Carlos Bermejo es, sin lugar a dudas, sinónimo máximo del periodismo de espectáculos de la ciudad y el país. Tras la vigésima edición de La Noche de los Magazines, Bermejo desgranó todo tipo de emociones, habló de su trayectoria, la actualidad, anécdotas del espectáculo y hasta charló con Mirtha Legrand, Julio Orselli y el Negro Álvarez. Al reencontrarse con su viejo compañero de "De 12 a 14", ambos coincidieron en que la etapa en el legendario noticiero de Canal 3 "está terminada"
Como no podía ser de otra manera, La Noche de los Magazines dio que hablar. Las figuras, la esperan y disfrutan; la gente, en sus casas, también. Tanto es así que la máxima diva de la televisión argentina, Mirtha Legrand, dijo: "La fiesta estuvo fabulosa, el público maravilloso, todo armonioso y agradable. Nos sentamos a las 21 y nos levantamos a las 2 de la mañana". Tanto lo disfrutó "La Dueña" que enfatizó que "ir a Rosario siempre es una fiesta". Ante la posibilidad de que la velada que reconoce a figuras destacadas de todo el país no se siga realizando, Legrand, bromeando, apuntó: "Nosotros le organizamos todo, hasta le buscamos los anunciantes".
Pero, rápidamente, Bermejo aclaró: "Tengo 63 años. Una cosa es cuando arranqué y otra ahora; de carrocería me defiendo, pero de motor algunas cosas hay que reparar".
Durante el programa "Los notables", el reconocido conductor, con mucho tino, se hizo espacio para autodefinirse: "Yo soy un tipo sumamente tímido, aunque me disfrace de algo que es la antítesis. Uno arma un personaje, a mí me da mucho pudor cuando se habla de esta fiesta que habla el país".
Saliéndose del personaje y dándole lugar al hombre reflexivo que es, analizó la realidad en que se vive: "No sé quién ha llevado al mundo a esta cosa tan loca, casi desquiciada, de tanta confrontación, el mundo está siempre en llamas". Conocedor de la sociedad argentina, consideró que "éste es un país en el que todos somos muy ególatras y caerse del ego debe ser el lugar más alto del suicidio". Al tiempo que lamentó que "la gente ha perdido la capacidad de disculpar", pero enfatizó que no hay que resignarse porque "si vos te resignás a la realidad, estás conspirando con el futuro de la gente que querés".
Abundando en sus sentimientos, alertó que le tiene "miedo al deterioro mental el día de mañana" y explicó el porqué: "En este país hay dos sectores desprotegidos: la infancia y la vejez. Yo veo a los jubilados a las seis de la mañana para cobrar ese sueldo que es una vergüenza. Si yo viviese en otro país no tendría ese miedo".
A lo largo de su carrera profesional, Bermejo tuvo la posibilidad de entrevistar a muchas personalidades internacionales. "En un año que Liza Minelli vino a actuar al Luna Park estábamos con mi mujer en el mismo hotel tomando un café y veo que en el final del salón estaba Liza. Por medio del camarero le pasé una tarjeta mía con una nota en inglés. Veo que se para y pensé que se iba para el ascensor pero vino a la mesa mía, donde había una tetera con agua hirviendo. Yo, por los nervios, me paro con tanta desgracia que el agua hirviendo me cayó en las piernas y quedé violeta. Ella no sabía si reírse o no; yo le dije 'reíte'. Eso fue surrealista, charlamos como pudimos en el Instituto del Quemado", contó, entre risas para gozo de todos los oyentes.
También lo une una relación estrecha con las divas de la televisión nacional. "Susana (Gimenez) y Mirtha (Leghrand) apoyan mucho a causas muy nobles. Algo que la gente no sabe y se queda con el estuche. La Chiqui, si bien es una señora, sigue siendo la chica de Villa Cañás", analizó con énfasis.
Sobre el final, para darle el broche de oro al programa, irrumpieron en el Estudio dos personajes divertidísimos de La Ocho, Julio Orselli y el Negro Álvarez. En el reencuentro, Bermejo y Orselli, recordaron su paso por De 12 a 14. En relación a la desvinculación de ambos de la empresa de Alberto Gollán, Bermejo preguntó: "Si te tendiera la mano, ¿vos volerías? yo ni muerto". La réplica de Orselli no tardó: "No, no". Y ambos coincidieron en que la etapa está terminada.