Alejandro Andrés Tourn estaba en un Fiat Duna blanco estacionado frente a una canchita del barrio Vía Honda cuando lo mataron con cinco tiros en el pecho. Un soldadito que custodiaba un puesto de drogas en ese lugar, donde dos días después hubo otro asesinato, está detenido por el crimen y se encamina a juicio oral bajo un pedido de 24 años de prisión como autor de los disparos. La investigación fiscal no detectó un conflicto previo que motivara el ataque. Se cree que, por algún recelo propio de su función de vigilancia, disparó en una situación de duda.
Con esta hipótesis llegará a juicio el crimen de Tourn, ejecutado el 19 de agosto de 2022 en pasaje Cerrillos al 3900. El acusado se llama Brian Damián Benítez, tiene 26 años y le dicen Cogote. En el legajo por el crimen consta que no terminó la escuela primaria ni tenía empleo formal antes de ser detenido e imputado por un homicidio agravado y la portación ilegal de un arma de guerra. Bajo esa encuadre, el fiscal Alejandro Ferlazzo pidió una condena a 24 años de prisión para Benítez y que sea declarado reincidente, lo que incide en el régimen carcelario.
Lo hizo días atrás en una audiencia previa al debate oral y público por el caso. La investigación constató que el crimen ocurrió frente a un puesto de venta de drogas y que Benítez, quien cuenta con una condena federal por tenencia de drogas, trabajaba allí como soldadito. Pero no se comprobó un conflicto ni un problema personal con la víctima. La sospecha es que Tourn se acercó a la canchita a comprar droga y el custodio lo mató porque lo desconoció o por desconfianza.
Vía Honda bajo fuego
El crimen ocurrió en un momento que el barrio Vía Honda sumaba a la pobreza crónica un estallido de violencia ligado al narcomenudeo, con cuatro asesinatos en cuatro meses y una nena de 8 años baleada en la cabeza. Dos días después del crimen de Tourn, de hecho, en el mismo lugar un hombre fue asesinado desde un auto y arrojaron un cartel dirigido al “Peruano” Rodríguez Granthon, un distribuidor de cocaína a gran escala. En febrero fue condenado a prisión perpetua por el crimen del pastor y ex concejal Eduardo Trasante.
El 19 de agosto de 2022, a las 19.50, Tourn estaba en un Fiat Duna blanco patente WYV 783 que estacionó en el pasaje Cerrillos al 3900, frente a una canchita. “Casi nunca se juega a la pelota”, comentaban por entonces los vecinos sobre ese predio. Uno de los arcos ubicado en la prolongación de calle Biedma era referencia como un sitio de compraventa de drogas al menudeo.
En los últimos años ese puesto, conocido como "el arco" por su cercanía con la cancha, había sido regenteado por Nelson “Pandu” Aguirre, condenado por un crimen en Villa Banana. Pandu era asistente del fundador de la banda de Los Monos, Ariel Máximo “Viejo” Cantero. En abril de ese año Cantero había sido detenido por dirigir una asociación ilícita dedicada a extorsiones y balaceras desde el barrio, donde abastecía de cajas de alimentos a dos comedores cercanos a su casa de Avellaneda al 4500.
Vainas en el auto
Un testigo de identidad reservada declaró en la causa que al auto donde estaba sentado Tourn se acercó Cogote, un soldado o matón encargado de custodiar el búnker de drogas a unos 50 metros del lugar donde estaba estacionado el Fiat Duna. Contó que a pesar de que Tourn no estaba haciendo nada el soldadito lo ejecutó a sangre fría con cinco disparos. El atacante se fue corriendo y la víctima murió producto de una hemorragia torácica masiva. En la escena se secuestraron varias vainas calibre 9 milímetros.
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Una hermana de la víctima reconoció el cuerpo de Tourn, quien tenía 28 años y vivía en una casa de El Zorzal al 200 de Cabín 9, en Pérez. Unos días después algunos vecinos vecinos aportaron que el agresor se había ido en un Volkswagen Vento en el que iban otras personas. Con el paso del tiempo, no se comprobó que existiera una orden para matar a Tourn ni que el crimen fuera un mensaje entre bandas. El fiscal considera que el soldadito tenía la orden de no permitir que amenazaran su posición y lo mató por recelo o desconfianza, cuando el muchacho se acercó al puesto de drogas como cliente.
Cartel para el Peruano
Dos días después, en uno de los pasillos de Cerrillos al 3900 fue ejecutado Miguel Eduardo Leiva, de 57 años. El domingo 21 de agosto, a las 17.30, ingresó al lugar un Volkswagen Gol Trend blanco desde el que le dispararon hasta que cayó al piso. El auto se detuvo y uno de los ocupantes bajó y remató a la víctima con disparos en la cabeza al grito de “acá no se vende más”. Luego dejó un cartón escrito a mano con la leyenda: “Peruano plantate. La mafia no perdona, gil”, en alusión a Rodríguez Granthon. Un crimen por el que hay dos imputados a la espera de juicio y en el que también fueron involucrados dos menores de edad.
En la audiencia preliminar por el crimen de Tourn el juez Nicolás Foppiani admitió las pruebas ofrecidas tanto por el fiscal como por la defensora pública Marianela Di Ponte: declaraciones de personal policial, el resultado de la autopsia, fotos y filmaciones del lugar del hecho. A esto se suman pericias de celulares, entre ellos un Samsung táctil secuestrado en la celda de Benítez, y sobre las tres vainas servidas y un cartucho 9 milímetros que quedaron en la escena.
El magistrado dispuso mantener la prisión preventiva que cumple el imputado y admitió la acusación fiscal. Ante el monto de la pena requerida ordenó que el juicio se lleve a cabo ante un tribunal de tres miembros y remitió las actuaciones a la sección encargada de organizar juicios orales.