De fuertes opiniones políticas, Galeano fue un blanco para las dictaduras de Uruguay, Argentina y Chile, por lo que debió exiliarse en más de una ocasión, y sus libros fueron censurados durante los diferentes regímenes militares.
A su regreso a su Montevideo natal, Galeano apoyó el referéndum para revocar la ley que prohibía juzgar a quienes cometieron crímenes de lesa humanidad durante la dictadura. Además, apoyó y celebró las elecciones de Tabaré Vázquez, el presidente de izquierda durante 2005-2010.
De familia católica de clase alta
Eduardo Galeano (Eduardo Germán María Hughes Galeano de nombre completo), nació el 3 de septiembre de 1940, en la ciudad uruguaya de Montevideo. Su familia, de clase alta y religión católica, estaba formada por su padre, Eduardo Hughes Roosen, y su madre, Licia Esther Galeano Muñoz. Fue el apellido materno el que eligió como nombre artístico.
Antes de iniciarse en la escritura y el periodismo, realizó diversos trabajos durante su juventud. Fue obrero, dibujante, mecanógrafo, pintor, cajero de banco y mensajero. A los 14 años, Eduardo vendió su primera caricatura política al semanario "El Sol", del Partido Socialista del Uruguay.
Luego continuó publicando dibujos y caricaturas políticas bajo el seudónimo de "Gius" para el semanario, hasta que consiguió en 1960 su primer trabajo. A los 20 años, comenzó como jefe de redacción de Marcha, un semanario fundado por Carlos Quijano, a quien consideró su "padre periodístico".
Marcha y Época: los diarios de izquierda
Durante su período en el semanario Marcha, Galeano tuvo la oportunidad de trabajar junto a personalidades como Mario Vargas Llosa y Mario Benedetti, además de Manuel Maldonado y Adolfo Gilly, entre otros.
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Las columnas que escribía en el semanario tenían un claro tinte político que lo posicionaron dentro de los nombres que pertenecían al socialismo y a la izquierda uruguaya. Esos ideales lo llevaron a conseguir la dirección de otro periódico llamado Época.
Época era un diario independiente y ambos trabajos fueron claves para la formación de una opinión que luego se plasmaría en uno de los clásicos latinoamericanos que escribió Galeano: "Las venas abiertas de América Latina".
Galeano tuvo un gran hiato en el periodismo al cual regresó recién en 1985, y en esa ocasión, junto a periodistas y escritores que habían pertenecido al semanario Marcha, fundó Brecha, un semanario político de Uruguay.
Su paso por París
Con la idea de formarse profesionalmente en el periodismo, Eduardo Galeano partió rumbo a la capital francesa. Por aquel entonces, las opiniones de Galeano no sólo tenían una clara postura dentro de las ideologías de izquierda sino que además habían comenzado a circular más allá de su público local.
Uno de aquellos que acogieron sus palabras fue Juan Domingo Perón. Cuando éste se enteró de que el uruguayo estaba en Francia, pidió una cita inmediata con él. Perón, que en aquél momento se encontraba exiliado en España, recibió de brazos abiertos al uruguayo que se mostraba incrédulo con toda la situación.
De aquella larga conversación que mantuvieron los dos hombres, Galeano recordó una pregunta que le hizo y suscitó en Perón una respuesta impactante. Ante el cuestionamiento del periodista sobre por qué no emitía señales más seguido, el General respondió: "El prestigio de Dios está en que se hace ver muy poco".
Las venas abiertas de América Latina y el exilio
Galeano publicó "Las venas abiertas de América Latina" en 1971. En esa obra, el autor parte de la colonización hasta la historia contemporánea de América Latina para hacer un recorrido histórico en el que el imperialismo y los saqueos de las tierras y los recursos se argumentan con diferentes crónicas y narraciones. El libro recibió mención honorífica del Premio Casa de las Américas.
La obra funciona como un racconto en el que se reúnen datos, antecedentes y argumentos sobre cada uno de los temas sociopolíticos del contexto Latinoamericano. Toda la información fue extraída de historiadores, sociólogos o economistas. Según el autor, fueron cuatro meses los que le llevó conseguir toda la información que necesitaba, y alrededor de tres meses para escribir el libro.
En 1973, poco después de la publicación, en Uruguay se llevó a cabo un golpe de Estado con el que se instauró una dictadura cívico-militar. Bajo este régimen, el periodista fue encarcelado y tras su liberación se vio forzado al exilio, y su libro, con una perspectiva explícitamente de izquierda, fue censurado durante los gobiernos militares de Chile (de Augusto Pinochet), Argentina (de Jorge Rafael Videla) y el mismo Uruguay. Galeano se radicó en Argentina, gobernada por Juan Domingo Perón donde fundó y editó una revista cultural llamada Crisis.
