El enojo de los hinchas de Newell's con los futbolistas por la floja campaña es inocultable. Pero el viernes por la noche se aprovechó ese fastidio para poner de manifiesto cuestiones que exceden a un mal resultado o un flojo torneo. Con los jugadores de Newell's y Patronato listos para ingresar al campo de juego, aparecieron tres banderas ubicadas estratégicamente en distintos sectores del Coloso Marcelo Bielsa. No fue algo espontáneo. La demora en el inicio del partido de casi 10', hasta que fueron retiradas todas las banderas, fue una muestra de poder, de liderazgo en el paravalanchas.
El clima hostil se preveía. La actualidad del equipo y la reciente renuncia de Omar De Felippe hacían imaginar un recibimiento nada afectuoso por parte de la parcialidad rojinegra. El entrenador interino Héctor Bidoglio admitió que había trabajado con el plantel porque presentían lo que podía llegar a suceder. Los responsables de la organización también estaban al tanto. Pero una cosa son los cánticos intimidatorios y hostiles hacia los jugadores y otra las banderas desplegadas en el estadio. Es que esto último no fue improvisado.
La división de la barra y la puja por el control del paravalanchas se puso de manifiesto en el Coloso. Los que intentan ejercer hoy el control de la barra fueron los responsables de colocar las banderas en lugares visibles, la popular del Palomar, la tribuna Diego Maradona y la platea baja descubierta. Ellos decidieron en qué momento ponerlas y cuándo retirarlas. El árbitro Andrés Merlos y los futbolistas debieron esperar casi 10 minutos hasta que se quitaron las banderas para poder comenzar a jugar.
El mensaje fue claro. Se trató de una demostración de poder. Exigen ser reconocidos, tener legitimidad. Hoy esa interna excede el territorio de la cancha y genera conflictos en los barrios.
"Los cagones como ustedes manchan la historia", era el mensaje de una de las banderas destinada a los futbolistas. "Los que no sienten la camiseta como esta gente, que se vayan", decía otra. "Ni códigos ni amistades. Cobran todos", era la inscripción de la restante.
Mientras las dos primeras banderas fueron retiradas al cabo de algunos minutos, la última se plegó y volvió a mostrarse varias veces durante el partido y antes del inicio del segundo tiempo. Por la voz del estadio se pidió que se la saque para que comience la segunda etapa.
El retraso en el inicio del partido contempla reglamentariamente una sanción económica. Newell's tiene la facultad de defenderse si es que se avanza con el castigo. Tampoco se desconoce que los fallos de la AFA vienen siendo adversos con la entidad del Parque. Por lo tanto, la puesta en escena de las banderas puede salir cara.
La estrategia premeditada de las banderas aprovechó el malhumor del hincha, que expresó su bronca con gritos y cánticos contra el equipo ("Con Newell's no se jode") y el presidente Eduardo Bermúdez, no así con los demás miembros de comisión directiva.