La madrugada del domingo fue de tiros en Villa Gobernador Gálvez. Agustín Carlos Martínez, conocido como “Chupadedo” entre su familia y sus amigos, fue baleado en la esquina de Suipacha y Buenos Aires a la salida de una fiesta y malherido corrió, o intentó correr, para llegar hasta su casa pero se desplomó en Suipacha y Temporelli antes de morir camino al hospital de la ciudad. Tenía 20 años, había hecho hasta 5ª grado de la escuela primaria y vivía de changas.
“Era adicto, a veces salía a la mañana y no volvía hasta tarde, pero no volvía intoxicado, estaba bien. No tenía problemas con nadie, no sabemos que pasó”, resumían sus padres ayer a la tarde.
Contra un paredón
La noche del sábado Agustín junto con otros chicos y chicas de su barrio estaban de fiesta en una vivienda de Suipacha y Buenos Aires. No era más que una fiesta común, de las tantas que se hacen los sábados por la noche.
De lo que había trascendido ayer, pudo ser adentro de la casa que Agustín discutió o tuvo un encuentro con alguien con quien no debía cruzarse. Ya habían pasado las 4 de la mañana del domingo cuando el muchacho buscó el baño de la vivienda pero estaba ocupado. Entonces decidió salir a la calle y se dispuso a orinar contra el paredón de otra casa de Temporelli y Buenos Aires que desemboca en un terraplén.
No hubo más testigos que unos chicos que estaban con él y que luego le contaron a su padre que mientras Agustín orinaba se le acercó alguien por detrás y le disparó varias veces, a las piernas y al cuerpo.
Todos los que estaban en la fiesta salieron a las corridas y en menos de cinco minutos en ese barrio de casa humildes y chapas sólo se escuchaba la música, sin el griterío que se imponía una hora antes.
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Arrastrado por su propio miedo Agustín se desplazó, caminando y corriendo, y como pudo llegó hasta Temporelli y Suipacha donde se cayó en plena calle. Uno de los chicos que estaba en la fiesta llegó hasta la casa de la familia del pibe atacado, a unos 200 metros de donde cayó malherido, y avisó que estaba tirado a metros de la vía.
El padre y un hermano de Agustín fueron a buscarlo y lo llevaron hasta el Hospital Anselmo Gamen de Villa Gobernador Gálvez, donde los recibió el médico de guardia. El chico de 20 años llegó sin signos vitales y luego de maniobras de resucitación los médicos determinaron que había fallecido a causa de las múltiples heridas de bala.
En tanto, un vecino se comunicó con el sistema 911 a las 4.50 y denunció que habían escuchado tiros en Buenos Aires y Temporelli y que aparentemente un hombre había caído a unas cuadras. La policía fue hasta el lugar y testigos les dijeron a los agentes que el herido había sido trasladado al hospital, adonde se dirigieron.
“Nadie lo ayudó”
Al llegar los uniformados entrevistaron a Hugo, hermano de la víctima, quien les explicó que a él sólo le avisaron que Agustín estaba herido y que no sabía qué había pasado en la fiesta. La familia aseguró que “él conocía a los que le dispararon, pero nadie lo ayudó. Cuando pasan estas cosas se ve que uno se queda sin amigos”.
En la causa interviene el fiscal Patricio Saldutti, de la Unidad de Homicidios Dolosos, que ordenó la intervención del gabinete de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) para el relevamiento del lugar, fotografía, rastros y laboratorio. En ese sentido personal policial realizaba ayer esas tareas en busca de cámaras y testigos presenciales, pero hasta la tarde del domingo no se habían recabado indicios sobre quiénes podrían haber sido los atacantes; tampoco había cámaras de vigilancia en las inmediaciones.
La ciudad de Villa Gobernador Gálvez, con una población de alrededor de 120 mil habitantes, registró nueve de los 122 homicidios cometidos en las localidades del departamento Rosario en lo que va de este año.