José Orlando Díaz, de 33 años, cayó muerto con un balazo en la cabeza en una zona de Villa Gobernador Gálvez que ni figura en los mapas. Su cadáver fue hallado en el ingreso a un pasillo de tierra en el que minutos antes habían baleado a otro joven que se encuentra internado con un proyectil en el cráneo. El fiscal investiga los dos hechos en conjunto por la cercanía en tiempo y distancia aunque al momento no hay certezas que los vinculen.
Los partes oficiales indicaron que Díaz fue asesinado sobre las calles Granaderos a Caballo y Costa, pero lo cierto es que esa intersección en los mapas no existe. En el barrio de Villa Gobernador Gálvez conocido como La Tablita, las calles con nombres más cercanas a donde fue hallado el cadáver de Díaz son Crespo y Costa. Todo lo demás son pasillos que conducen a distintos puntos de un barrio formado por asentamientos precarios y casas de material a medio terminar.
Este miércoles, un manchón de sangre mezclado con tierra y arena, justo en el ingreso a una vivienda, delataba el punto exacto en el que fue asesinado Díaz. Cerca de las 22.30 del martes vecinos de la zona lo encontraron ya sin vida, con una herida de bala en la cabeza y otros golpes, en un punto del barrio que para en ese entonces estaba ya conmocionado por otro hecho violento que había ocurrido unos 20 minutos antes.
Una bala en el cráneo
A Carlos Agustín V., de 24 años, lo balearon en la cabeza pasadas las 22. Sus familiares lo llevaron de inmediato al Hospital Anselmo Gamen, desde donde lo derivaron al Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (Heca). Allí quedó internado y pasó la noche junto a su familia, a quienes la mañana de este miércoles les dijeron que el chico se encontraba estable aunque con la bala todavía alojada en el cráneo.
Cerca de las 11 del miércoles el padre de Carlos volvió al barrio luego de pasar la noche en vilo por el estado de salud de su hijo. Desde su casa, a metros de donde balearon a Carlos y más cerca aún de donde mataron a Díaz, el hombre dijo no saber en qué contexto habían baleado a su hijo. Solo tiene la certeza, o eso cree, de que su hijo no conocía a Díaz.
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"Carlos fue a comprar a una despensa que hay acá nomás y cuando volvía le dispararon", dijo el hombre. Desde la Agencia de Investigación Criminal indicaron que el joven apenas alcanzó a hablar con los policías que lo trasladaron al Heca. Dijo que dos personas en moto le habían querido robar, que él se resistió y entonces lo balearon.
"Nosotros no sabemos ni vimos nada. Lo llevamos al hospital y cuando volvimos hoy a la mañana nos enteramos de que habían matado a otro muchacho", dijo el padre de Carlos. Es que cuando ellos se encontraban de hospital en hospital, con la urgencia por una vida que parecía escaparse, los balazos volvieron a sonar en el mismo lugar. Fue apenas 20 minutos después y esta vez el resultado fue fatal.
Golpes y balazo
El fiscal Patricio Saldutti, de Homicidios Dolosos, investiga ambas causas en conjunto. Principalmente por la cercanía en tiempo y espacio de ambos hechos. Es que por fuera de eso no hay demasiada información, ni para vincular a las víctimas ni para relacionar ambos ataques, aunque tampoco para descartarlo. Una certeza es que Díaz tenía domicilio en el barrio Tablada de Rosario, pero sus hermanos viven en la zona en la que fue asesinado.
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Entre los primeros testimonios que aparecieron en la investigación surge que la víctima era conocida como "Puchi". Un hombre lo reconoció a la vez que, según contó, vio cómo unas cuatro cinco personas entre hombres y mujeres le pegaron con palos y botellas. Así lo constataron agentes de la comisaría 26 que estuvieron a cargo de los primeros peritajes y vieron, además del balazo en la cabeza, otras heridas en el cadáver de Díaz.
Sobre los autores del homicidio se sabe que se movían a bordo de una moto azul y negra. Una característica similar al vehículo en el que iban los autores del disparo que minutos antes había herido a Carlos Agustín V. En ese sentido es que aparece un posible punto en común entre ambos hechos, además de que ocurrieron tan cerca entre sí y con tan poco tiempo de diferencia.