Murió ayer en Rosario Omar Torres, el "maestro de bandoneón". El músico nacido en Las Rosas tenía 87 años y una larga e intensa tarea profesional y docente. Torres llegó a Rosario en 1950 y se convirtió en un protagonista directo de la historia y evolución del tango local. "Vine en el tiempo en que las radios tenían su número vivo, me trajo el maestro José Salas para tocar en su orquesta y allí también me inicié como arreglador", contó hace tiempo en una entrevista.
"Mucha tristeza, falleció el gran Omar Torres, bandoneonista, músico maravilloso, con el que aprendí tanto. Gracias Maestro por tu talento, solidaridad y amor a nuestra cultura nacional y popular. ¡Buen viaje hacia la luz!", escribió ayer a la tarde en su facebook la cantante Myriam Cubelos.
Torres estudió con Santiago Grande Castelli y Abel Pizzicatti, y en la orquesta de Salas conoció al violinista rosarino, Antonio Agri. Durante los años 50 la labor de las orquestas en las radios rosarinas era intensa, y en este sentido Torres aportó su bandoneón a las formaciones de Francisco Plano y José Corna, hasta su retorno al conjunto de Sala como primer bandoneón y arreglador.
Sus dotes como instrumentista le permitieron tocar como invitado en la orquesta del director y pianista cordobés Jorge Arduh, con quien recorrió buena parte del país y se presentó en Radio El Mundo de Buenos Aires. Por esos años también tuvo a su cargo los arreglos del tango "Un boliche" para la orquesta de Aníbal Troilo y Roberto Goyeneche. Sobre finales de la década del 50, Torres continuó grabando con su orquesta, y además formó la Agrupación de Música Moderna, para protagonizar algunos ciclos radiofónicos que fueron de gran popularidad en esa época.
En 1961, disuelta su agrupación con Agri —quien fue llamado a tocar con Astor Piazzolla—, Torres quedó a cargo de la orquesta del Tango Club Rosario. Como pianista grabó al frente de un octeto, dos décadas después, y en 1982 retomó el bandoneón para formar un quinteto con músicos jóvenes, adaptado a los nuevos carriles que transitaba la música ciudadana.
Este quinteto incluyó innovaciones desde el punto de vista instrumental respecto de los anteriores grupos de Torres, reflejadas en la incorporación de la guitarra eléctrica y teclados, y mostraba a la vez un nuevo repertorio de composiciones propias. Con este conjunto dio conciertos y grabó, sobre el final de la década, en forma independiente, cinco cintas que fueron editadas en casetes. De estos tiempos también es un registro para el sello CBS junto al cantante Francisco Llanos. .
En los 90 comenzaron sus presentaciones junto a la Orquesta de Cámara Municipal de Rosario, la que también dirigió. Su experiencia como solista de bandoneón en grandes formaciones instrumentales incluyó dos conciertos ofrecidos junto a la Sinfónica rosarina.
Su labor como compositor incluyó la creación de música especial para espectáculos de danza. En el nuevo siglo, Omar Torres actuó como bandoneón solista al frente de una orquesta integrada por Pedro Mario García en violín, Marcelo Ajubita en viola y Leonel Lúquez en piano, entre otros. Con este grupo Torres grabó sus últimos discos, Juego de luces" (2003), "Otros días" (2005) y "Una recorrida" (2007).