"Soy consciente de que me juego ni nombre y mi historia con el club porque soy muy exigente conmigo mismo" Me puede generar incertidumbre por saber si verdaderamente estoy preparado, porque viste que acá en Argentina te va mal y se habla de fracaso. Soy consciente de que me juego ni nombre y mi historia con el club porque soy muy exigente conmigo mismo, pero creo que esta autoexigencia es una ventaja. Imaginate que en esta situación no voy a tener la chance de entrar a un campo de juego para descargarme, sino que voy a depender de los jugadores. Obvio que esa incertidumbre está presente, por eso trato de achicar el margen de error. Pero miedo no tengo, quizá porque no soy un tipo pesimista, pero sé que está la posibilidad de que la cosa vaya mal. De todas formas siempre pienso que me va a ir bien.
Te preguntaba lo del miedo porque cuando inicies tu carrera como técnico vas a golpear la puerta y te va a atender un fútbol profesional donde el sentimiento muchas veces se da de cara contra los resultados.
Tengo muy en claro que cuando eso pase se termina el cuento. Noto en el contacto diario con la gente que se habla del proyecto integral, que ahora son todos kilystas, pero cuando llegue la hora todos van a decir: “¿A ver qué es lo que podía transmitir el Kily?”, y tengo que estar preparado para eso. Si el equipo no funciona, el responsable voy a ser yo y lo asumo como un gran desafío. Esa incertidumbre de la que te hablaba tiene que ver con esto. No soy boludo, sé lo que pongo en juego. Sé que no puedo fallar, pero la chance está, esto es fútbol. ¿Qué tengo que hacer? Trabajar, analizar, estar en los detalles mínimos y lograr que los jugadores se identifiquen con eso. Porque yo te puedo vender cualquier buzón: “Central va a hacer eso o lo otro”, pero después los jugadores lo tienen que demostrar adentro de la cancha.
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Sebastián Suárez Meccia
Decís “ahora el responsable soy soy”, pero en tu época de jugador también te hicieron responsable de algunas cosas.
"Como jugador me hice responsable siempre porque lo sentía de esa manera, hoy estoy del otro lado" Sí, por eso soy muy exigente y siempre fui de poner la cara. Muchas veces a un técnico lo hacen los jugadores, son los que cambian las circunstancias del juego, por eso digo que si los ellos entienden y lo plasman en el campo es cuando el técnico se puede sentir pleno. Pero sí, como jugador me hice responsable siempre porque lo sentía de esa manera, hoy estoy del otro lado. El sentimiento está bien, todo muy lindo pero cuando arranque el partido todo eso queda de lado.
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Algo ya dijiste, ¿pero cuánto y qué arriesgás siendo técnico de Central?
Arriesgo el cariño de la gente, porque en este club si te va mal, te va mal, al menos yo lo tomo desde ese lado. Me podés decir que no me puedo poner la vara tan alta, pero siempre fui así. Tengo que intentar ir por el mejor camino, después es fútbol. A los jugadores les tengo que decir “vamos por este lado”, “esta es la idea”. Ahí está el logro del entrenador y por ahí pasa el gran secreto en la relación entre el jugador y el cuerpo técnico. Cuando un técnico no te llega es muy complicado. Siempre fui uno de los rebeldes dentro del fútbol, pero necesitaba que me exigieran y ahí es cuando sacaban lo mejor de mí.
Después de mencionar que lo que arriesgás es el cariño de la gente es casi imposible no preguntar si no sentís ni siquiera una pizca de miedo.
No. Lo pienso y me agarra una cosa acá (se lleva la mano derecha a la panza), pero siento que es algo que me potencia, porque es el gran desafío que tengo. No todo el mundo me quiere en Central, pero los que me quieren desean que me vaya bien. Siempre digo que no a todo el mundo le vas a caer bien y esta bueno que así sea.
Eso de que en Central no todo el mundo te quiere ¿es algo que siempre lo tuviste en claro o es algo que se dio en tu última etapa?
