Este 29 de julio se cumple el 21º aniversario de la muerte del doctor René Favaloro, médico rural orgullo argentino, creador del bypass, que salvó corazones en todo el mundo. Sobre mi PC, hace 30 años tengo recuadrados varios escritos que hacen referencia a su trayectoria y me veo impelido a hacer este humilde homenaje. Sería largo enumerar los 10 puntos de la mística que estableció para su Fundación. Baste citar tres de ellos en el siguiente orden que fueron puntualizados: 1) Honestidad. 2) Trabajar con pasión, esfuerzo y sacrificio sin límites. 3) El objetivo máximo de nuestra tarea y por ende el único que gozará de privilegios es el paciente. La fuente pertenece al audio de TV tomado en 1989 del programa “Tiempo Nuevo (Bernardo Neustad) y expresa claramente que los 10 puntos servían como pilares de nuestra sociedad. Otra fuente remite al 3/8/2000 surgida en un editorial a cargo de Jorge Lanata, que sintetiza expresando: “…puede que Favaloro se haya matado por cansancio, se haya sentido un estorbo para un país sin reglas y por eso nos conmueve a todos… Ojalá donde esté ahora haya encontrado la paz”. Mi admiración por su figura la puedo resumir en dos puntos: 1) Siendo médico cirujano académico eminente, reconocido mundialmente en todo el ámbito de la salud y estando en EEUU con todo el dinero y la fama a su merced, volvió a la Argentina, creó su Fundación y luchó por atender a pobres y ricos sin distinción, salvando corazones por vía de su propio gran corazón. 2) Pidió ser recordado como docente más que como médico. Por mis 40 años de docencia, lo comprendo mejor. De su puño y letra, rescato esta frase que dejó como melancólico e inequívoco mensaje: “Todos somos culpables, pero si hubiera que repartir responsabilidades, las mayores caerían sobre las clases dirigentes. Si resurgiera San Martín caparía a lo paisano varias generaciones de mandantes”. Lapidario. Querido doctor, descanse en paz.