Violentos incidentes se produjeron ayer durante una marcha convocada por militantes de izquierda frente a la sede porteña de la Casa de Tucumán por el fallo que anteayer absolvió a todos los imputados en el juicio por la desaparición de Marita Verón. Al menos cuatro policías resultaron heridos y hubo varios detenidos.
Los manifestantes tiraron las vallas que los separaban del edificio ubicado en la calle Suipacha al 100 y arrojaron piedras contra el personal policial apostado allí, el cual tuvo que retroceder ante el avance de los agresores.
Como consecuencia de estos hechos se registraron varios manifestantes heridos y detenidos, mientras entre los efectivos también hubo lastimados. El frontispicio de la delegación de la provincia de Tucumán quedó destrozado.
Por la mañana, decenas de militantes habían acudido al edificio de Suipacha 140, en el microcentro porteño, donde los esperaba un cordón policial y escracharon el frente con huevos, sin que los incidentes pasaran a mayores.
Después, con un megáfono, el dirigente de la CCC Juan Carlos Alderete dijo que el fallo "es un castigo" a la clase social humilde que "se encuentra presa de la mafia" de la droga y la trata de personas.
Advirtió que en este caso, "la Justicia mostró su connivencia con la droga, la prostitución y los delincuentes".
También se encargó de criticar a la senadora nacional Beatriz Rojkés, esposa del gobernador tucumano José Alperovich.
"No puede ser que diga que la prostitución existe y siempre existirá", afirmó en ese sentido y protestó diciendo que cuando se hacen denuncias al respecto la policía "no escucha a los humildes por portación de cara".
Los hechos más graves se registraron por la tarde cuando los grupos de izquierda retomaron la protesta, desbordaron la custodia policial y arrojaron piedras, palos, derribaron las vallas y se enfrentaron, en varias ocasiones, cuerpo a cuerpo con la Policía de Infantería que había acudido como refuerzo. Inclusive, volcaron y prendieron fuego varios contenedores con basura que se encontraban frente al edificio de la Casa de Tucumán.
Ante el cariz que tomaba la situación, los empleados de la Casa de Tucumán se retiraron a los pisos superiores y cortaron la electricidad en toda la planta, mientras se arrojaba agua para apagar el fuego en los contenedores.
Entre los manifestantes una mujer alzaba una pancarta que rezaba: "Ayer la Justicia tucumana legalizó la trata".
Varias de las cientos de mujeres que se acercaron a la protesta en el microcentro porteño llevaban puestas remeras que hacían alusión a la lucha contra la trata de personas. "Mi cuerpo es mío, yo decido" o "No somos tus putas", fueron algunas de las consignas estampadas. Otros manifestantes entonaron cánticos contra la policía: "Yo sabía, yo sabía, a los proxenetas, los cuida la policía".