"Siempre pensé que si te llevás bien con todo el mundo es porque algo mal estás haciendo" Siempre lo tuve en claro, pero siempre pensé que si te llevás bien con todo el mundo es porque algo mal estás haciendo, que es algo que me decía mi abuelo, y con el correr de los años me di cuenta de que es así. En una sociedad donde hay mucha hipocresía me gusta hablar cara a cara, sin pelear ni nada, pero es lo que me gusta. Quizá esa forma de ser a alguien no le gusta y está perfecto, pero no me voy a cansar de decir que lo único que me preocuparía es que alguien que convivió conmigo dentro de un vestuario diga “el Kily es mala persona”. Como jugador podés ser regular, bueno o malo, pero desde la persona obvio que hay gente que me quiere y otra que no, ojalá pueda revertir eso completamente, siempre sabiendo que yo la camiseta que tengo es la de Central. Estarán aquellos que deseen que me vaya mal, pero eso forma parte del mundo Central, al que conozco desde los 14 años, desde el momento que crucé por primera vez ese portón de entrada.
¿Hoy por ser el DT hay más gente que te quiere y te apoya?
Creo que sí porque hay una gran ilusión, una gran expectativa y siento el apoyo de todos, más allá de que hay quienes sientan cosas diferentes por mí. También creo que tiene que ver con el mensaje que uno baja, de hecho a mí me llevó mucho tiempo poder revertir mi imagen, pero ahora es como que la gente dice “ah, este empezó a darse cuenta de que a veces no hay que reaccionar”, que se puede pensar de otra manera. Lo que me deja tranquilo es que lo que hice, lo que hago y lo que haré por Central es por amor.
¿Qué hace falta para que el proyecto integral del que tanto hablan funcione?
Que de una vez por todas nos juntemos todos, los que estamos dentro del club y que los que están afuera quieran sumar. Nadie es más importante que Central, nadie, y es algo que tenemos que entender de una vez por todas.
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Sebastián Suárez Meccia
¿Eso se puede lograr?
Te doy un ejemplo, después de muchísimos años, comisión directiva, cuerpo técnico de primera y coordinadores de inferiores nos juntamos todos en la sede para hablar de este famoso proyecto integral y lo que se planteó fue hablar todo ahí, juntos, y si hay algo que no funciona que lo charlemos entre todos, nunca por atrás. Si todos damos lo mejor el proyecto va a funcionar, ahora si nos desestabilizamos, no creo que eso pase. Nos tenemos que dar cuenta que tenemos que dejar de lado el ego. ¿Querés otro ejemplo? En otra entrevista me preguntaron qué jugador con el que compartí equipo me gustaría tener y mi respuesta fue que me encantaría tener al Negro Palma, sabiendo lo que pasó entre nosotros. Por esas palabras hubo una persona que me dio un beso y me felicitó. En el fútbol nos conocemos todos y yo tuve fama de todo, pero los que me conocen saben cómo soy. El día que nos juntemos todos, incluso la oposición, la cosa puede cambiar. Creo que es la gran oportunidad que tiene Central, no porque esté yo, porque si hubiera otro técnico en mi lugar te diría exactamente lo mismo.
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Ya que nombraste la situación te lo pregunto. ¿Harías con un jugador lo que hicieron con vos en tus últimos días en Central?
"Al jugador de fútbol no se le miente ni se le promete nada porque si hacés eso y no le cumplís automáticamente deja de confiar en vos" No. Uno va aprendiendo y siempre les digo a los chicos que hay que tomar los buenos ejemplos y hay que observar de qué manera se manejan distintas situaciones. Estuve de ese lado y hubo cosas que no me gustaron, pero hoy como técnico no puedo tomar ciertas decisiones, porque hay que mantener una línea porque es clave en el manejo de grupo. Al jugador de fútbol no se le miente ni se le promete nada porque si hacés eso y no le cumplís automáticamente deja de confiar en vos. Estoy convencido de que las relaciones humanas son fundamentales en cualquier grupo de trabajo.
¿Es un experimento lo que decidió hacer la dirigencia con un técnico debutante? Ojo, ya pasó con otros entrenadores.
