Estudiantes misioneros, que integran la comunidad guaraní Chafariz, reclamaron la construcción de un puente sobre el arroyo homónimo para evitar el cruce a nado de ese curso de agua que suelen realizar para ir a clases.
Estudiantes misioneros, que integran la comunidad guaraní Chafariz, reclamaron la construcción de un puente sobre el arroyo homónimo para evitar el cruce a nado de ese curso de agua que suelen realizar para ir a clases.
De acuerdo con estimaciones de organizaciones ambientalistas locales, la aldea mencionada está conformada por unas 26 familias y se ubica en la región noroeste de esta provincia, entre las localidades de San Vicente y El Soberbio.
Con el propósito de dar a conocer su demanda, además de otras vinculadas con la necesidad de viviendas y provisión de energía eléctrica, los integrantes de la comunidad cortaron el tránsito en la ruta provincial 13, que une las zonas Alto Uruguay y la central.
Los manifestantes se ubicaron a la altura del kilómetro 19 de esa ruta, donde hicieron oír sus reclamos, encabezados por el cacique Vicente Méndez, con el apoyo de vecinos de la zona que se oponen a la construcción de un camino interior en el Parque Provincial Moconá.
En la concentración los aborígenes pidieron a las autoridades del gobierno provincial la construcción del puente sobre el arroyo Chafariz, a fin de que "alrededor de 45 chicos de la aldea puedan asistir a clases en la escuela, sin necesidad de cruzar a nado" dicho curso.
Méndez dijo en medios locales que la situación "se vuelve más grave en los días de lluvia, ya que el arroyo desborda y quedamos aislados, aunque los chicos se animan a nadar hasta la otra orilla para ir a la escuela, corriendo serios riesgos".
Además, el vocero de la comunidad recordó que hace diez años llevan adelante un pedido de provisión de energía eléctrica, "pero hasta ahora no tuvimos respuesta".Un video muestra a un grupo de niños que llega a la orilla del arroyo Chafariz, se quita la ropa y en paños menores se interna en el agua para llegar a la otra orilla y asistir a clases. Los mayores cargan la vestimenta propia y la de los más chicos en el cuello, al tiempo que los toman de las manos para evitar la sumersión o que pudieran ser arrastrados por la corriente, hasta que vuelven a pisar tierra firme.