Vino al mundo en 1965 en la región de Gallacio (Somalia) dentro de una familia nómada musulmana. "Nací en el desierto de Somalia, no sé la edad que tengo. En el desierto no hay papeles", explicó en una entrevista Waris Dirie.
Por Estela Parodi
Vino al mundo en 1965 en la región de Gallacio (Somalia) dentro de una familia nómada musulmana. "Nací en el desierto de Somalia, no sé la edad que tengo. En el desierto no hay papeles", explicó en una entrevista Waris Dirie.
Fue mutilada genitalmente a los cinco años y a los trece se concertó su boda con un hombre de 60 años. Entonces escapó a Mogadiscio (capital de Somalia) a vivir con su hermana hasta que partió a Londres (1982) para servir en la casa de un tío, embajador de Somalia.
Cuando él abandonó Inglaterra, Waris fue a parar a la calle. Se mantuvo haciendo la limpieza de un comercio de comida rápida norteamericana. El fotógrafo Terence Donovan la descubrió casualmente y la fotografió junto a Naomí Campbell (por entonces desconocida), para el calendario Pirelli (1987). Pronto apareció en la portada de Vogue como la primera modelo de color. Su carrera no cesó. La eligieron prestigiosas marcas, modeló en Europa y Estados Unidos y en 1987 trabajó en Alta Tensión, película de James Bond.
En 1995, la BBC produjo el documental Una nómada en Nueva York con su biografía, aunque recién en 1997, en un diálogo con la revista Marie Claire, Waris declaró : "Una madre, donde yo nací, se preocupa de que su hija sea virgen y por eso la mía a los cinco años me llevó a la ablación. Mi hermana murió desangrada y yo desde ese momento supe que nada podría destruirme. Sólo Dios", expuso. Fue calificada como embajadora especial de la ONU contra la MGF (Mutilación Genital Femenina). Por esos tiempos conoció a Dana, un baterista con quien vivió y tuvo un hijo, Aleeke.
En 1998, exponiendo las consecuencias que acarrea la MGF, publicó el libro Flor del Desierto, traducción de su propio nombre. Pasó de modelo a transformarse en un enérgico ícono contra esta aberrante práctica. En 1998, el gobierno alemán le otorgó el premio Africa por su labor por los derechos de la mujer africana.
Amanecer en el desierto (2001) recibió el Corine Award por ser uno de los libros más vendidos en el 2002. Ese mismo año creó la Waris Dirie Foundation (Viena), para recaudar fondos para víctimas de la MGF. Tras una exhaustiva investigación en comunidades de frica, lanzó Niñas del Desierto (2005) aunque su éxito literario no le preocupó más que como promoción de una campaña europea contra la MGF. En el 2007 apareció su conmovedor libro: Cartas a mi madre.
"Este es mi libro más intimista. Hay heridas que tardan en cicatrizar. El deseo de ver a mi madre de nuevo u olvidarla, fue intenso", aseguró.
Cuando se abrió la Conferencia Internacional sobre la MGF (Nairobi), Waris dio a conocer el Manifiesto Waris Dirie. A través de sus proclamas,y de una reunión (2006) con los ministros de la Unión Europea logró insertar el tema en la Agenda con importancia internacional para elaborar medidas en pro de la erradicación de la mutilación genital.
En una continua lucha por lo que había sido su propio sufrimiento, comenzó una nueva campaña en el 2007 junto a Scotland Yard y la BBC (Inglaterra). Fue condecorada por Francia y Suiza e invitada a varios programas televisivos. Entre ellos, habló en la cadena árabe Al Jazeera para una audiencia de más de 100 millones de espectadores sobre una cuestión ríspida en esos países de estrictas tradiciones religiosas.
"Cuando empecé a hablar sobre la ablación en Estados Unidos me sentí muy culpable porque estaba criticando la cultura de mi familia amada.", dijo.
Poco después, comenzó el rodaje de Flor del Desierto, coproducida por Peter Hermmann y ella.
En el 2009 fue una de las fundadoras de la Fundación PPR para la dignidad y derechos de las mujeres, abocada a recolectar dinero para escuelas y clínicas de Somalía. Dijo en una oportunidad, "La única hermosura que valoro es la del alma." Sin duda lo cree. Podría haberse olvidado de la MGF y haberse abocado, dada su belleza y éxito, a la moda y el cine. Sin embargo, dedica su vida a dos pasiones: su hijo y el derecho de la mujer a no ser mutilada.
Después de 22 años se reencontró con su familia en una vivencia emocionante. Contó que atravesando el desierto intentó detenerse para recoger a una señora caminando con sus pies ensangrentados. El chofer respondió: "No te preocupes, sólo es una mujer".
Actualmente vive en Viena.