Ja. Creo que cada momento es diferente y en aquel momento quizá no era el que más me convenía, no lo sé. La realidad me marca esto, con un problema económico en el medio que quizá haga que tengamos que apoyarnos más en los chicos. Hay un escenario que no es el habitual y que no es el que había cuando asumió Coudet, cundo asumió Ferrari. El mío es un contexto diferente. Pero ojo, en Central siempre hay riesgos y por eso a mí me van a obligar a ganar, arranca este minitorneo que se tiene en mente y yo voy a tener que ganar porque la gente y los dirigentes me van a pedir eso. Yo no voy a poner excusas, porque sé que el club desde lo económico está complicado, que necesita vender jugadores. No voy a decir “ah, pero a mí no me trajiste refuerzos”. Los dirigentes van a hacer un esfuerzo porque no podemos jugar con 11 chicos.
Eso de no contar con tanta billetera para refuerzos lo sabés, ¿no te va a molestar?
No, porque sé que el jugador que venga va a tener que venir por el sueldo. Sé cuál es la realidad del club y me interesa porque en el armado del plantel tengo que estar presente, pero lo que me deja contento es que hay muchísimos jugadores que quieren volver y otros que no son de Central y les gustaría venir. Todos lo piensan desde ese compromiso de intentar llegar a la gloria y eso para mí no tiene precio.
Para el contexto que describís, ¿no es una meta exagerada eso de ir por la gloria?
No, lo dije en mi presentación y lo reafirmo. Lo pienso desde el compromiso que tienen todos, sobre todo los chicos. Tengo muy en claro que los tengo que llevar de a poco porque no me sirve hacerlos debutar, que jueguen tres minutos y vuelvan a jugar dos años en reserva, porque es algo que ya vivimos en Central. No podemos cometer nuevamente ese error. Ponerte la camiseta de Central es una locura, pero eso de ir por la gloria lo digo desde el lado de lo que representa el sentido de pertenencia, de lo que representa el club, de recuperar nuestra identidad, de ser un club formador y vendedor. Si tenés jugadores que están comprometidos a ir por la gloria en lugar de otra cosa eso no tiene precio.
Hace poco más de un año, cuando se fue Bauza, ¿no estabas preparado para asumir y por eso no te eligieron?
No sé si estaba preparado, internamente uno siempre piensa que lo está. Aparte históricamente se dio que cuando se iba el técnico de primera agarraba el de reserva, pero después hay que demostrar. A Leo Fernández le tocó, le fue bien y lo sostuvieron, pero esto es fútbol. Hubo gente que me decía “no es tu momento” y otra que me decía lo contrario. Pero qué sé yo, el momento era otro. Yo te pregunto a vos, ¿aquel momento era mejor que este?
Claramente no.
"Tengo que decir que las personas que me decían que no era mi momento tenían razón" Entonces tengo que decir que las personas que me decían que no era mi momento tenían razón.
Volviendo a los miedos, el Patón fue campeón y a los dos meses se tuvo que ir. ¿Eso tiene que ver con lo que es sentarse en el banco, aún siendo un referente como lo era Bauza?
Ahí está el tema. Vos me preguntabas por el miedo y no tengo miedo a eso. Lo del Patón me dolió muchísimo porque lo adoro y de repente le tocó vivir una situación así. ¿Me puede pasar a mí? Y sí, claro que me puede pasar. Ni te hablo de salir campeón, porque jugás cinco partidos, te va mal y te tenés que ir, pero no es miedo lo que siento.
¿Firmarías un contrato en el que dijera que te echan, pero habiendo salido campeón dos meses antes?
No tendría problemas. Pero eso no evitaría que me moleste el manejo de ciertas cuestiones. Porque no puede ser que salgas campeón y a los dos meses pasen este tipo de cosas. A este club lo conozco desde los 14 años, porque fui jugador y volví en el peor momento, con un club inhibido, robado, a poner el pecho.
¿Si Cocca hubiese seguido vos hubieras continuado al frente de la reserva?
Sí, les había dicho a los dirigentes que sí más allá de esa relación especial. Hoy no le voy a caer a Cocca ni muchos menos. Son maneras de manejarse y ya está, lo único que me preocupaba era el tema de los chicos, que son el patrimonio del club.