Imputaron a un joven por un homicidio y a su tía por encubrirlo
Marisol Fabbro dejó preso ayer a Sebastián B., de 26 años, vecino y cliente de la víctima, por un delito que prevé prisión perpetua.
12 de junio 2020 · 00:00hs
Un ruido inusual a las 6 de la mañana despertó a Tránsito Argentino González. Habían entrado a robar a la casa donde atendía una pequeña granja y vivía con su familia, en Felipe Moré al 3900. El hombre de 69 años fue a abrir la puerta de su dormitorio y apenas la llave terminó de girar en la cerradura detonaron dos disparos que el ladrón efectuó sin darle tiempo a salir. Uno de los tiros traspasó la puerta e hirió en el abdomen al comerciante, que murió con su cuerpo trabando el ingreso, mientras el ladrón huía sólo con un celular. Esa es la mecánica del homicidio que la fiscal Marisol Fabbro le atribuyó ayer a Sebastián B., de 26 años, vecino y cliente de la víctima, que quedó preso por un delito que prevé prisión perpetua. En la audiencia también fue imputada Yanina L., de 32 años, una tía del acusado que una hora después quiso venderle el celular robado a la madre de Sebastián B.
Los dos acusados vivían a unos cien metros del local asaltado y fueron detenidos el lunes, horas después del crimen. La mujer fue imputada de encubrimiento agravado por el hecho precedente y por ánimo de lucro. Su sobrino, como autor de un homicidio criminis causa (cometido para garantizar un robo), además de la portación de un arma calibre 45. El Juez Alejandro Negroni le dictó la prisión preventiva por 90 días a la mujer y por dos años para B.
Poco después de las 6 del lunes, un ladrón que forzó la puerta del frente despertó a la esposa de González que dormía en su habitación. Era un vecino al que la mujer conoce, cliente del almacén, quien la obligó a salir de la cama y sacudió el acolchado para comprobar si había otra persona con ella. "Soy un choro, soy un choro", repetía, mientras le apuntaba con un arma y le exigía dinero. El ladrón, de campera y barbijo negros, la llevó de la mano a recorrer la casa en busca de dinero. Al pasar frente al dormitorio donde dormía González le dio una patada a la puerta. Luego intentó entrar al cuarto donde dormían su nuera y dos nietos de 5 y 8 años.
La mujer aprovechó para refugiarse en esa habitación y desde allí escuchó que su marido abría la puerta de su pieza, que estaba con llave. Enseguida se escucharon dos disparos. Uno pegó en la pared de la cocina. El otro atravesó la puerta del dormitorio y dio en el abdomen a González. El ladrón se fue con un celular que sacó de la mesa de luz de la mujer, un Samsung J7 con tapa rosa y la pantalla astillada. Al comerciante lo encontraron ya sin vida cuando llegó la policía unos quince minutos después. También hallaron dos vainas servidas.
Los familiares de González nombraron a Sebastián porque lo conocían y la esposa de la víctima lo reconoció en su perfil de Facebook. "Anda en la droga. Hacía una semana que venía sacando las lámparas de las puertas que alumbran la vereda", contaron. "Eran todos buenos pibes hasta que la droga los fue consumiendo", dijo un hijo del comerciante, a quien su madre le aclaró que no hubo un forcejeo entre su padre y Sebastián sino que "directamente le disparó" al ver que abría la puerta de su habitación.
En uno de los allanamientos para dar con el acusado los policías entrevistaron a la madre de Sebastián B. La mujer indicó que la noche anterior Yanina L. y su novio lo habían pasado a buscar y Sebastián no durmió en su casa. Contó además que la mujer regresó a las 8 del lunes para ofrecerle en venta un celular Samsung J7 idéntico al robado y que ella no aceptó. Entonces le preguntó por su hijo y Yanina le contestó que estaba "durmiendo". Horas más tarde los dos acusados fueron detenidos en una casa de Felipe Moré al 3800 donde no fue hallado el celular robado.