El proceso de paz entre el gobierno colombiano y el ELN entró ayer en una etapa de tensión a raíz de cuatro atentados con explosivos atribuidos a ese grupo guerrillero, que llevaron al presidente Juan Manuel Santos a suspender el inicio de la quinta ronda de negociaciones en Ecuador. Los ataques ocurrieron apenas unas horas después de terminar un acuerdo de cese del fuego y de hostilidades que las partes pactaron entre el 1º de octubre del año pasado y este 9 de enero. Las incursiones atribuidas a miembros del ELN (Ejército de Liberación Nacional) tuvieron como blanco oleoductos y un puesto de vigilancia de la armada, que dejaron daños materiales y dos militares heridos. Las fuerzas armadas recibieron la orden de Santos de actuar "con contundencia" para responder a los actos del ELN que, con unos 1.500 combatientes, es el mayor grupo rebelde del país tras el desarme de las Farc.
"Ante esta situación he conversado con el jefe de la delegación del gobierno en Quito (Gustavo Bell) para que se regrese de inmediato para evaluar el futuro del proceso", dijo Santos en una breve comparecencia ante la prensa en el palacio de gobierno. El mandatario hizo la declaración minutos después de que autoridades del departamento de Arauca (este) acusaran al ELN de cometer los atentados con explosivos tras el final del alto el fuego.
El gobernador de ese departamento, Ricardo Alvarado, dijo que las fuerzas militares constataron que fueron afectados con explosivos dos tramos del principal oleoducto del país, que transporta petróleo desde el pozo de Caño Limón, en Arauca, hasta el puerto de Coveñas, en el departamento caribeño de Sucre. Autoridades de Arauca también indicaron que dos militares resultaron heridos en el municipio de Arauquita a consecuencia de una granada que fue arrojada por miembros del ELN. Asimismo, tropas militares fueron enviadas a un sector del departamento de Casanare (este) para proteger a técnicos de la estatal petrolera Ecopetrol que repararán otro oleoducto afectado por una carga explosiva.
Santos deploró que el ELN hubiese decidido reanudar los ataques tan pronto concluyó la tregua, a pesar de que el gobierno había dicho varias veces que estaba dispuesto a prorrogarla. "Inexplicablemente el ELN no solo se negó, sino que reanudó sus ataques terroristas, justo el día en que se debía iniciar el nuevo ciclo de negociaciones", agregó. Los rebeldes aseguran haber cumplido en general con el cese del fuego durante estos tres meses, lo que incluía renunciar al secuestro, al reclutamiento infantil y a los ataques contra la infraestructura a cambio de que el gobierno relajara la situación de los presos y protegiera a los líderes sociales de las zonas rurales. Sin embargo, la guerrilla violó ese pacto en dos ocasiones con ataques que dejaron un total de 14 muertos y acusó al gobierno de haber incumplido su obligación de alejarse de sus combatientes.
Antes de regresar a Bogotá, Bell leyó en Quito un comunicado de la delegación negociadora del gobierno en respaldo a la decisión de Santos de suspender el inicio del quinto ciclo de conversaciones. "Fue clara y expresa la voluntad del gobierno de prorrogar el cese al fuego y de renegociar condiciones que atiendan al llamado de todos los colombianos y de la comunidad internacional", señaló el equipo negociador.
Por su parte, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas lamentó los atentados durante una sesión especial en Nueva York para presentar los avances en la implementación del acuerdo de paz entre el gobierno de Santos y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc). "Es pronto para hacerse una idea de los que nos espera en el futuro", dijo Jean Arnault, el representante especial de la ONU en Colombia, al referirse a la suspensión de las conversaciones con el ELN. "La sociedad pidió que mantengan el alto el fuego. Es necesario mantener la reducción de la violencia. Esperábamos que las conversaciones en Quito avanzaran pero lamentablemente hace unos minutos conocimos que los ataques del ELN contra oleoductos han seguido", agregó Arnault.
Horas después el ELN amenazó con retirar a su delegación de los diálogos del paz si el gobierno de Santos no da una "pronta respuesta" a la crisis. El alto el fuego y de hostilidades entre el gobierno y el ELN fue acordado a partir del 1º de octubre de 2017, en el marco del proceso de paz que las partes protagonizan en Ecuador desde febrero del año pasado. La tregua fue acordada hasta el martes y se esperaba que el gobierno y el ELN la prorrogaran antes de que finalizara. Para ello, los negociadores habían definido desde diciembre que iniciarían el quinto ciclo de conversaciones el lunes pasado, pero la apertura de dicha ronda fue pospuesta para hoy, horas después del final del cese del fuego.
Las Naciones Unidas, la Iglesia Católica, miembros de la sociedad civil y gobernadores de algunos de los lugares más afectados por el conflicto habían pedido mantener la suspensión de la actividad armada entre el ejército y el grupo rebelde mientras las partes pactaban las condiciones para su prórroga.