Murió un hombre herido en una infernal balacera en zona oeste
José Conrado Vallejos, el hombre de 42 años que el domingo pasado recibió dos balazos en la
vereda de su casa de Liniers al 4200, murió como consecuencia de las graves heridas que recibió,
una de ellas en la nuca. Su muerte elevó a tres el número de víctimas fatales producto del
pandemónium de disparos que se desató al finalizar un cumpleaños familiar en el barrio Triángulo y
Moderno.
18 de abril 2010 · 01:00hs
José Conrado Vallejos, el hombre de 42 años que el domingo pasado recibió dos
balazos en la vereda de su casa de Liniers al 4200, murió como consecuencia de las graves heridas
que recibió, una de ellas en la nuca. Su muerte elevó a tres el número de víctimas fatales producto
del pandemónium de disparos que se desató al finalizar un cumpleaños familiar en el barrio
Triángulo y Moderno.
“Estamos destruidos, sobre todo mi mamá. Ahora tenemos que ver
cómo seguimos adelante”, contó ayer Adriana, hija de José y hermana de Mauro Vallejos, de 18
años, dos de las víctimas del triple crimen. El restante fue Paulo Herrera, de 32 años, cuñado de
Mauro. Los hombres fueron acribillados a balazos como respuesta a una pelea previa cuyo origen y
motivación son poco claros para los investigadores.
“El lunes vamos a ir a declarar a Tribunales junto a mi mamá
—Marta, de 39 años— y mis hermanos Eduardo y Fernanda. Queremos hablar con el juez.
Queremos que esto se investigue y que haya justicia”, indicó Adriana, de 23 años, la mayor de
cuatro hermanos. En la causa hay cinco imputados por el triple homicidio que se abstuvieron de
declarar ante el juez Juan Carlos Vienna (ver aparte).
Desde un primer momento la familia de las víctimas identificó por el
apodo al hombre que encabezaba a los agresores, quienes llegaron en un auto y dos motos hasta la
casa de Liniers al 4200. José Vallejos murió el miércoles por la noche en el Hospital de
Emergencias y el viernes por la tarde fue sepultado en el cementerio de Ibarlucea, junto a la tumba
de su hijo Mauro. Su familia, como ya había sucedido en el caso del muchacho de 18 años, decidió
donar los órganos de José.
Lluvia de balas. El sábado pasado la familia Vallejos comenzó a festejar en su casa de Liniers y
Cisneros el cumpleaños de la novia de Eduardo, uno de los cuatro hijos de José Vallejos y Marta.
Todo transcurrió con normalidad en el festejo, realizado en un patio de 4 metros por 10, que duró
hasta las 5.30 del día siguiente.
Según coincidieron los investigadores, y a partir del relato de Adriana
y Fernanda Vallejos, a esa hora llegaron hasta la puerta de la casa un auto Peugeot 504 y dos motos
con varias personas. Pidieron a los gritos que salieran los dos hermanos varones de la familia:
Eduardo y Mauro, a quien lo conocían con el apodo de Manzanita. Los hombres, quienes estaban
armados, venían a buscar revancha por una pelea previa cuyo origen es confuso. Lo que sí está claro
es que de ese incidente participaron allegados de la familia Vallejos y de los agresores.
“Mi papá salió a la puerta y fue hacia el lado donde estaba
Cuatro. Ahí el tipo le puso un tiro por la espalda y cuando estaba caído le puso otro en la
nuca”, recordó el martes pasado a La Capital Fernanda, testigo presencial del hecho.
“Mauro se levantó en calzoncillos y salió a la vereda. No lo
dejaron ni hablar y empezaron a los tiros. Mi hermano trató de cubrirse detrás de las chapas y un
balazo le dio en el hombro”, continuó relatando la joven. El muchacho golpeó contra una
medianera que tiene una imagen del Gauchito Gil y luego se arrastró hacia el baño, donde cayó
desvanecido.
“Me asomé a ver a mi papá y estaba tirado en el suelo. Cuatro me
apuntó y me dijo que me metiera para adentro”, recordó Fernanda. “Entonces, otro de los
tipos se metió en casa y desde el patio empezó a disparar hacia el fondo. Así lo baleó a
Herrera”, conocido como Baba, quien cayó muerto de varios balazos.
Las huellas del ataque no sólo quedaron en la retina de los
sobrevivientes (en el lugar había siete personas más), sino también en un chapón azul que oficia de
tapial y que quedó perforado a balazos.
Mauro recibió un balazo en la parte dorsal izquierda y murió cuando era
trasladado al hospital Carrasco. Herrera recibió dos impactos: uno en la zona dorsal y otra en el
omóplato. Murió en el lugar. Y José fue trasladado gravemente herido en una moto al Heca. Tenía un
impacto en la espalda y otro en la nuca. En el lugar se secuestraron ocho vainas calibre 38. Lo que
da la idea de alguien recargó un revólver. Los investigadores aseguran que hubo más de un tirador.
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