
Martes 17 de Noviembre de 2015
La costumbre indica que a nadie se le ocurre comer ajo antes de cualquier encuentro social por el miedo al rechazo que puede provocar el fuerte olor que queda tras ingerirlo. Mucho menos se le puede ocurrir a alguien comer ajo antes de una cita romántica. Sin embargo hay una investigación que derriba ese mito.
Los resultados de una investigación ealborada por un equipo de investigadores de la Universidad Carolina de Praga (República Checa) y la Universidad de Stirling (Reino Unido) ha descubierto una propiedad menos conocida y cuanto menos llamativa: el olor corporal de los hombres que comen ajo habitualmente resulta muy atractivo para las mujeres.