Hillary Clinton y Donald Trump protagonizaron el lunes un áspero choque en su primer debate, con abundantes acusaciones cruzadas que no dejaron un vencedor categórico, aunque con una leve ventaja para la ex secretaria de Estado. Clinton y Trump mostraron una esperada divergencia en asuntos económicos y de política exterior, pero por sobre todo usaron una abundante retórica en ataques personales. Los candidatos retomaron ayer su frenética campaña a menos de seis semanas de las elecciones, pero sus actitudes opuestas sobre el debate fueron interpretadas como el reflejo más fiel sobre su resultado, en medio de disparidad en los sondeos y de opiniones contrarias de líderes demócratas y republicanos.
Encuestas publicadas por algunos medios dieron por ganadora a Clinton, de 68 años, pero en otras se impuso Trump, de 72. Como se esperaba de alguien de su talla y experiencia, la candidata demócrata tuvo respuestas muy estudiadas, sólidas y articuladas. Sin embargo Trump fue mejor que ella, cuando habló sobre comercio y creación de empleo. Además, en la primera parte lució moderado y con cierto atisbo presidencial. Ella pareció por momentos muy "ensayada y robotizada". La mayoría de los medios, no obstante, consideró que la demócrata tuvo una mejor actuación que el magnate republicano en el debate en la Universidad de Hofstra, a las afueras de Nueva York, el primero de los tres intercambios que mantendrán los candidatos antes de las elecciones del 8 de noviembre.
Pero Trump quiso disputar ese consenso entre los medios y señaló a varios culpables de sus fallos en el debate, entre ellos el moderador, Lester Holt, y un micrófono supuestamente defectuoso. "El volumen estaba mucho más bajo que el de ella y el sonido se cortaba", protestó Trump, que también acusó a Holt de evitar los temas más espinosos para Clinton mientras a él le sometía a "preguntas hostiles".
El magnate, que se mantuvo más respetuoso de lo habitual en el debate, aseguró que tenía previsto ser más agresivo con ella, pero en el último momento se echó atrás. Agregó que hacia el final del debate, cuando Clinton sacó a relucir los insultos del magnate hacia las mujeres, él "iba a atacarla con las mujeres de su marido", en referencia a las infidelidades del ex presidente Bill Clinton. "Pero decidí que no debería hacerlo, porque su hija estaba allí", explicó el republicano. Aunque se "contuvo" para "no herir sentimientos", Trump advirtió que "puede que ataque más duro" a Clinton en el próximo debate, programado para el 9 de octubre.
El empresario volvió además a criticar a la ex modelo estadounidense-venezolana Alicia Machado, ganadora en 1996 del certamen Miss Universo que entonces dirigía Trump, y a la que Clinton mencionó durante el debate como ejemplo de las mujeres a las que insultó su rival, que la llamó " Miss Piggy" (cerdita). "Era lo peor, absolutamente lo peor, era imposible (...). Era la ganadora, y (después) subió mucho peso, y eso fue un verdadero problema", afirmó ayer Trump respecto a Machado, que declaró su apoyo a Clinton y acusó al magnate de humillarla tanto que acabó padeciendo bulimia y anorexia.
En el debate, Clinton puso en aprietos a su adversario por no publicar aún su declaración de impuestos y por haber dicho que Obama no había nacido en Estados Unidos, entre otras cosas. Frente a la batería de acusaciones que lanzó Trump, su rival demócrata se mostró ayer segura y radiante en una comparecencia ante los medios de comunicación en Nueva York. "Alguien que se queja del micrófono no tuvo una buena noche", espetó Clinton en referencia a las denuncias de Trump. "Creo que los espectadores tuvieron una verdadera oportunidad de empezar a comparar nuestras políticas", opinó la ex secretaria de Estado, quien destacó las diferencias en cuanto a "temperamento, capacidad y cualificaciones" entre ambos candidatos.
De vuelta a la campaña. Clinton eligió Carolina del Norte para hacer campaña el día después, mientras que Trump realizó un acto en Melbourne, Florida y una reunión a puerta cerrada con más de un centenar de líderes hispanos en Miami. Ambos volvieron a la rutina sin que se conocieran todavía los datos de audiencia del debate, que se espera fuera el más visto de la historia, ni se despejara la pregunta más importante: si les servirá a alguno de los dos para convencer a indecisos y ampliar sus apoyos en una carrera muy ajustada. Según la media de encuestas que elabora la web RealClearPolitics, Clinton tiene una leve ventaja de 2,4 puntos porcentuales, lo que le otorga un 46,7 por ciento de apoyo frente al 44,3 por ciento de Trump.
Los sondeos sobre el debate mostraron resultados dispares. En una encuesta de la cadena CNN, Clinton fue considerada ganadora por una diferencia de 62 por ciento contra 27 por ciento, mientras que otra de Public Policy Polling le atribuyó un triunfo por 51 por ciento contra 40 por ciento. Sin embargo, los lectores dieron la victoria al republicano por 55 por ciento a 45 por ciento y por 61 por ciento a 39 por ciento en sendos sondeos de las cadenas ABC y CNBC.