Leonardo Cositorto, titular de la organización Generación Zoe, será imputado este martes en Rosario por entre 15 y 20 hechos de defraudación a personas que invirtieron entre tres mil y 30 mil dólares en su empresa que ofrecía una rentabilidad prácticamente impagable en el mercado financiero. Al cierre de esta edición el fiscal Mariano Ríos había analizado 18 denuncias mientras seguían ingresando casos que podrían agregarse al expediente.
Si bien el empresario será trasladado a esta ciudad para ser acusado en el Centro de Justicia Penal (CJP) junto con un hombre y dos mujeres detenidos la semana pasada sospechados de integrar la pata rosarina de su organización, fuentes judiciales aseguraron que luego volverá a ser alojado en la cárcel cordobesa de Bower, sobre todo luego de que ayer le dictaran prisión preventiva en la causa iniciada en Villa María, donde está acusado de 176 hechos de estafa y de liderar una asociación ilícita por la cual hay cerca de 20 imputados y al menos dos prófugos.
Si bien la investigación de la fiscal Juliana Compañys en Villa María es la más avanzada —lleva incautados un millón de dólares y siete millones de pesos— Cositorto tiene otras causas abiertas en Corrientes y la Ciudad de Buenos Aires, donde está bajo la lupa por presunto lavado de activos. En Rosario, donde Generación Zoe no alcanzó a funcionar mucho tiempo, la pesquisa se inició hace no más de un mes a partir de la denuncia de once personas que habían invertido e incluso, en algunos casos, alcanzaron a cobrar retornos.
Ese detalle no es menor para el fiscal Ríos, para quien los pagos de retornos eran una forma de conservar cautivos a los inversones, algunos de los cuales alcanzaron a recuperar parte de lo aportado hasta que Generación Zoe se esfumó de un día para el otro. De hecho, cuando la Justicia allanó las oficinas donde los denunciantes relataron haber ido a llevar su dinero, en San Lorenzo al 1700, ya no quedaba casi nada.
Coaching en picada
Bajo el paraguas del “coaching y el liderazgo”, la empresa Generación Zoe ofrecía cursos y capacitaciones que para los investigadores no era más que un anzuelo para captar inversores en una suerte de esquema piramidal. El punto de partida era un contrato para recibir servicios de coaching ontológico, espiritual y de educación financiera, además de una rentabilidad del 7,5% mensual, a quienes sumaban sus aportes, en general en dólares.
Supuestamente, la compañía incursionaba en negocios que iban desde la salud y la estética hasta el fútbol, pasando por las criptomonedas, que aseguraban la jugosísima rentabilidad que prometía. Pero, según vienen develando las investigaciones, en realidad se trataba de un esquema piramidal que se nutría de los aportes de nuevos inversores sin generar utilidades reales. Y como suele suceder en esos casos, llega un momento en que la base de la pirámide es tan grande que no puede pagar más y se termina perdiendo todo.
El esquema explotó a fines del año pasado y la investigación más voluminosa comenzó en Villa María, donde se presume que Zoe tenía una de las oficinas más grandes del país donde se organizaba la recaudación y el reclutamiento de inversores, incluso de otras provincias. En el marco de esa causa, a fines de abril Cositorto fue extraditado desde la República Dominicana, donde lo detuvo Interpol luego de estar unos 40 días prófugo.
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En esa ciudad cordobesa —se estima que en solo la provincia mediterránea hay más de mil damnificados— Cositorto fue indagado días atrás junto con una veintena de personas sospechadas de integrar la organización. Y ayer quedó en prisión preventiva junto con otros 13 de los imputados, entre quienes están Maximiliano Batista, sindicado como el número 2 de Zoe; Claudio Javier Alvarez, jefe de Zoe en Córdoba, y la madre de este, Silvia Rosa Fermani, coach ontológica y encargada de reclutar. Otras seis personas seguirán imputadas en libertad.
Desde hace un mes
Las primeras noticias sobre Zoe en Rosario aparecieron a fines del año pasado, pero no en forma de denuncias sino advertencias. En enero de este año, tal como publicara este diario, el fiscal del MPA Fernando Dalmau alertaba en Twitter sobre los increíbles retornos del 7,5% mensual que ofrecía una intermediaria financiera llamada Zoe Capital a cambio de inversiones en dólares. Una propuesta publicitada en diciembre, llamada “Robot Navideño”, ofrecía “doblar el dinero” con inversiones entre 1.500 y 30 mil dólares, ofreciendo “ganar el 100% en tres meses” con "retiros en tres pagos iguales: enero, febrero y marzo".
“Lo que ofrecen de rentabilidad es propio de negocios de economías criminales como el narcotráfico. Es imposible que lo que mencionan como generador de esos retornos, como la venta de cursos, produzca esos rendimientos”, dijo entonces a este diario Dalmau cuando todavía no había denuncias que motorizaran una investigación.
En rigor, no había denuncias, pero sí rosarinos que ya habían confiado —algunos aportando todos sus ahorros— en tan “ventajosa” propuesta. Incluso no faltó quien invirtió en diciembre y alcanzó a cobrar retornos en enero y febrero. Hasta que la pirámide se cayó y comenzaron a aflorar denuncias en todo el país.
Los investigadores presumen que las capacitaciones y cursos de coaching que ofrecía Generación Zoe eran una suerte de anzuelo para atraer inversores. Como en Rosario la firma comenzó a operar físicamente a finales del año pasado, se presume que por eso no se replica aquí lo sucedido en otros sitios donde el fraude parece ser más elevado.
Los primeros casos analizados en Rosario fueron once personas que aportaron entre tres mil y 30 mil dólares. Una fuente allegada a la investigación los describió como de “clase media y laburante”, en general incautos que no estaban al tanto de que las utilidades prometidas no existen en el mundo financiero. Entre lo que habían aportado y recuperado esos denunciantes se estima un perjuicio total cercano a los cien mil dólares, monto que va en aumento a medida que pasan los días y aparecen más damnificados. Hasta ayer totalizaban 18.
Tarde
Con los datos aportados por los denunciantes, el fiscal Ríos pidió allanar las oficinas de Zoe en Rosario, pero para entonces, con los principales referentes de la empresa prófugos, ya habían sido desmanteladas. Pero la investigación siguió y la semana pasada fueron apresados tres presuntos cómplices de Cositorto en la ciudad.
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Uno es Roque Edmundo D., sindicado como el encargado de Generación Zoe en Rosario, ya que a su cargo estaba la sede de San Lorenzo al 1700. El hombre de 59 años no estaba en su domicilio de Los Caracoles al 300, en Puerto Roldán, pero luego se entregó. También será imputada una hija de este hombre, Delfina D., de 21 años y sospechada de colaborar con la empresa.
La otra mujer que será imputada es Verónica R. De 49 años y sospechada de ser la secretaria de la organización en Rosario, fue detenida en su casa de Echesortu donde se secuestraron más de 122 mil pesos y 400 dólares.
Cuáles serán las imputaciones concretas para cada uno de los sospechados es algo que se sabrá en la audiencia ante la jueza de primera instancia Silvia Castelli prevista para este martes, desde las 14, en el CJP de Sarmiento y Virasoro.