Dos nuevos pedidos de prisión perpetua resonaron la mañana de este lunes al inicio de juicios orales en el Centro de Justicia Penal. Un caso es el de un joven atacado con más de veinte tiros en barrio Plata en julio de 2020; un crimen ligado a una distribuidora de Constitución y Lamadrid donde hubo otras muertes y balaceras y en el que también está acusado un menor de edad. El otro tuvo como víctima al dueño de una pequeña granja de Felipe Moré al 3900 adonde un joven entró a robar y efectuó un disparo que, al atravesar la puerta del dormitorio, mató al comerciante.
Los reclamos de perpetua se registraron días después de que otros dos juicios orales culminaran en Rosario con condenas a la máxima pena de prisión. Leonardo Cajal fue sentenciado a perpetua el viernes como quien condujo en un Chevrolet Onix a los ladrones que mataron al cocinero Sebastián “Oso” Cejas pasada la medianoche del 22 de septiembre de 2020. Una semana antes, Adrián Bajo recibía la misma pena por el femicidio de su ex pareja Vanesa Olguín, golpeada y prendida fuego delante de dos de sus hijas en su casa de Villa Gobernador Gálvez en junio de 2020.
Este lunes se iniciaron otros dos juicios en los que el encuadre penal solicitado por la fiscalía fue por delitos que prevén perpetua. El tribunal integrado por las juezas Andrea Aronne, Paula Alvarez y Paola Aguirre comenzó a juzgar el homicidio de Javier Miño, asesinado la noche del 6 de julio de 2020 con 23 disparos en el barrio Tío Rolo. El joven de 20 años charlaba con un amigo frente a la casa de sus padres de Avellaneda al 6600 cuando se acercó un Renault Sandero. El conductor se quedó en su asiento. Los otros dos ocupantes bajaron y arremetieron a tiros contra Miño y el amigo de la víctima, quien se escondió detrás de un tapial.
Los atacantes efectuaron al menos 23 disparos contra Miño, quien murió en la calle. Por el crimen fueron acusados Miguel Angel “Miguelito” Núñez y un joven al que le dicen “Chulo”, que al momento del hecho tenía 16 años. Eran las dos personas que, según familiares de Miño, tenían problemas con el joven asesinado. El menor de edad es hijo de Oscar César “Manco” García, dueño de una distribuidora de Constitución y Lamadrid que fue escenario de otras balaceras y homicidios, condenado como jefe de una asociación ilícita y en silla de ruedas tras sufrir heridas de bala en la espalda.
La fiscal Carla Cerliani pidió en el juicio prisión perpetua para Núñez, a quien acusó de haber organizado junto a otras dos personas _entre ellas un menor de edad_ el ataque contra Miño. El encuadre penal fue el de un homicidio calificado por el concurso premeditado entre dos o más personas y la participación de un menor de edad, además de la portación ilegal de un arma de guerra.
Por su parte el defensor César Ceragioli, que también defiende a “Chulo”, manifestó que Núñez reconoció su culpabilidad en una audiencia previa y con aquella declaración dejó en claro que no hubo un plan premeditado ni participó un menor de edad. Por esta razón alegó que no discutirá el homicidio sino la figura agravada y solicitó al tribunal que lo condene a una pena cercana al mínimo legal.
Otra calificación penal que también prevé perpetua es la que aplicó la fiscal Marisol Fabbro en el juicio que se inició contra Sebastián Fernando Benítez, de 29 años, por haber dado muerte al comerciante Tránsito Argentino González durante un robo en su casa. La fiscal pidió que sea condenado como autor de un homicidio criminis causa en concurso real con robo calificado por el uso de arma de fuego y la portación ilegal. El juicio está a cargo de los jueces Mariano Aliau, Aldo Bilbao Benítez y Gonzalo Fernández Bussy.
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El acusado vivía a unos cien metros del local de Felipe Moré al 3900 que atendía la víctima. A las 6 de la mañana del 8 de junio de 2020, según la investigación, Benítez forzó la puerta del frente, despertó a la esposa de González y la obligó a salir de la cama al grito de “soy un choro”, mientras le apuntaba con un arma y le exigía dinero.
De campera y barbijo negro, la llevó a recorrer la casa en busca de dinero. Al pasar frente al dormitorio donde dormía González le dio una patada a la puerta. Luego intentó entrar al cuarto donde dormían la nuera y dos nietos de 5 y 8 años de la pareja. La mujer aprovechó para refugiarse en esa habitación. En ese momento González intentó salir de su habitación, que estaba cerrada con llave, y en el momento en que accionó la cerradura el ladrón efectuó dos disparos. Uno pegó en la pared de la cocina, el otro atravesó la puerta del dormitorio y dio en el abdomen del comerciante de 69 años.
El ladrón se fue con un celular que sacó de la mesa de luz de la mujer, un Samsung J7 con tapa rosa y la pantalla astillada. Al comerciante lo encontraron ya sin vida cuando llegó la policía a los quince minutos. Los familiares de González nombraron a Sebastián porque lo conocían del barrio y como cliente del local. “Anda en la droga. Hacía una semana que venía sacando las lámparas de las puertas que alumbran la vereda. Eran todos buenos pibes hasta que la droga los fue consumiendo”, dijeron.
Si bien el joven se fue del lugar, fue detenido ese mismo día en un allanamiento a pocos metros de la casa de González. La pareja del acusado fue condenada en un juicio abreviado a tres años de prisión condicional por encubrimiento agravado por querer vender el celular robado.
El defensor público de Benítez, Iván Russo, planteó ante el tribunal que los testigos no podrán demostrar que su defendido fue el autor material del hecho porque el atacante tenía la cara cubierta con capucha y barbijo y no se le secuestró el arma utilizada ni el celular robado, razón por la que pidió su absolución.