Las cinco personas detenidas el martes por el crimen de Roberto Pimpi Camino y
un sexto hombre cercano al ex líder de la barra brava de Newell’s que se entregó ayer en
Tribunales serán indagados por figuras delictivas que trepan desde el encubrimiento hasta alguna
participación en la acción homicida. Si bien entre los acusados no estaría el autor material, las
sospechas iniciales que les atribuían un simple ocultamiento fueron creciendo con el paso de las
horas hasta endilgarles a algunos de ellos una responsabilidad más directa.
Los detenidos serán indagados entre hoy y mañana por el juez de Instrucción
Nº 9, Javier Beltramone. Una fuente judicial señaló que serán imputados de figuras penales en las
que "el piso" es el encubrimiento agravado.
A partir de esa acusación inicial podrían definirse imputaciones más
graves, como haber brindado colaboración o tenido una participación en el asesinato. En tanto, al
menos dos hombres permanecían prófugos y no se descartaban otras detenciones.
Las detenciones de estas personas fueron ordenadas al afianzarse la
hipótesis que apunta al círculo íntimo de Camino como posible responsable del crimen.
A las cinco personas que habían sido apresadas el martes, entre ellos el sargento primero
Alejandro Angelito Negro Urquiza, se agregó ayer un muchacho de 35 años que era buscado y se
presentó directamente en el juzgado. Se trata de Diego T., un hombre que integró el círculo íntimo
de Pimpi en la barra de Newell’s. El muchacho fue presentado por fuentes del caso como "un
parroquiano que estaba en el bar". En el entorno del detenido señalaban que no llegó al bar Ezeiza
con el grupo que acompañaba a Pimpi sino por su cuenta y que niega alguna relación con los hechos.
No obstante dice haber visto que, ya herido, Camino señaló con un dedo hacia un auto que se
retiraba del lugar con el presunto homicida a bordo.
Champán y cocaína.
Un dato que remarcan desde distintos ámbitos es que Camino "venía de tres
días de caravana y excesos, sin dormir". En ese estado, dicen, sobredimensionaba su sensación de
que era perseguido. Esa noche, en la mesa bar Ezeiza, según algunos voceros, circularon el champán
y otras sustancias: "Había cinco botellas de Don Perignon y cocaína", lo que potenció el estado de
ánimo del grupo. Los allegados al caso también señalan que Pimpi se había rodeado de un nuevo grupo
de gente: "Cambió el entorno y cambió la suerte".
Al parecer, se detectaron contradicciones entre los relatos de los detenidos (antes de ser
apreados habían prestado declaración informativa) y datos objetivos que surgen de la autopsia y la
pericia balística. En ese marco, según algunos investigadores, la línea que toma fuerza es la que
apunta a una deuda de una importante suma de dinero que tenían con Pimpi algunas personas del
entorno directo del ex barrabrava.
En grupo.
Otro acusado es Raúl Barrionuevo, un policía exonerado que es dueño del bar
Ezeiza, de Servando Bayo 1484. También están detenidas Paola O., esposa de Orlando Daniel El Toro
Gutierrez, socio del bar y prófugo en la causa, y dos chicas que al parecer acompañaban a Camino y
presenciaron el ataque (ver aparte). Otro de los prófugos es conocido como Gordo Apio, que era
integrante del círculo íntimo de Pimpi y ayer habló con este diario (ver página 32).
Los detenidos son el sargento primero Alejandro Ismael Urquiza, un policía que había sido
designado por el actual jefe de la policía santafesina, Osvaldo Toledo, como uno de los encargados
de detener a Camino en Buenos Aires cuando lo buscaban por los desmanes en las instalaciones del
club de enero de 2009. El policía estuvo en el bar la noche del crimen hasta, según declaró, media
hora antes del ataque a tiros contra Camino.
El final.
Camino fue llevado por sus allegados en su auto BMW hasta la guardia del
hospital Carrasco, donde el ingreso quedó registrado a las 5.45, lo que generó suspicacias sobre lo
ocurrido en ese margen de tiempo en cuanto a la modificación y "lavado" de la escena del crimen.
"La diferencia no es de 50 minutos, pero está", confió ayer a este diario una fuente de la
investigación.
"Es poco serio tener que contestar versiones infundadas sobre movimientos y supuestas
renuncias en el gabinete y en la cúpula de la policía", dijo ayer el secretario de Seguridad,
Horacio Ghirardi. Fue para replicar la circulación de trascendidos sobre el desplazamiento del jefe
de policía provincial, Osvaldo Daniel Toledo.
El crimen de Camino ocurrió el viernes pasado a las 4.55. El ex jefe de la barrabrava de
Newell’s se encontraba desde la medianoche en el bar Ezeiza tras ser convocado para una
reunión, presuntamente por Angelito Negro. Rodeado de sus laderos, él fue sin armas. En un momento
se levantó de la mesa, salió a la calle y ahí, según algunos testigos, un joven que llegó caminando
le efectuó cinco disparos a las piernas, el abdomen y el pecho.