Una mujer de 31 años murió ayer tras recibir un balazo en el abdomen cuando se
encontraba en el interior de su casa,y por ese hecho quedó detenido su marido, quien luego del
episodio recogió a sus hijos y buscó refugio en la casa de un familiar, sitio donde finalmente lo
encontró la policía en horas de la tarde. El hombre luego declaró que el disparo se produjo en
forma accidental, mientras manipulaba un revólver calibre 38, pero los investigadores policiales no
descartaban otras hipótesis.
Alejandra Elizabeth Gallardo tenía 31 años. Vivía con Rubén Darío Flores,
panadero de profesión, y sus hijos (un nene de 4 años y una nena de 9), en una casa situada en
Carriego 1870. El episodio se produjo alrededor de las 12 de ayer. De acuerdo a lo que pudieron
reconstruir los investigadores de la seccional 13ª, Alejandra y Rubén se encontraban en la parte
delantera de la vivienda. En el mismo lugar estaba el nene, mientras que la chica estaba a esa hora
en la escuela.
Según la versión a la que accedieron los pesquisas de boca del propio Rubén, el
hombre manipulaba un revólver calibre 38 largo cuando, en forma aparentemente accidental, apretó el
gatillo.
Lastimada. La bala le dio a Alejandra en el costado izquierdo del abdomen y
quedó alojada en el cuerpo. Tras la detonación, Flores alzó a su mujer y salió a la calle en busca
de ayuda. Según los voceros, el hombre hizo detener o pidió ayuda a un automovilista, que los llevó
hasta el Hospital Carrasco, en Avellaneda y 9 de Julio.
En el centro asistencial, les habría dicho a los médicos que dos hombres se
enfrentaron a balazos en las vías cercanas a su casa y que un proyectil había impactado a
Alejandra. Dejó a Alejandra en manos de los médicos y se marchó.
El estado de salud de la mujer se agravó y entonces los profesionales decidieron
trasladarla al Hospital de Emergencias Clemente Alvarez, donde falleció.
Incertidumbre. Las circunstancias que rodearon a la muerte de Alejandra fueron
un misterio durante gran parte de la tarde. Una fuente de la comisaría 13ª señaló a poco de
iniciarse la pesquisa que la posibilidad de que la mujer hubiera recibido un balazo en medio de un
tiroteo no "le cerraba" porque nadie había presenciado una balacera. "Creemos que a este hombre se
le escapó el tiro", especuló el portavoz policial.
El oficial de la seccional 13ª consultado por este diario indicó que en el
barrio trascendió el rumor de que Flores habría estado involucrado en un caso de drogas. "La
versión indica que hace cuatro años, le allanaron la casa a raíz de una investigación por tráfico
de drogas", comentó el uniformado. El policía también contó que los vecinos habían visto al esposo
de Alejandra portando un revólver calibre 38.
Ayer a la tarde, la casa de los Flores estaba rodeada por el cerco perimetral de
rigor y custodiada por un agente de la comisaría de San Nicolás al 2900. La vivienda lucía
despintada y la puerta estaba cerrada con un candado.
Al lado de la propiedad se habían congregado varias mujeres. El cronista de
LaCapital se acercó a preguntarles si conocían detalles del suceso, y la respuesta fue coincidente.
"No vimos ni escuchamos nada", repitieron.
Flores estuvo prófugo varias horas y la policía ya temía lo peor porque tampoco
tenían noticias de los hijos de la pareja. Con el correr de las horas y con los primeros datos
aportados por la pesquisa, la investigación de los efectivos de la 13ª obtuvieron el domicilio de
una hermana de Flores, en Virasoro al 2800.
El sospechoso estaba allí con sus hijos y no se resistió al arresto. Ante los
policías declaró que el disparo fue accidental y que, tras dejar a su mujer en el hospital, fue a
buscar a sus hijos y a su madre para finalmente refugiarse en lo de su madre. El arma homicida fue
secuestrada poco después en cercanías del lugar del crimen.