En los años finales de mi labor en el diario donde ahora escribo, la simpatía con muchos, con la mayoría diría yo, de los periodistas y personas de talleres, afianzó una buena relación de afecto, con pocas excepciones, puedo decir, ya que tuve la suerte de haber trabajado con amigos.
La nostalgia que siento de todo ese período, que abarca del 58 al 95, bastantes años, también deviene en una particular tristeza porque muchos de esos amigos ya no están entre nosotros. Tendría que recordarlos a todos, pero voy a mencionar en particular una de esas amistades con quien compartíamos lo que llamábamos una "Celebración de la Reina Victoria".
Conversábamos de todo un poco, mientras los wiskies permitieran cierta coherencia sobre el tema del que hablábamos. Uno de esos era el cine, que con motivo de los anteriores dos artículos publicados sobre un libro tan particular como lo es "Escenarios del crimen" de Nuria Vidal, hizo que las conversaciones telefónicas con King apuntaran a la cinematografía, las películas que más nos habían gustado, y a todas esas otras, que se daban mientras trabajábamos en el diario.
Todavía había salas de cine, no había comenzado la modalidad del cine dentro de complejos o shopping. Por otro lado, el cine que veo en este momento, por razones de salud, es solo a través de la televisión o de algún DVD que tengo, lo que determina el indudable recuerdo de haber visto tanto cine en las viejas salas de Rosario, marcando una manera diferente a la que se tiene cuando se ve cine por televisión o en los cines de los shopping.
Hicimos mención, en los artículos anteriores, de muchas películas; la primera, de 1937, era un film de John Ford llamado "Huracán sobre la isla"; otra de 1939, "La regla del juego", de Jean Renoir.
Hablamos en particular de uno de los filmes de los hermanos Coen, cuyo título en inglés no fue respetado por la traducción al español; el original en inglés era "Blood Simple", que tanto King como yo y el entrañable Lobo Sábato la vimos en el Cairo. Por cierto, el cine desapareció como empresa pero se mantiene como espacio cultural público, donde se puede ver películas incluso en forma gratuita.
Ahora bien, me gustaría señalar a algunas de aquellas películas que han quedado grabadas en mi memoria y he recreado en estos últimos años, a través del video o DVD. Me referiré en especial a las que figuran en el libro que comenté, y que vi en su momento con un enorme placer.
Una de ellas es "Blow up" de Antonioni, inspirada en un cuento de Julio Cortázar titulado "Las babas del diablo". Otras es "El tercer hombre", basada en un relato de Graham Greene quien también se ocupó del guión, este es de una calidad poco común y cuenta con un trabajo espléndido de Orson Welles, Joseph Cotten, Alida Valli mas la dirección de Carol Reed. Incluso el mismo novelista en un prólogo posterior a la película dice que hay dos escenas por lo menos que fueron una invención afortunadas de Orson Welles. Por otra parte, fue esa película la que hizo conocer mundialmente a un músico vienés Anton Karas, especialista en la cítara.
Seguiríamos con "A Bout de Soufflé" dirigida por Jean-Luc Godard en 1959, con un trabajo impecable de Jean-Paul Belmondo y Jean Seberg. Hubo otras versiones posteriormente, pero ninguna alcanzó el clima tan particular que Godard pone a su obra.
No podemos pasar por alto, tres películas a mi juicio esenciales para la historia del cine: "Laura", de Otto Preminger, hecha en 1944 como una adaptación de la novela de Vera Caspary "Ring Twice for Laura"; esta película fue candidata a cinco Oscar, y ganó el de mejor fotografía en blanco y negro.
En cuanto a mi visión de "Laura", quedaron grabadas y no se van a borrar, la belleza de Gene Tierney, cuya biografía parece algo hecho para el cine. Lo otro, es la música que al principio escribió David Raksin y no quería ser aceptada por algunos del los que componían el grupo de productores, y posteriormente fue una de esas canciones más interpretadas, tanto en las versiones de música pop como en estupendas versiones para el jazz.
Sigamos con un clásico, "The Big Sleep", que tomó como punto de partida Howard Hawks, quien la dirigió basada en una novela de Raymond Chandler. Ese film de 1945 reúne a Humphrey Bogart con Lauren Bacall, con un guión de William Faulkner.
Como bien dice, Nuria Vidal. "la combinación de Hawks, Bogart, Bacall, Chandler y Faulkner produjo un cóctel explosivo que ocupa un puesto privilegiado en la historia del cine".
Recordemos que Bogart, encarna al célebre detective, que siempre es más que un detective, Philip Marlowe. Todavía se polemiza sobre qué actor fue el que mejor interpretó a Marlowe, a mí me emociona Bogart más que los otros, que no fueron malos actores.
Y la tercera, "Double Indemnity", película de 1944 dirigida por Billy Wilder y protagonizada por Fred MacMurray, Barbara Stanwyck y Edward Robinson. Es un guión de Wilder y Chandler de la novela "Pacto de sangre" del escritor James Cain.
Una película menos célebre es "Out of the Past", que fue dirigida por Jacques Tourneur con un guión de Daniel Mainwaring. En ese film trabajaban Robert Mitchum, Jane Greer y Kirk Douglas.
No queremos olvidarnos de otra película que fue tanto del género policial como de la comedia, realizada de manera magnífica por Frank Capra: hablamos de "Arsénico y encaje antiguo", basada en la obra teatral de Joseph Kesselring y escrita en 1939 bajo el título "Cadáveres en nuestra bodega".
Ese filme cuenta con un trabajo fenomenal Cary Grant, Peter Lorre, Priscilla Lane, Jack Carson, Josephine Hull, como la Tía Abby y Jean Adair como la tía Martha, entre otros.
"Estamos en otoño y las hojas de los arboles cubren el jardín de la casa de las bondadosas y dulces hermanas Brewster" dice Nuria Vidal. Con ellas, vive Teddy Brewster, interpretado por el actor John Alexander, que estaba convencido de que era en realidad Teodoro Roosevelt.
Por otra parte, recuerdo nítidamente la amabilidad con que esas ancianas mataban a hombres solitarios para "ayudarlos" a terminar su sufrimiento en la tierra y que fueran a un lugar mejor. Lo que les daban era un vino de bayas de sauco donde por cada cinco litros que preparan le agregan una cucharadita de arsénico, media cucharadita de estricnina y una pizca de cianuro.
Cary Grant, el sobrino de las ancianas, descubre lo que pasa y se da cuenta que han "asesinado" a doce ancianos que habían ida a rentar una habitación. De los cadáveres finalmente se ocupaba Teddy, quien los enterraba en el sótano convencido de que estaba trabajando en el canal de Panamá.
De estas películas hablábamos con King mientras las botellas de whiskie irlandés estaban terminándose.