Varios agentes policiales llegaron la madrugada de ayer a un conocido bar que se encuentra a un costado de la ruta 33, a la altura del kilómetro 700 y en jurisdicción de la localidad de Zavalla. Pasado el revuelo inicial y la sorpresa entre los parroquianos por el arribo de los uniformados, al requisar el lugar se encontraron en las habitaciones de los fondos del lugar y trabajando como alternadoras entre las mesas a 18 mujeres de entre 19 y 36 años. Fuentes oficiales dijeron que "el local funcionaba como un prostíbulo encubierto" y se llevaron demorados de allí a ocho hombres de entre 33 y 56 años, uno de los cuales al momento de la incursión policial mantenía relaciones sexuales con una de las trabajadoras. Además hubo otros tres allanamientos, uno de ellos en Rosario, y se detuvo a tres hermanas que serían las responsables del burdel y quedaron acusadas de favorecer la prostitución.
La investigación que llevó a cabo la fiscal Alejandra Raigal comenzó hace aproximadamente tres meses a partir de una llamada anónima a la línea de teléfono 145, en la que se reciben denuncias por el delito de trata de personas que luego son derivadas a las Fiscalías territoriales.
En el allanamiento realizado en Rosario, en una casa de Magallanes al 1600, se detuvo a las hermanas Andrea Carolina R. de 44 años; Melisa Natalí R., de 38; y Gabriela Verónica R., de 31 años, quienes quedaron imputadas en una audiencia llevada a cabo ayer a la tarde de promoción, facilitación y explotación económica de la prostitución. En esa casa, residencia de una de las mujeres, se incautaron 93 mil pesos en efectivo, el título de propiedad de un vehículo encontrado en el local de Zavalla, libretas con direcciones y teléfonos celulares.
Según trascendió, el trabajo de calle fue realizado por la Agencia de Investigación sobre Trata de Personas y Violencia de Género, dependiente de la Policía de Investigaciones (PDI) que realizó los cuatro allanamientos junto al Grupo de Irrupción Rápida (Giri) y Gendarmería Nacional.
En el bar de Zavalla los pesquisas secuestraron dinero en efectivo, planillas de horarios de trabajo y documentos de interés para la causa. En tanto, en dos casas linderas al bar, las que oficiaban de viviendas de las dueñas y los encargados con sus correspondientes familias, se incautaron 16 celulares, dos tablets, tarjetas de memoria de celulares, una computadora y anotaciones de todo tipo, además de un Ford Eco Sport cuyo título había sido hallado en la casa de Magallanes al 1600.
Asistidas
En tanto, las mujeres rescatadas fueron asistidas por el equipo interdisciplinario de la Delegación Sur de la Agencia de Trata y del Instituto de la Mujer de la Municipalidad de Rosario, integrado por psicólogas y asistentes sociales. Luego se las trasladó a la Fiscalía para tomarles declaración y más tarde quedaron en libertad. En tanto, de los clientes que estaban en el prostíbulo sólo se levantaron sus datos en las actuaciones policiales y ninguno fue detenido. "No es delito concurrir al lugar", aclaró Marcela Romagnoli, titular de la Delegación Sur de la Agencia de Investigación sobre Trata de Personas y Violencia de Género dependiente de la PDI.
Por otra parte, la fiscal Raigal llevó adelante a las 14 de ayer la audiencia imputativa a las tres hermanas, en la que el juez Hernán Postma les dictó la prisión preventiva por 60 días y las imputó de promoción, facilitación y explotación económica de la prostitución.
A su turno, la oficial Romagnoli expresó que "en los allanamientos se logró desbaratar el bar nocturno donde se explotaba a las mujeres tras una investigación de al menos tres meses", y manifestó que "no se encontró resistencia cuando junto a Gendarmería Nacional y la policía incursionamos en el bar".
Sobre el funcionamiento del lugar aseguró que "abría todos los días en horario nocturno, no contaba con medidas de higiene y las condiciones en que estaban las chicas eran pésimas además de no tener la más mínima seguridad. No se puede afirmar que las 18 mujeres rescatadas estaban allí contra su voluntad, eso se determinará a partir de las declaraciones que les tomaremos". Y agregó que "en los próximos días se buscaran más pruebas para apoyar a la fiscal Raigal en la investigación y las imputaciones".
En cuanto al método de trabajo y la forma de administrar el prostíbulo, Romagnoli sostuvo que "en los cuadernos, las libretas y algunas planillas secuestradas figuraban los horarios de los turnos de las chicas, teléfonos de los clientes, posibles días en los que pasaban determinados clientes, registro del dinero obtenido y la forma en que hacían los «pases» (forma en que se denomina la atención a los clientes) y el funcionamiento general del lugar".