El abogado penalista Guillermo Campana refrendó la acusación presentada por el fiscal Luis Schiappa Pietra sobre los exagentes policiales Sergio Di Franco y Ariel Devico por el homicidio de Juan Cruz Vitali., un joven asesinado en mayo de 2019 en Capitán Bermúdez.
Los dos imputados permanecen en libertad y a partir de esta presentación desde la querella evalúan que en octubre podría haber una audiencia preliminar al juicio, pero no se atreven a proyectar una fecha futura del juicio.
El homicidio de Juan Cruz Vitali, un joven de 23 años, se produjo el 12 de mayo de 2019 en Capitán Bermúdez. A las 6 de ese día se estaba realizando un operativo conjunto de tránsito entre personal municipal y agentes de la Unidad Regional XVII de San Lorenzo.
Juan Cruz Vitali y su novia, Florencia tuvieron un percance en la ruta mientras iban a bordo de un VW Fox negro, propiedad de la familia de Juan Cruz, cuando al llegar al control vehicular de Chacabuco y avenida San Lorenzo atravesaron el operativo de tránsito de alcoholemia sin detenerse, impactaron contra los conos de señalización y siguieron camino.
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La pareja había salido del boliche Fulana Summer Club. El personal a cargo de la Unidad Móvil Nº 6736 emprendió una feroz persecución a modo de cacería, logrando alcanzar al auto de Vitali en la intersección de las calles 2 de Abril y General López. Dos móviles atravesaron el camino, tres uniformados descendieron y comenzaron a disparar contra el vehículo en el que se encontraban Vitali y su pareja, con el resultado de cuatro impactos en el auto. Juan Cruz logró escapar del lugar y emprendió la retirada, atemorizado por la violencia desplegada por el personal policial.
La casa del final
La persecución continuó hasta Montevideo 449, vivienda del tío de Juan Cruz Vitali. El joven bajó del auto e ingresó a la casa. Corrió a través de un patio interior mientras era perseguido por Sergio Di Franco, quien efectuó dos disparos por la espalda contra el joven, uno de los cuales impactó en su nuca.
Minutos después, y en consideración del penalista Campana, comenzó a desplegarse "el protocolo de encubrimiento, que también ha originado una investigación penal y tiene a otros dos policías acusados y a uno condenado a través de un juicio abreviado". Según contó Campana, "se intentó construir el relato de que los disparos habían sido accidentales, producto de un forcejeo de Di Franco con Juan Cruz. Pero a pesar de estas maniobras, podemos afirmar que se trató de un claro caso de gatillo fácil y de extrema gravedad institucional, que exige reparación, justicia y sanción a los responsables”.
La versión de la novia
Florencia, novia de Juan Cruz, contó que luego del incidente del cono y, tal vez asustado, Juan Cruz aceleró y dobló por otra calle. Momentos después una camioneta policial le salió al cruce y lo embistió. La chica contó que bajaron policías y les dispararon, lo cual los asustó aún más. Al parecer, Vitali chocó otro vehículo y comenzó un escape de unas veinte cuadras. La versión policial indica que Vitali "atropelló el control y colisionó un vehículo estacionado, poniendo en riesgo de vida al personal policial y de Tránsito". Por ello, el jefe de la Agrupación de Orden Público Germán Vega y su par de la Agrupación Cuerpos Sergio Di Franco comenzaron una persecución en la que no faltaron los tiros.
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Cuando Vitali arribó a la casa de su tío le dispararon y según las pericias preliminares un tiro efectuado por Di Franco le ingresó por la nuca de la víctima. En tanto otros seis proyectiles perforaron el auto del joven durante la persecución y uno más ingresó a la casa.
La muerte en Capitán Bermúdez
Según el relato de la joven, cuando ella llegó al lado de su novio, Juan Cruz ya “estaba desplomado boca arriba”. “Ya estaba muerto ahí. En ningún momento llamaron a una ambulancia, lo cargaron como un perro y se lo llevaron. No nos dejaron subir a ningún lado. Solo lo llevaron ellos. Nos decían que él estaba bien”.
En la audiencia imputativa, la fiscal de San Lorenzo Melina Serena atribuyó a Di Franco haber efectuado dos disparos "sin dar la voz de alto" y lo acusó de homicidio agravado por su función policial. Por su parte, el defensor del uniformado, Paul Krupnik, alegó "una situación de resistencia y que se trató de un accidente". En ese marco, el juez Juan Carlos Tutau le dictó a Di Franco prisión por 60 días, pero luego quedó en libertad.