Tarija. — El departamento boliviano de Tarija se sumó ayer al grupo de
regiones que aprobaron estatutos de autonomía, en desafío al cambio constitucional pretendido por
el presidente Evo Morales. Tarija, que concentra el 85 por ciento de las reservas de gas de Bolivia
y limita con Argentina, se sumó, con el 80 por ciento de votos a favor, al impulso autonomista de
Santa Cruz, seguida luego por las amazónicas Pando y Beni. Cuatro de nueve departamentos bolivianos
votaron de esta forma por cambiar el histórico modelo centralista, que se remonta a la fundación
del país en 1825. El autonomismo resurgió como el recurso de las ricas regiones orientales y
sureñas a la hegemonía política que lograron con Evo Morales el Altiplano y la sierra central.
En el referendo impulsado por las fuerzas de Tarija y rechazado por el gobierno
de Morales y el poder electoral nacional que le responde, los votantes aprobaron el estatuto
regional con 80,3 por ciento de los votos, según la cadena privada de televisión ATB. No hubo
hechos graves de violencia, pero los militantes de Morales bloquearon los ingresos a dos ciudades,
donde no fue posible votar con normalidad.
La abstención. Los votos en contra sólo llegaron al 19,7 por ciento y la
abstención, a la que apostó el gobierno central con el envío de sus violentos seguidores, fue del
34,8 por ciento, sobre 173.000 electores habilitados, siempre según el informe de la ATB, a su vez
basado en un "conteo rápido" o boca de urna de los resultados electorales.
"Los bolivianos necesitamos darnos una oportunidad y ésta pasa por una reforma
de fondo que nos da la autonomía, un cambio verdadero para unir más a nuestra Bolivia", dijo en
tono conciliador el prefecto de Tarija y gran impulsor del referendo, Mario Cossío. La población de
Tarija y otras ciudades del departamento salió anoche a festejar el triunfo, que se descontaba.
Antes de Tarija, aprobaron sus estatutos de autogobierno el rico distrito
oriental de Santa Cruz, el pasado 4 de mayo, y los departamentos amazónicos de Beni y Pando. En el
caso de Santa Cruz, se trata de la "capital económica" de Bolivia, que con sus cultivos de soja y
una economía relativamente moderna, marca un fuerte contraste con el Altiplano.
Evo Morales mantiene sólo parcialmente el dominio de los cinco departamentos
restantes, andinos y serranos. Es que tampoco en todos ellos tiene un cuadro seguro: el prefecto
electo de Cochabamba es un fuerte líder opositor, y el departamento de Chuquisaca se pasó
masivamente a la oposición luego de que Morales se negara a retornar a su capital, Sucre, la
llamada "capitalidad plena" del país. Sucre, capital histórica de Bolivia, perdió a inicios del
siglo XX las sedes del Ejecutivo y el Legislativo a manos de La Paz, quedándose sólo con la Corte
Suprema de Justicia.
Morales postula una nueva Constitución, que hizo aprobar en noviembre pasado en
Sucre sólo con la presencia de los constituyentes oficialistas, sin mayoría calificada. Esto echó
más leña al fuego del autonomismo, dado que Morales y su partido MAS incumplieron, al hacer aprobar
la Constitución de esa forma, tanto con la Constitución vigente como con la ley de convocatoria a
la reforma, que exigen mayorías de dos tercios para habilitar cambios en el texto constitucional.
Para los departamentos orientales, la nueva Constitución "nació muerta" y no tiene posibilidades de
ser ratificada en las urnas por referendo. De hecho, el referendo de ratificación debió hacerse el
4 de mayo pasado, según mandato del Congreso emitido en febrero. El que sí se realizó ese mismo día
fue el referendo autonómico de Santa Cruz, una verdadera bisagra en el proceso político boliviano.
Es que ni Beni y Pando ni Tarija tienen el peso específico en la escena nacional que posee Santa
Cruz, por su desarrollo económico y su gran población.
El revocatorio. Pero la fuerza que alcanzaron los referendos autonómicos pareció
disminuir desde que la oposición en el Senado aprobara sorpresivamente en mayo una convocatoria a
referendo revocatorio, que trasladó para el 10 de agosto un choque político decisivo. Morales
aceptó el reto y aprobó la medida. El revocatorio pondrá bajo la mira popular no sólo el mandato
presidencial, sino también el de los prefectos de los nueve departamentos, la mayoría de ellos
opositores a Morales. Ayer, el presidente boliviano alertó desde Cochabamba que los prefectos
opositores estarían planeando renunciar por anticipado para eludir el revocatorio. Estos se
reunirán hoy en Tarija.
El analista político Jorge Lazarte dice que "los referendos de autonomía no son
decisivos, sino un paso más en la disputa por el poder nacional, que se reflejará en el referendo
revocatorio, si se realiza". Bolivia vive así desde hace años de desafío en desafío, sin alcanzar
la estabilidad. (Reuters)