El presidente vezolano, Nicolás Maduro, anunció que pedirá la captura internacional de la ex fiscal general Luisa Ortega Díaz y su esposo, el diputado Germán Ferrer, a quienes acusa de "corrupción" y "narcotráfico" y "terrorismo". Ortega escapó Colombia el pasado viernes tras denunciar persecución política del régimen chavista. Maduro se declaró además "víctima" del presidente Mauricio Macri.
"Venezuela va a solicitar a Interpol un código rojo a estas personas involucradas en delitos graves", señaló Maduro en conferencia de prensa. Maduro comentó en una rueda de prensa en la casa de gobierno que se enteró que Ortega viajó de Colombia hacia Brasil, por lo que solicitó que "la prófuga" sea buscada por Interpolcon la máxima prioridad de "código rojo". "Quisieron esconderse detrás de una máscara de izquierda y hacía tiempo que la ex fiscal estaba trabajando con Estados Unidos para hacerle daño a Venezuela. Se va a saber que Estados Unidos logró chantajear al ex diputado Ferrer porque le descubrieron cuentas en el mundo", reveló Maduro. Curiosamente, todos estos hallazgos se hicieron en pocos días, en los que Ortega Díaz y su esposo pasaron de ser chavistas ejemplares a peligrosos agentes de Washington. A la vez, Maduro fustigó a su colega colombiano Juan Manuel Santos por haberse convertido en "protector" de la presunta red de extorsión en la que actuaba Ferrer y que "maneja millones de dólares en paraísos fiscales". Agregó que el gobierno "golpista" del presidente brasileño Michel Temer ahora "acoge a estos prófugos". Ortega viajó ayer a Brasil a participar de una conferencia de fiscales del Mercosur. "Nunca me imaginé una traición tan grande como esta. Ella (Ortega) llegó a esta salita a pedirme perdón", contó sobre su último encuentro con la fiscal. Maduro acostumbra a dar detalles de este tipo, imposibles de verificar por terceros. Según él, le dijo a Ortega que su gobierno estaba "enfrentando un golpe de Estado", por las protestas populares de abril a julio, que dejaron 125 muertos. Pero "no actuó, estaba comprometida. La habían quebrado moralmente y ella fue cómplice de los delitos. Van a ser solicitados con código rojo y espero que (Interpol) cumpla", afirmó. En verdad, Ortega actuó, pero contra la represión de las fuerzas del Estado, que en esos cuatro meses dejó una cantidad nunca vista de muertos, heridos y detenidos. Ortega y Ferrer habían huido la semana pasada de Venezuela y llegado sorpresivamente a Bogotá la tarde del viernes. Un tramo de su viaje lo hicieron en lancha. El lunes el presidente Santos, que no ha descartado romper relaciones con Maduro, afirmó que la ex fiscal estaba "bajo protección del gobierno de Colombia" y le ofreció asilo. Ortega fue destituida el 5 de agosto por la Asamblea Constituyente que se instaló en Venezuela, y que desconocen Estados Unidos, Argentina, Brasil y otros gobiernos por considerarla un paso directo hacia la dictadura.
Maduro aprovechó su conferencia de prensa para también atacar a Mauricio Macri. Lo tildó de "cobarde" y dijo ser "víctima de su obsesión y de su prepotencia y de su intervencionismo". El presidente argentino "no tiene potestad para quitarle al pueblo venezolano lo que le pertenece", en alusión a la Orden del Libertador San Martín que Macri ordenó retirarle a Maduro. "Yo soy víctima de Macri y de su obsesión y de su prepotencia y de su intervencionismo", afirmó Maduro.También le advirtió a su par argentino que "no tiene potestad" para quitarle la condecoración del Collar de la Orden del Libertador San Martín que le otorgó en 2013 Cristina Kirchner. "Si Mauricio Macri quiere que le regresemos la joya que la venga a buscar y se la quite al pueblo venezolano a ver si puede, cobarde", disparó Maduro.
Maduro le pidió a Francisco ayuda para el bloqueado diálogo con la oposición e impedir una presunta invasión de EEUU. "Que el Papa nos ayude al diálogo respetuoso, a la verdad, que el Papa nos ayude a impedir que Trump lance sus tropas e invada Venezuela. Le pido al Papa ayuda contra la amenaza militar de Estados Unidos", dijo Maduro.
La ofensiva verbal de Maduro deja en evidencia el creciente aislamiento de su régimen: Argentina, Brasil, Colombia y el Vaticano tenían diversos grados de cercanía con Caracas hasta hace pocos años o incluso meses. El tono insultante de Maduro indica que esas buenas relaciones están acabadas.