La "mesaza" del sábado pasado concitó más atención que un River-Boca pero fue patética. Claro, que la gente se prendió al televisor porque estaba la señora Mirtha conduciendo el programa y en todo caso le sumaba para la campaña, pero la intervención de la primera dama (su hechicera) fue desconcertante por las incoherencia de sus dichos que no son ni más ni menos los que se olvidó de recetarle Durán Barba. La verdad es que no lamento haberlo votado ya que nuevamente lo haré, pero con el fin de que no llegue la otra desentonada. A pesar de sus desaciertos prefiero el dulce tono de voz y la humildad de expresión de este presidente, que a decir verdad está lejos de la realidad, tan lejos que cuando le preguntó la "Chiqui" por lo que ganaba un jubilado, dijo "nueve, diez, no...ocho, bah..!". Digamos que no tiene ni idea de muchas cosas, cuando se le recordó el monto se hizo el distraído, lo cual me hizo pensar que como programa de interés público no lo fue, pero sí como de humor, sobre todo cuando se sumó Antonia. Señor presidente, si no rompe el encanto que le genera su hechicera irremediablemente nos llevará a un lugar sin vueltas. Igual cuente con mi voto pero, ya sabe, corrija el derrotero.