“Le dispararon desde atrás, él ni se enteró, y después salieron corriendo del auto. Dicen que eran dos y una vecina vio que huyeron en un Citroën C3 blanco. Así mataron a mi hermano”. Las palabras de uno de los familiares de Raúl Eduardo Benítez, el remisero de 55 años asesinado de dos balazos el jueves a la noche dentro de su vehículo en Alem y Doctor Riva, puso en palabras cómo se mata a sangre fría en un barrio de Rosario, en este caso Tablada, en la zona sureste de la ciudad. La víctima trabajaba para una histórica remisería de Villa Gobernador Gálvez, tenía cinco hijos y ocho nietos, y junto a su cuerpo los sicarios dejaron un cartel intimidatorio como ha ocurrido en otros homicidios.
El crimen de Benítez motivó una movilización de conductores villagalvenses autoconvocados que primero fueron hacia la intendencia de la vecina ciudad y luego peregrinaron a la sede de Gobernación, en pleno centro de Rosario acompañados por el propio intendente de Villa Gobernador Gálvez, Alberto Ricci.
Los colegas del chofer expusieron dos teorías sobre el asesinato. Por un lado una serie de amenazas contra la remisería “Talleres”, ubicada en Juan Domingo Perón al 1800 de la vecina ciudad. “Ahora por el crimen de nuestro compañero nos enteramos que la remisería está amenazada desde hace un par de semanas y el dueño no nos dijo nada. Nos dejó regalados en la calle, por eso le pegué un trompazo. Yo le pegué”, relató un chofer corpulento al que sus compañeros no podían contener en la puerta del edificio de Gobernación.
La otra teoría es una presunta vinculación con el asesinato de Carlos Emanuel Fernández, ocurrido en Caseros al 1700 de Villa Gobernador Gálvez el miércoles a la noche. Un remisero de la misma empresa Talleres fue a buscar a Fernández y a su hermana cuando salían de un pasillo donde practicaron un rito umbanda y al asomarse a la calle para subir al vehículo fue ejecutado de varios balazos, al menos tres de ellos en la cabeza. “Sabemos que hubo mucha gente llamando a la remisería preguntando quién había sido el chofer que fue a buscar al muchacho asesinado (Fernández) y también queriendo saber sobre los choferes de la empresa”, dijo otro de los compañeros de Benítez.
La remisería
La remisería Talleres es de las históricas de Villa Gobernador Gálvez. En los últimos días tuvo menciones recurrentes en dos hechos letales. El miércoles a la noche uno de sus choferes fue demorado por orden de la fiscal Carla Cerliani luego de que Carlos Emanuel Fernández, de 25 años y domiciliado en el barrio Tablada de Rosario, fuera ejecutado ante sus ojos de cuatro balazos cuando fue a buscar un viaje a Caseros al 1700, frente al complicado barrio El Eucaliptal.
Veintidós horas más tarde un chofer de la misma remisería fue ejecutado. Raúl Benítez tenía 55 años, cinco hijos y ocho nietos. Vivía en una humilde casa del barrio Soldado Aguirre de la vecina localidad. Según contaron sus familiares, Raúl “era un busca”, como se reconoce en la calle a quienes trabajan de lo que surja. “Había trabajado en una fábrica de ollas, era buen carpintero, pero le gustaba estar en la calle. Hace dos años, más o menos, que comenzó a trabajar en la remisería Talleres. Él la salía a buscar para darle de comer a los suyos”, explicó uno de sus parientes.
Según se pudo reconstruir, el jueves alrededor de las 20.45 Benítez fue en el Chevrolet Corsa gris que manejaba a tomar un viaje a la zona sur de Rosario. Un vecino consultado indicó que levantó pasajeros en Colón al 4000, en pleno corazón de Tablada. Sin embargo un compañero de trabajo confió que fue desde Pavón al 4900, en el barrio La Bajada y unas 12 cuadras más al sur. “No es anormal que remiserías busquen viajes en Rosario, sobre todo si sos cliente y te conocen”, contó una residente villagalvense.
A las 20.54 varios llamados alertaron a la central del 911 que se habían escuchado disparos en inmediaciones de Alem y Doctor Riva. Cuando la policía llegó a la escena se toparon con el Chevrolet Corsa gris estacionado y el cuerpo de Benítez devanecido en el interior. Tenía al menos dos balazos en la cabeza y a su lado una nota manuscrita en un cartón con la rubrica: “Yiyo presente”. Y ese es el apodo con el que conocían a Carlos Emanuel Fernández, asesinado un día antes frente a los ojos de otro chofer de la misma empresa.
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Alem al 4000, donde ocurrió el crimen, es una cuadra signada por la violencia callejera del narcomenudeo que entre noviembre de 2012 y enero de 2019 fue escenario de al menos once homicidios y un sinnúmero de heridos de balas.
Los vecinos relataron que escucharon disparos y que al salir vieron correr a dos muchachos. Una mujer que estaba sacando la basura vio salir a toda velocidad y en contramano un Citroën C3 blanco que se perdió en la noche. Dentro del Corsa de Benítez quedaron dos vainas servidas calibre 9 milímetros y en la guantera un reloj de taxi homologado, una billetera y el celular del chofer. El caso es investigado por el fiscal Adrián Spelta, quien dispuso que efectivos de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) trabajaran en la escena del crimen a la búsqueda de testimonios que pudieran dar luz sobre quienes fueron los ejecutores de Benítez.
La marcha de la bronca
Villa Gobernador Gálvez amaneció con la bronca de los remiseros. Choferes autoconvocados de varias remiserías se concentraron frente a la intendencia para reclamar por mayor seguridad, un pedido que se repite a menudo en los últimos días a partir de denuncias por robos de autos, amenazas a remiserías y asaltos. Tras ser atenidos por el intendente Alberto Ricci y el presidente del Concejo Deliberante, Nicolás Ramírez, choferes y los propios funcionarios partieron en caravana hacia la sede de la Gobernación, en el centro de Rosario, donde pasado el mediodía fueron recibidos por el ministro de Seguridad provincial, Claudio Brilloni. El ministro se habría comprometido a montar corredores seguros y gestionar más patrulleros para Villa Gobernador Gálvez.
Antes de ingresar a la reunión el intendente Ricci explicó cuáles eran sus intenciones: “Vamos a pedir más seguridad, más policías y que nos cuiden. Realmente están pasando cosas que antes no veíamos. Esto se está desbordando y no queremos perder más vidas”. Al realizar un análisis de la situación, Ricci comentó que en su ciudad “en 2019 teníamos 10 móviles recorriendo la ciudad y cinco móviles de Gendarmería. Al ir decayendo la cantidad de patrulleros, el delito se empezó a incrementar en general. Desde crímenes hasta robos de cables y medidores”, dijo. Y recordó una frase que ya hizo suya en varias oportunidades: “Estamos viviendo una situación de mierda. Tenemos mucho dolor e impotencia, pero tenemos que seguir apostando a trabajar en conjunto. Y también vamos a pedirle al ministro de Seguridad nacional (Aníbal Fernández) que articule el envío de más tropas federales a la zona”.
“Con el ministro Brilloni tenemos una comunicación contínua. Lo que pasa es que esta situación de los remiseros no se da solo en Villa Gobernador Gálvez, sino en toda la región. Lo que pedimos es que se amplíe la seguridad para brindar un mejor servicio público”, dijo el intendente de la vecina ciudad.