Trece personas murieron en una estampida dentro de una discoteca de Lima, Perú, cuando fue allanada por la policía por violar las normas de confinamiento contra el coronavirus. Algunos testigos denunciaron que la policía lanzó gases lacrimógenos. Es la primera gran tragedia de este tipo en Latinoamérica. Es claro que la resistencia a seguir las restricciones impuestas aumenta con el paso de los meses.
El Ministerio del Interior informó que el suceso ocurrió en la discoteca Thomas en la zona norte de Lima, donde unas 120 personas se habían congregado en una fiesta la noche del sábado. Las personas trataron de escapar por la única puerta que había en el segundo piso, lo que ocasionó una estampida en el estrecho espacio del primer piso, según dijeron autoridades.
Luego de la estampida, la policía abrió la puerta a la fuerza. Videos difundidos por la prensa mostraron a varias mujeres desmayadas y echadas en las cajas de camionetas policiales.
Unas 23 personas fueron detenidas, de las cuales 15 dieron positivo al virus tras ser sometidas a pruebas rápidas o serológicas, indicó Claudio Ramírez, funcionario del Ministerio de Salud. Las autoridades obligarán a que los positivos guarden cuarentena.
“Tengo pena por los familiares, pero también cólera e indignación con los empresarios organizadores del evento”, dijo el presidente peruano Martín Vizcarra. El mandatario exhortó a la fiscalía y a los jueces que sean drásticos en la aplicación de la ley.
Ramírez comentó que la fiesta de más de un centenar ``era un caldo de cultivo para la transmisión de esta enfermedad; había una carga viral porque era un ambiente cerrado’’.
Franco Asensios, uno de los asistentes a la discoteca, relató que la policía llegó a las 9 de la noche. “Los tombos (policías) dijeron ‘bajen las mujeres’. La gente se ‘alocó’ y comenzaron a bajar, y después dijeron que se estaba asfixiando la gente de adelante’’, relató.
Varios testigos denunciaron que la policía lanzó bombas lacrimógenas y realizó disparos, pero los jefes policiales lo negaron con énfasis. La verdad sólo se sabrá luego de una pericia científica en el lugar.
No estaba claro aún quién organizó la fiesta en la discoteca y qué ha pasado con los propietarios del lugar. Alejandro Ruiz, vigilante de la calle donde funcionaba el centro de fiestas, dijo a RPP que no era la primera vez en el mes que se realizaban fiestas en la discoteca Thomas. “La bulla se escuchaba a dos cuadras’’, comentó el vigilante y añadió que cuando pasaba algún auto de la policía apagaban las luces y bajaban el volumen de la música. La discoteca luce descuidada en su exterior, con las letras rotas y caídas del nombre. Está ubicada en una calle rodeada de terrenos industriales y funciona en la segunda planta. Está conectada mediante una escalera con una única y estrecha salida hacia el primer piso. El ancho de la salida es poco mayor a un metro, de acuerdo a las autoridades y testigos.
Asensios, el asistente a la fiesta, dijo que era una fiesta donde se escuchaba cumbia y que un amigo suyo que lo llevó a la discoteca se enteró por las redes sociales.
Desde mediados de agosto los peruanos tienen prohibido reunirse, incluso en citas familiares, por el estado de emergencia que limita derechos constitucionales para evitar contagios. Las autoridades también han prohibido salir los domingos. No fue la única fiesta en que la policía intervino el fin de semana. En la ciudad norteña de Chiclayo se detuvieron a 40 personas. Hace una semana la policía detuvo a 90 personas en otra zona de Lima. Los clubes nocturnos tienen prohibido funcionar desde marzo. Perú empezó a levantar restricciones el 30 de junio, pero los casos diarios se han duplicado, a más de 9.000. Perú registra más de 27.500 muertes por coronavirus.