La sala de terapia intensiva del Hospital Víctor J. Vilela se convirtió en la primera del país, dentro de la atención pública, en ser humanizada. El objetivo es que los pacientes tengan la sensación de estar en un espacio amistoso y que la internación sea lo menos traumática posible, logrando que el ambiente pediátrico sea más amigable, ya que la sanación no solo es física, sino también subjetiva, teniendo en cuenta que los estímulos exteriores favorecen a la recuperación.
Con ese objetivo, el equipo de Arte que Ayuda a Curar, encabezado por la artista plástica Elizabeth Aguillón, pintó en la sala un mural muy colorido, con el que se pretende acompañar la infancia de un niño enfermo. Según se detalló, el pequeño que está en esa condición le da sentido al entorno que lo rodea mediante la observación y lo que percibe de ella.
El trabajo de los artistas genera un proceso de armonización de los espacios para que los niños se sientan contenidos, garantizando una atención lo menos traumática posible.
El grupo que trabajó en el hospital estuvo compuesto por 60 voluntarios, muchos sin experiencia en el campo de las artes, lo que demuestra que no es necesario saber pintar para poder construir un cambio.
No es la primera vez que Arte que Ayuda a Curar realiza intervenciones artísticas en el Hospital de Niños Víctor J. Vilela. El grupo ya realizó trabajos en el patio, la sala de espera, las paredes de oncohematología y parte del frente del efector.
Según se destacó, para la unidad de cuidados intensivos pediátricos del Vilela se pensó un diseño que acompañe y que tranquilice a través de colores pasteles, tanto a pacientes, familiares y profesionales, teniendo en cuenta la influencia que tienen los colores en el ser humano, incidiendo sobre su comportamiento y estado de ánimo.
Si se tiene en cuenta la posición en la que se encuentra un paciente cuando despierta de un coma, la intervención en los techos usando colores y formas sirven come herramientas de un despertar menos traumático.
Arte que Ayuda a Curar es un proyecto que se inició después de analizar una experiencia familiar. En este sentido y como artista plástica, Aguillón empezó a buscar la manera de mejorar el paso de los niños por las internaciones y prácticas médicas.