Los bancos centrales sudamericanos manifestaron ayer preocupación por el efecto negativo que el exceso de liquidez producida por las políticas expansivas de los países ricos pueda causar en las tasas de cambio y en la estabilidad financiera de las economías emergentes.
Esa liquidez excesiva podría tener "efectos sobre las tasas de cambio y la estabilidad financiera de las economías emergentes", según el comunicado redactado en la XXV Reunión de Presidentes de Bancos Centrales de Sudamérica, que se celebró ayer Río de Janeiro.
Representantes de 10 bancos centrales también concordaron en que las economías de América del Sur se desempeñarán mejor en el 2013 que en el año pasado, pese a un esperado largo período de bajo crecimiento global.
Las preocupaciones por los efectos de la liquidez global sobre las economías en desarrollo aumentaron desde que Japón reveló un estímulo de política monetaria sin precedentes de 1,4 billón de dólares la semana pasada.
Según analistas, es probable que parte de ese dinero se dirija hacia economías emergentes que cuentan con mayores rendimientos, causando una indeseada apreciación monetaria que podría golpear a las industrias locales.
Las tasas de interés en Japón son cercanas a cero, mientras que en Brasil es de 7,5 por ciento, de un 5 por ciento en Chile y de un 4 por ciento en México.
En general, el estímulo monetario decretado por los países desarrollados fue exitoso en evitar una recesión global, pero también llevó flujos de capitales volátiles a las economías emergentes, dijo Luiz Awazu, jefe de asuntos internacionales del Banco Central de Brasil.
"Como receptores de esos flujos, necesitamos saber cómo administrarlos para que así nos beneficien en vez de desestabilizar nuestras condiciones de crédito y financieras", agregó Awazu.
A la reunión asistieron los jefes de los bancos centrales y autoridades de Brasil, Chile, Colombia, Perú, Argentina, Ecuador, Paraguay, Uruguay, Venezuela y Bolivia.
En la próxima reunión, que se hará en Bolivia en octubre, se presentarán dos estudios, uno sobre la evolución de los precios de los activos y otro sobre los criterios para estudiar el comportamiento del crédito.