Hace algunas semanas que las barberías y las peluquerías vienen siendo víctimas de robo. Se trata de un rubro que ganó cierta fama, de algunos años a esta parte, a partir del auge por los cortes de pelo que lucen ciertos jugadores de fútbol.
La saga delictiva se registra desde hace algunas semanas. Desde el sector plantean que las pérdidas dejan a los profesionales prácticamente en la ruina
Por Matías Petisce
Peluqueros y barberos denuncian una ola de robos a locales del rubro.
Hace algunas semanas que las barberías y las peluquerías vienen siendo víctimas de robo. Se trata de un rubro que ganó cierta fama, de algunos años a esta parte, a partir del auge por los cortes de pelo que lucen ciertos jugadores de fútbol.
Desde el sector, denuncian que sus locales son blanco de arrebatos y escruches. Las pérdidas dejan a los profesionales prácticamente en la ruina por la inversión que representa reponer las herramientas de trabajo, según señaló Enzo Sagasti, presidente de la Cámara de Titulares de Salones de Peluquería y Afines de Rosario (Catistar).
El peluquero y estilista remarcó que la mayoría de los robos registrados en las últimas semanas ocurrieron en los barrios alejados del centro de la ciudad. Siempre con la misma modalidad: ingresan al comercio cuando está cerrado y se apoderan de lo que encuentran. En general, se llevan tijeras, secadores de pelo, máquinas eléctricas y todo lo que pueda caber en una mochila para escapar luego en auto o en motos.
"Roban entre tres y cuatro peluquerías por semana", precisó Sugasti, titular de Catistar. En ese contexto, comentó: "Tengo colegas que les han desvalijado y les sacan instrumentos difíciles de reponer por su costo, producto de la crisis económica que atraviesa el país".
Según apuntó, el precio de los elementos parte desde los $50 mil pesos y pueden llegar hasta un millón. Los secadores de pelo o las máquinas eléctricas con la que suelen utilizarse para hacer estos cortes "Fade", en todas sus variantes, también las tijeras. Luego se ofrecen en el mercado negro o, directamente, quienes roban estos elementos los ofrecen personalmente en otras peluquerías o barberías.
"El peluquero o peluquera tiene lo mejor que puede comprar, así sea la tijera, máquina o secador más baratos del mercado, y con el robo lo arruinan", lamentó. Advirtió que "hay avisos en Marketplace o otras redes sociales donde se venden máquinas sin accesorios a un costo llamativo".
Propio del auge que ganaron las barberías, muchos jóvenes optaron por subirse a esa moda y comenzar a generar ingresos por sus propios medios, tras aprender de manera autodidáctica o tras hacer capacitaciones.
El problema, según Sagasti, es que muchas veces se engaña con la promoción y "te hacen creer que en seis meses vas a poder cortar el pelo". Y es más complejo. "Por supuesto que no son todos los casos porque, de hecho, hay gente que sabe cortar el pelo, pero la mayoría carece de idoneidad y experiencia para llevar la profesión adelante", apuntó.
"Hay academias que te dan formación básica que demora un año, y después tenés que seguir perfeccionando por espacio de cuatro o cinco años y sumar «horas de vuelo»", sintetizó a la hora de describir la profesión.
No obstante, destacó que "hay pibes que buscan una rápida salida laboral y en todos los casos es preferible antes que salgan a delinquir o se pasen todo el día tirados en al calle, aunque no tienen las herramientas necesarias para llevar adelante un negocio de este tipo tal como cortar el pelo, administrarse y gestionar un comercio, y en muchos casos no se tomaron el tiempo necesario porque no lo tienen".