempo una salida de material al exterior. Eso habría provocado que toda la materia se mezclara durante la formación”, explicó Altwegg.
Los científicos han subrayado que el descubrimiento no implica que haya vida en los cometas, ni cambia la perspectiva sobre su papel en llevar la vida a la Tierra, pero sí que puede afectar a la búsqueda de organismos en otros sistemas solares. “Hasta ahora, la combinación de oxígeno y metano era un indicador de que podía haber vida en un exoplaneta. En el cometa tenemos ambos gases, pero no tenemos vida, así que quizás no era una firma biológica tan buena como pensábamos”, afirmó Altwegg.