Lo dijo muy bien el periodista Carlos Pagni: “El estancamiento lleva demasiado tiempo y produce efectos que otros traumas no producen. No es que no llegás a fin de mes: te cambiaron de clase social”. Vengamos a Santa Fe: la campaña electoral fue de las más pobres que se recuerden. El futuro no tiene demasiadas razones para el optimismo.
¿Cómo puede ser que haya candidatos que no quieran debatir pública y masivamente respecto del cargo más importante al que pueden aspirar en su vida, y el más relevante en la esfera nacional para los santafesinos? ¿Para qué quieren ser candidatos a senador si rechazan explicar qué van a hacer? No es bueno adjetivar, pero qué vergüenza.
Aunque haya algún debate desde acá al cierre de la campaña, los candidatos se deberían haber cansado de debatir. En Rosario, lo propio. Una ciudad que vive a salto de mata, convulsionada por la inseguridad, la violencia y el narcotráfico. El objetivo debería haber sido debatir una, cien, mil veces. Hay candidatos en Rosario que son solo una afiche y centenares de fotos. No se les conoce una idea.
Pero ya es tarde para lamentos, como decía Charly García: “Lo que ves es lo que hay”. La campaña en un país en el que bajaron de grado a la clase media debería dar otras respuestas desde el gobierno más ajustador que se tenga memoria desde el 83. El salario real cayó como nunca con la ¿gestión? de Alberto Fernández. Lo decía el embajador de EEUU al que se le escapó la tortuga, James Cheek: “Nadie te ajusta el cinto como el peronismo”.
Cuesta creer cómo el kirchnerismo le acepta a Fernández que se compare con Néstor Kirchner. Es tan malo el gobierno de Fernández, que el de Néstor parece una obra maestra. Que en pleno 2021 los peronistas anden repartiendo heladeras y bolsones es impresentable. Pero, un detalle: en las elecciones legislativas de 2017, los muchachos y muchachas del PRO también repartían bolsones en Rosario. Cerremos el círculo: el problema es de la clase política, empresaria y sindical en general. Y de la Justicia.
Una pregunta para todos, incluso para el que escribe esta columna: el hecho de que haya tantos periodistas en las listas o que cocineros, músicos, actores, ex futbolistas ya sean dirigentes, ¿es para mejor o un aporte a la decadencia general?
Hay encuestas. Miles. Casi ninguna coincide con otra. ¿La da vuelta el Frente de Todos? ¿Hizo algo Juntos por el Cambio para mantener los valores? ¿Alguna tercera fuerza fue capaz de decir «es nuestro momento»? Después de las elecciones los viejos profetas del mal eterno intentarán volver a hacer de las suyas. Que el dólar se escape al cielo y que el precio de las cosas no le vayan en saga.
Después de la caída
La derrota que sufrirá el peronismo en los distritos más importantes le hará replantear todo. ¿Cristina se pondrá en fase cheta como en la campaña para el 2011 o exaltará el “vamos por todo” que vomitó en Rosario después de haber ganado las elecciones? ¿O ya esos tiempos pasaron y la nada es lo que mejor le cabe al Frente de Todos? ¿O hay algo más parecido a la nada que este gobierno?
¿Qué dice la republicana Carrió sobre el valiente ataque de Macri a un micrófono de C5N. Qué valiente es el presidente que tuvimos. La única esperanza de que el Frente de Todos no pierda en 2023 se llama Macri. Fue un desastre como presidente y es un desastre como opositor. Pero es el jefe del PRO. Rodríguez Larreta está en la jaula porteña, y ya dicen algunos: demasiados porteños para un país tan federal.
Un país extraño
Fíjese el lector que en Argentina hasta los outsiders políticos son truchos. Javier Millei no sabe cómo hacer para llegar hasta e final de la campaña, se quedó sin discurso faltando varias vueltas. Espert parece el candidato eterno. Figurativamente, tiene más presencia en los estudios de televisión que votos.
Afortunadamente, en Santa Fe no tenemos esos especímenes. La novedad viene por los periodistas-candidatos. Si debatieran, sería genial. Ninguno de los problemas que Santa Fe arrastra desde el 2012 con la inseguridad fueron solucionados. Es la máxima expresión del fracaso colectivo. Aníbal Fernández les tomó el pelo a todos los santafesinos y ninguno de nuestros representantes saltó a defender a Rosario. O capaz que creen que con 120 gendarmes por turno en toda la provincia alcanzaba para mejorar la seguridad.
A nadie que no sea de Rosario, le importa Rosario. El gabinete nacional está compuesto casi íntegramente por porteños y bonaerenses. Las movilizaciones deberían hacer que les importe. Y habrá más movilizaciones. Debe llegar el momento en que los rosarinos recuperen la calidad de vida perdida entre balaceras, robos, asesinatos.
Eso es lo que tienen que hacer lo candidatos: ponerse a estudiar para saber cómo ayudar a hacerlo. Mientras no pase, los ciudadanos los verán pasar como si se tratara de personajes, sin expectativas.
Al menos, cuando fue la marcha en el Monumento por el asesinato impune de Joaquín, la mediática Viviana Canosa lloraba y decía: “Viva Rosario”. La bizarría a full.
Es lo que hay.