La selección argentina perdió. Cuesta hasta decirlo, porque no resulta habitual. Pero sucedió. Por jugar muy por debajo de sus posibilidades. Colombia le ganó por 2 a 1. Una diferencia mínima, pero justificada en favor de ese mismo representativo colombiano al que el conjunto de Lionel Scaloni había superado meses atrás en la final de la Copa América.
Pese a la caída en Barranquilla, por la 8ª fecha, el seleccionado argentino continuará siendo el líder de las eliminatorias sudamericanas. Es lo único positivo.
No fue la selección argentina de costumbre. La que despliega su juego e impone condiciones a sus rivales. En el estadio Metropolitano de Barranquilla, dejó una imagen poco usual, especialmente en la última parte del primera etapa, corriendo de un lado al otro ante el toqueteo del representativo local.
Y ante cada pelota recuperada, al campeón del mundo le faltó vuelo, siendo predecible en cada intento ofensivo.
Argentina, parada con el 3-5-2 que utilizó la fecha pasada contra Chile, perdió de principio a fin el mediocampo en ese primer tiempo. Paredes y Enzo Fernández no recuperaban y Jhon Arias, James Rodríguez y Richard Ríos se movían con soltura y rapidez, ante el entusiasmo del público colombiano.
La postura del seleccionado argentino fue no presionar alto. De todos modos, la primera acción de riesgo llegó con Julián Álvarez yendo a atorar la salida de Camilo Vargas. El delantero se la robó y sin mucho ángulo remató no la pudo embocar en el arco.
Un tiro posterior de De Paul desde afuera del área fue la siguiente aproximación argentina, que antecedió a la jugada que marcaría un quiebre en el partido.
Y todo a causa de una distracción defensiva de Argentina. James Rodríguez ejecutó rápido un tiro de esquina hacia Díaz, buscó la devolución y sin marcas metió un centro pasado que Mosquera conectó de cabeza al gol.
El gol actuó de forma negativa en el rendimiento argentino. Perdió con mayor frecuencias las marcas y Colombia manejó el desarrollo, aunque careció de profundidad.
Los problemas del seleccionado argentino para generar juego persistieron. Y fue solamente partir de un par de tiros de esquina en la conclusión de la primera etapa que se aproximó al empate. Si no fueron goles se debió a que Mosquera se interpuso al tiro de Licha Martínez y Muñoz al del Cuti Romero.
Apenas se reanudó el partido tras el descanso, James Rodríguez cometió una equivocación impropia de su talento. Hizo un cambio de frente en su propio campo de juego hacia donde no había ningún compañero. Nico González aprovechó el obsequio. Amagó ante Mosquera y sacó el zurdazo para poner el 1 a 1.
No duró nada la igualdad. Previa revisión por intermedio del VAR, el juez chileno Piero Maza sancionó penal por una barrida y toque de Otamendi a Muñoz dentro del área argentina. James se reivindicó de la falla reciente y la metió arriba, sobre la izquierda de Dibu Martínez.
El compromiso se le presentó nuevamente cuesta arriba para el conjunto de Lionel Scaloni, no solo debido el resultado. Es que buscó el empate con poca claridad. Le faltó precisión en las entregas, ante todo en el tramo final de la cancha. De Paul, siempre importante en la circulación, no aparecía.
Colombia tampoco tuvo mucho fútbol. Procuró, ante todo, mantener el orden. Así y todo dispuso de una nueva oportundidad para aumentar. A la Argentina lo salvó que Durán se la entregó mansamente a las manos del Dibu.
El esfuerzo del seleccionado argentino no cesó, pese a las dificultades para llegar. El ingresado Lo Celso, con una mediavuelta, se la sirvió a Lautaro Martínez para el gol y el delantero demoró la definición, permitiendo que lo cierre Mosquera.
Un derechazo de Jhon Córdoba muy alto desde adentro del área mantuvo a la selección argentina a tiro de empate. Y sobre el final, el Dibu Martínez le tapó un tiro a Muñoz y antes que el balón ingrese despejó Mac Allister.
Este final fue una síntesis de lo sucedido, con Argentina intentando frenar a Colombia. Y sirve de explicación para la derrota.