Un joven de 22 años quedó bajo prisión preventiva por el plazo de ley imputado de un raíd delictivo cometido el pasado fin de semana que comenzó con el robo a mano armada de un auto, siguió con una persecución en la que le disparó a un policía y culminó cuando fue detenido en una casa a la que había irrumpido son el consentimiento de sus moradores. Además, en la misma audiencia fue reimputado de dos homicidios que le habían atribuido tres años atrás cuando al volante de un auto con seis ocupantes escapaba de un patrullero en una alocada carrera que terminó cuando se estampó contra un portón y producto del choque murieron dos chicas que iban en el vehículo.
Iván Saboldi había sido declarado en rebeldía en noviembre del año pasado luego de no presentarse en varias oportunidades ante el requerimiento judicial por el siniestro vial de fines de 2015 que culminó con la muerte de Carolina Evelyn Jalim y Brisa Ayelén Ledesma. Fue la madrugada del 26 de diciembre de ese año, alrededor de las 4.30, en la zona sudoeste de la ciudad.
Saboldi estaba al volante de un Chevrolet Corsa propiedad de un familiar con otras cinco personas cuando en inmediaciones de Biedma y Solís realizó una maniobra riesgosa que llamó la atención de un patrullero. Los ocupantes del móvil policial le hicieron señas de luces para que se detuviera pero el joven decidió darse a la fuga y así se inició una persecución a lo largo de unas 15 cuadras.
Primero tomó Biedma en contramano y dobló hacia el sur por Rouillón. Pero al aproximarse al cruce con Amenábar notó que la policía le había cerrado el paso por lo que giró en U y continuó por Rouillón al norte a una velocidad no inferior a los 113 kilómetros por hora, según recordaron ayer fuentes judiciales. Al llegar al cruce con la avenida Presidente Perón continuó casi una cuadra más por Rouillón en contramano, para terminar chocando contra el frente de un local de compraventa a la altura del 2800.
Como consecuencia del impacto Carolina, de 23 años, murió en el acto. En tanto Brisa, que tenía 17, falleció al día siguiente. Otros tres ocupantes del auto sufrieron lesiones que los inhabilitaron por más de 30 días. E incluso el propio conductor fue rescatado con fracturas en las piernas y la cadera que lo dejaron postrado durante seis meses.
Cuando pudo volver a caminar con muletas Saboldi fue imputado, el 27 de junio de 2016, por el fatal episodio. La fiscal Mariana Prunotto lo acusó como autor de dos homicidios dolosos ya que, consideró, transitaba a alta velocidad, en una zona poblada, con más ocupantes que los permitidos en el auto, a contramano y en medio de una persecución policial. Además le imputaron lesiones graves dolosas por los golpes que sufrieron los sobrevivientes del siniestro y resistencia a la autoridad por el escape.
Si bien la defensa en aquella oportunidad reclamó considerar los delitos como culposos —cometidos con negligencia pero sin intención de causar la muerte— alegando que incluso estuvo en riesgo la vida del propio acusado, el juez José Luis Suárez evaluó que Saboldi había actuado con dolo eventual, es decir que pudo representarse los riesgos de su accionar pero no le importó. Tras admitir el encuadre propuesto por la fiscal, el magistrado le otorgó la libertad tras el pago de una caución de cinco mil pesos y con ciertas reglas de conducta: presentarse cada 15 días a firmar en la Oficina de Gestión Judicial, no poder ausentarse sin permiso de la provincia y quedar al cuidado de una mujer designada como garante.
Días atrás
Iván es sobrino de Miguel Angel "Japo" Saboldi, un hombre apresado en un oscuro operativo narco en la recordada "narcochacra" de Alvear que murió el 20 de abril de 2013 en un incendio intencional en la alcaidía de Jefatura. El joven, domiciliado en la zona ribereña de Villa Gobernador Gálvez, dijo entonces ser pescador de oficio.
Según los voceros judiciales consultados ayer hacía más de seis meses que se lo requería en vano desde la Justicia. Es que, dijo un portavoz tribunalicio, fue notificado varias veces para asistir a una nueva imputativa en función de nuevas evidencias. Pero como no fue, se declaró en rebeldía.
En esa situación estaba cuando fue apresado la noche del pasado 31 de agosto, también luego de una persecución policial por la zona sur. Las fuentes consultadas señalaron que alrededor de las 20.30 abordó en Gaboto al 100 bis al dueño de un Fiat Palio que estaba trabajando en el lugar y a punta de pistola le sustrajo las llaves del auto.
La escena fue observada por personal policial que patrullaba la zona e intentó cerrarle el paso cuando el joven se aprestaba a irse con el auto. Saboldi esquivó a los uniformados y comenzó una persecución que se extendió hasta Grandoli y Lola Mora, donde el sospechoso se bajó del auto e intentó huir a la carrera. En ese momento un policía le dio la voz de alto y, según la Fiscalía, el joven respondió disparándole al menos cinco veces.
Finalmente Saboldi fue detenido en el interior de una casa de Wernicke al 4600 donde había ingresado para esconderse. En su poder se le secuestró un arma de fuego calibre 9 milímetros con ocho balas y una en recámara, además de una bolsa de nailon con seis municiones más.
Por este último episodio la fiscal Juliana González le imputó los delitos de robo calificado por el uso de arma de fuego apta para el disparo, atentado calificado contra la autoridad, violación de domicilio y portación ilegítima de arma de fuego de guerra. En la misma audiencia la fiscal Prunotto volvió a imputar a Saboldi de homicidio doloso en concurso ideal con lesiones graves culposas y resistencia a la autoridad.
Al término de la audiencia, el juez de primera instancia Rafael Coria le dictó prisión preventiva efectiva por el plazo de ley de hasta dos años.