El viernes 14, a la dos de la mañana hora italiana, dejó de latir el corazón de Chiara Lubich. Una mujer que desde muy joven, en medio de la guerra, junto a algunas compañeras, decidió hacer de Dios el todo de sus vidas. Maestra en el arte de amar, fue testimonio vivo del amor de Dios, no sólo para los católicos, iglesia a la cual pertenecía, sino también para personas de otras religiones y además de no creyentes. Fue construyendo una fraterna relación con ortodoxos, anglicanos, luteranos, musulmanes, hinduistas, etcétera, y hasta algunos monjes budistas que la llamaban mamá Chiara. En su recorrido por el mundo, iba sembrando la convicción de que la paz verdadera se construye solamente con el amor. Así logró la reconciliación de dos tribus africanas con conflictos históricos. También hizo su aporte en el mundo de la política, de la economía, del arte y de la pedagogía, con el reconocimiento a través de los doctorados honoris causa que recibiera en estas disciplinas. Esto y muchas otras cosas fue Chiara para el mundo. Para mí, Chiara Lubich es la persona que me enseñó el sentido de la vida. Hemos sido creados por amor y para amar. Pero un amor que requiere del esfuerzo, del servicio, de la renuncia a nosotros mismos por el hermano que tenemos al lado. Me enseñó que la paz se construye desde el lugar que estoy, en mi casa, en el barrio, en el club, en la escuela, en las calles, en la oficina, en el parlamento, allí donde estamos en cada momento y se construye pensando en los demás. Me enseñó que hasta el dolor más profundo puede ser superado si nos lanzamos a amar al prójimo más cercano olvidándonos de nosotros mismos. Me enseñó que puedo equivocarme muchas veces, pero que también puedo recomenzar siempre, enseguida y con alegría sin bajar los brazos. Me enseñó a saborear cada palabra del evangelio y me daba el coraje para vivirlas. Nada de lo que pueda decir de Chiara Lubich estará a la altura de su persona. Sólo sé que su corazón dejó de latir el 14 de marzo, pero que Chiara vivirá por siempre en el corazón de cada uno de quienes la conocimos y que podremos revivirla siempre tratando de imitar con nuestra vida lo que fue su vida. Para quienes quieran conocer mejor su obra: www.focolares.org.ar




























