El tango y el teatro se fusionan en un baile incesante en "Como dos extraños, encuentros y despedidas", la obra dirigida por Diego Ullúa, con la actuación de Verónica Marchetti y la música a cargo de Diego Saavedra, que se presenta hoy y todos los viernes de mayo, a las 22, en la Sala Subconcert (Entre Ríos 579).
Se trata de un romance lleno de encuentros y despedidas, atravesadas por sentimientos de soledad, abandono y desamor. Basado en una historia real surgida en el flamante Cabaret Marabú de Buenos Aires, en 1938, que incluye textos y canciones. Antes del show, Marchetti contó los detalles de esta propuesta que evoca a la década del 40.
—¿Cuál es el origen de la obra?
—El origen de la obra surge de la necesidad de expresar el lenguaje del tango en el cual se complementan una puesta teatral junto con una temática musical, abordando el aspecto musical, el narrativo y poético, de género dramático, definición que se me ocurre agregar pensando en la selección de las obras musicales que tuvimos en cuenta para introducir en esta historia.
—¿Quiénes son los personajes de esta historia de amor?
—Los personajes de esta obra son dos; un bandoneonista (Diego Saavedra), que interviene en un relato musical continuo y permanente, transmitiendo distintos climas y dinámicas, dependiendo de la circunstancia emotiva de cada escena, y yo, que interpreto el personaje de una cantante de los años cuarenta. Me inspiré en la historia de amor y desamor del tango "Como dos extraños", basada en un hecho real. José María Contursi escribió la letra, para convertirse en el famoso tríptico "Como dos extraños, Cristal, y Grisel". El encuentro amoroso nació en el Cabaret Marabú y con respecto al guión decidí cambiar algunos datos, como el rol de la mujer. En este caso, es una cantante de la orquesta que se presentaba diariamente en el Cabaret Marabú desde sus comienzos y en el transcurso de la obra ocurren distintas situaciones que narran tres actos; el primer encuentro, el viaje a Francia y el regreso a la Argentina. Los dos últimos tampoco pertenecen a la historia verdadera. La mujer termina regresando a Buenos Aires casi anciana, sin dejar de recordar sentimientos de aquel pasado.
—¿Por qué elegiste ese contexto histórico?
—Lo elegí porque en la década del 40 el tango comienza a vivir la famosa época de oro, la inflexión en el aspecto poético y compositivo, la aparición de nuevas orquestas que llegan para innovar estilos para siempre. Esos fueron datos y elementos que me parecieron óptimos para incorporar al desarrollo de la interpretación en la obra.