El célebre Jorge Luis Borges decía que jugar a la pelota es “estéticamente feo: once jugadores contra once corriendo detrás de una pelota no son especialmente hermosos. Mucho más lindas son las riñas de gallos”.
El célebre Jorge Luis Borges decía que jugar a la pelota es “estéticamente feo: once jugadores contra once corriendo detrás de una pelota no son especialmente hermosos. Mucho más lindas son las riñas de gallos”.
En tanto, el sociólogo Juan José Sebreli afirma que el deporte "es un poderoso instrumento de dominación inventado por la clase hegemónica de las sociedades burguesas".
Esos no comprenden la magia de la redonda. Pero hay demonios que quieren manipular al fútbol para burlar y estafar al gentío.
Toman ropajes humanos y son poseídos por el Antifútbol, perverso ser que se encarna en “cercanos al fóbal”, infiltrados hasta en puestos dirigenciales.
¿Cómo alguien puede entronarse 30 años en el trono de la AFA? y ¿qué otros demonios lo sostienen?
También es intrigante que durante 14 años presida un club alguien acusado por fraude, evasión, vaciamiento y amenazas. Tampoco se entiende que un patrón pueda conducir a un club al descenso sin que antes le revoquen el poder.
¿Lo hicieron solitos o tenían edecanes esos dictadores? Habrá que apuntar también a quienes a cambio de un “cambio” entregaron la dignidad. Para erigirse en mandamás se requiere de apoyo desde tribunales, despachos gubernamentales, representantes de jugadores, sponsors y medios de comunicación. Desde sus cuevas, algunos operan paran el proyecto del Antifútbol. Son también cómplices en la ejecución de delitos execrables: fraudes económicos y saqueos a las ilusiones colectivas.
Estar fuera del Mundial es molesto, pero no tanto como escuchar a quienes toman al fútbol como nada más que un deporte. “¿Qué te dije al empezar el torneo”, advierten los que sabían todo pero no hicieron o dijeron lo que debían, para impedirlo.
Habrá que tomar más el fútbol en su contexto social. “Nuestros jugadores dieron todo lo que pudieron. Pero esto nos enseña que hay que moralizar las estructuras de la institución del deporte más popular. La culpa no la tiene Maradona. Todo comienza por la cúpula, la estructura superior. Quien tiene que renunciar ahora es Julio Grondona, quien desde la dictadura maneja todo”, dijo el domingo el escritor y periodista Osvaldo Bayer.
También repudió que sigan usando a Maradona para hacer negocios, instó a “sanear las cúpulas burocráticas” y recomendó que las hinchadas “empiecen a exigirlo desde las tribunas, con carteles con un: Basta de Grondonas”.
Mañana, Figurita 37: Los docentes