Memoria del fuego
En 1976, estalló en Argentina la última dictadura cívico-militar y el nombre de Galeano se convirtió en un blanco nuevamente. Fue entonces que volvió a partir, esta vez rumbo a España.
En España, Eduardo escribió lo que se considera su mayor obra literaria, la trilogía "Memoria del fuego". La obra fue publicada entre 1982 y 1986, y está compuesta por sus tres títulos: "Los nacimientos" (1982), "Las caras y las máscaras" (1984) y "El siglo del viento" (1986).
Dado que la obra en su totalidad cuenta la historia de América Latina desde la creación del mundo hasta nuestros días, los tomos se dividen y ordenan cronológicamente de la siguiente manera: "Los nacimientos" abarca desde la creación del mundo hasta el siglo XVII, "Las caras y las máscaras" toma el período de los siglos XVIII y XIX, y "El siglo del viento" se concentra en el siglo XX.
Si bien los libros relatan de igual manera acontecimientos y leyendas, sin distinguir de manera precisa lo real y lo ficticio, cada pasaje histórico contiene su respectiva cita a los libros académicos de historia. La escritura que utiliza Galeano aquí es una escritura sencilla, en prosa, para hacer del libro una obra que pueda ser leída y disfrutada por cualquiera.
Últimos años
Sus últimos años de actividad fueron de mayores intervenciones políticas que periodísticas o literarias. En 2005, junto a intelectuales de izquierda como Tariq Ali y Adolfo Pérez Esquivel, se unió al comité consultivo de la entonces reciente cadena de televisión latinoamericana TeleSUR. En México colaboró con una columna semanal en el periódico "La Jornada", de circulación únicamente mexicana.
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En enero de 2006, se unió a figuras internacionales como Gabriel García Márquez, Mario Benedetti y Ernesto Sabato, entre otras, para pedir por la soberanía de Puerto Rico y su independización. En 2008, ante el triunfo de Obama, Galeano se pronunció con una contundente expresión: "La Casa Blanca será la casa de Obama pronto, pero esa Casa Blanca fue construida por "esclavos negros". Y me gustaría y espero que él nunca lo olvide".
En 2010, el semanario Brecha instituyó el Premio Memoria del Fuego, que debía ser entregado por Galeano a quienes considerara creadores a cuyos valores artísticos se les sumara el compromiso social con los derechos humanos. El primero en recibirlo, en aquél año, fue Joan Manuel Serrat. El segundo, en 2012, fue Manuel Martínez Carril, un crítico y director histórico de Uruguay.
Complicaciones de salud y fallecimiento
A comienzos del año 2007, el uruguayo recibió una noticia que cambiaría su entorno. Galeano se había realizado estudios debido a que sufría molestias respiratorias y el diagnóstico fue totalmente abrumador: un cáncer de pulmón se estaba desarrollando dentro de su organismo.
En febrero de ese mismo año el escritor fue operado y los médicos lograron sacar el tumor maligno, pero la enfermedad no desapareció por completo. En los próximos años, Galeano tuvo que someterse a cuidados intensivos, lo que causó su disminución en la escena pública.
La enfermedad que lentamente lo iba consumiendo le provocó una internación de urgencia, y en la mañana del 13 de abril de 2015, falleció. Su funeral fue organizado por el presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez, quien era seguidor de sus obras y a quien Eduardo había apoyado en sus elecciones.
Eduardo tenía una hija, Verónica, fruto de su primer matrimonio con Silvia Brando, y Florencia y Claudio, hijos de su segundo matrimonio, con Graciela Berro Rovira. Galeano se casó una vez más, con Helena Villagra, quien fue su esposa durante 40 años.
Obras y premios
En total, Galeano publicó 45 obras, entre las que se encuentran antologías y recopilaciones de cuentos y relatos, novelas y artículos. Su última publicación, "El Cazador de Historias", fue una obra póstuma que se publicó en 2016.
El uruguayo recibió seis veces la distinción de Doctorado Honoris Causa en diferentes universidades de toda Latinoamérica, además del Premio Lannan Literary Awards a la libertad, el Grado de Comendador de la Orden de Mayo al Mérito de la República Argentina, Profesorado Honoris Causa de la Universidad de Buenos Aires, Premio Stig Dagerman, las Medallas Bi-100 y Bi-200, el Premio Casa de las Américas y el Premio Alba de las letras.
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Aunque el mismo escritor haya dicho que al momento de escribir "Las venas abiertas" poseía de pocos conocimientos y experiencia para la magnitud de la empresa histórica, su libro continua siendo en la actualidad un clásico de la literatura latinoamericana. Ambos, "Las venas abiertas" y "Memoria del fuego" fueron sido traducidos a veinte idiomas.