Realmente, cuando creemos que ya no podemos ir más lejos acontecen hechos que nos demuestran estar equivocados. Mi capacidad de asombro, ya anestesiada, deja paso libre al dolor tremendo que siento ante la realidad que vivimos, lejos de embanderamientos absurdos. No puedo creer que avalemos la interrupción del tránsito libre por este suelo. ¿Cómo reclamar en ejercicio de mis derechos si estoy pasando por sobre los derechos de otros? Insisto, ¿y si eso encima se hace codo a codo con una Pando? Tampoco la voy con quien no dan la cara y aplican el patoterismo. Estoy con quienes quieren un país de verdad donde no se vea que por luchas de poderes se muera gente de hambre, exista la desnutrición y la forma de reclamar sea desechar los alimentos a las rutas. ¿ Y el derecho de los con hambre? Con participación se construye un país para todos, y esa participación no es sinónimo de cortes, insultos ni agravios por no bancarme el color político de quien me dirige. Hoy más que nunca sumemos, trabajemos con ese otro con quien quizás no nos hermane la preferencia política, pero que al igual que yo quiera también se interese por construir ciudadanía.
Tania Ybáñez, tanyban@hotmail.com
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