El cine sobre mafiosos, en este caso traficantes de mujeres y proxenetas del siglo pasado, entre otros negocios, es la referencia inmediata de “El Paraíso”, la película dirigida por Fernando Sirianni y el rosarino Federico Moreno Breser. Rodada en animación 3D, parte en color y parte en blanco y negro, el título hace referencia a un prostíbulo rosarino al que van a parar las protagonistas, Magdalena y Anna Scilko, dos hermanas polacas recién desembarcadas en el puerto de Rosario. Cada una tendrá su destino, pero será Magdalena la que conduzca la trama y con su relato vaya desplegando una historia de explotación, poder, traición, venganza y amor con destino incierto.
El film cuenta con un guión sólido, una trama atravesada por giros constantes y suspenso sostenido hasta un final sorprendente que bien podría derivar en una secuela. Basada en la serie animada “Tierra de rufianes”, dirigida por Moreno Breser en 2016, la película sigue a Anna y Magdalena que caen en la red de Los Abramov, la banda dedicada a la explotación de mujeres. La banda está liderada por León, con la voz de Jorge Marrale, bajo cuyo cuidado está su sobrino Ian (Nicolás Furtado), hijo de su hermano asesinado.
EL PARAISO | TRAILER OFICIAL | FS Entertainment
La narración se desarrolla en paralelo entre el presente, representado en color, y el pasado en blanco y negro. En el presente, una anciana Magdalena (Norma Aleandro), es entrevistada por un periodista (Ernesto Larrese) que realiza un documental sobre su vida y su relación con Los Abramov. Bajo la atenta mirada de su hijo, Magdalena desgrana una historia que rinde culto al policial negro, en la que intervienen Roco Falcao (Alejandro Awada), otro periodista que a principios de siglo quiere averiguar el destino de la desaparecida Anna, e Ian, enamorado de una joven Magdalena a la que quiere rescatar de la red de trata que dirige su tío León.
En el medio se despliega un relato en forma de tragedia, drama y policial en el cual confluyen los elementos de los clásicos sobre la mafia, con lealtades frágiles, sospechas mortales y crímenes alevosos, aún dentro de una misma familia. Y la historia de amor de una víctima con un hombre ligado a la organización que la victimiza, ambos representados como dos personas que trágicamente no pudieron elegir su destino.
La película, estéticamente destacable y con recursos técnicos del cine al servicio de la animación, es una ficción inspirada en una realidad como fue la existencia de la oscura organización Zwi Migdal que dominaba la explotación de mujeres a principios de siglo pasado. Los directores contextualizan su film con citas a personas y lugares de Rosario, como el conocido caso de Raquel Liberman, la mención de los diarios La Tribuna y La Capital y el teatro El Círculo.