La cámara de videovigilancia que grabó el ataque incendiario a la sede de la obra social de Empleados de Comercio, ocurrido el lunes a la tarde en Corrientes al 400, no sólo registró los movimientos de los agresores, sino que también exhibió el nivel de impunidad con que actuaron.
Lo hicieron a plena luz del día y ante la mirada atónita de varias personas que pasaban por el lugar, entre ellas una mujer a la que se la ve junto a un empleado de la proveeduría de Empleados de Comercio, empujando un changuito por calle Corrientes.
Al pasar frente a la obra social, la mujer se da vuelta porque alcanza a advertir algo irregular con dos muchachos, que luciendo barbijos (uno con gorra y otro con lentes oscuros), se ubican frente al local, cerrado a esa hora, pero que enseguida derraman combustible y sin perder tiempo prenden fuego. Hasta uno de ellos alcanza a grabar su propio video.
Molotov en Empleados de Comercio.mp4
En el instante en que se produce la llamarada, los delincuentes huyen a pie a toda velocidad, cruzando Corrientes en dirección a Tucumán hasta que salen del foco de la cámara.
Con barbijo
El primer ataque se registró en la sede de la Obra Social de Empleados de Comercio y Actividades Civiles (Osecac) sobre las 19.30 del lunes. La cámara de vigilancia del ingreso a la obra social de Corrientes 436 registró cuando, aún con luz de día, dos jóvenes se acercaron caminando desde la calle sin correr ni agitarse. Ambos vestían bermudas, zapatillas, remeras blancas con inscripciones y barbijos. Uno llevaba gorra y el otro lentes oscuros.
El más alto se acercó a la reja con una botella entre las manos. En la imagen se advierte que ese movimiento inusual llamó la atención de una clienta de la proveeduría de Empleados de Comercio que justo pasaba caminando, acompañada por un empleado del súper que empujaba el chango con las compras. En ese momento el más alto de los atacantes se acercó a la reja de entrada y comenzó a arrojar un líquido inflamable hacia el palier de entrada del local, ya con la persiana baja, mientras el otro filmaba la secuencia con un celular.
Enseguida, alentado por su cómplice, el joven que filmaba prendió fuego algo que sería un trapo y lo arrojó al piso, lo que ocasionó una explosión inmediata. Con las llamas alcanzándoles los talones los atacantes cruzaron corriendo la calle y siguieron a pie en dirección a Tucumán hasta salir del foco de la cámara, mientras en el local el fuego trepaba hasta el techo. Segundos después, empleados del súper lindero extinguieron el incendio con matafuegos.
Minutos más tarde hubo un atentado similar en la sede de Urgara de San Lorenzo 2067, a unas diez cuadras del primer ataque. Según indicaron los vecinos, el atacante bajó de un auto rojo, tiró nafta y arrojó una bomba molotov contra el portón de ingreso, lo que causó algunos daños pero no hubo heridos ya que el local estaba vacío desde que había cerrado, alrededor de las 17.
Los ataques tuvieron como contexto el conflicto laboral en Terminal Puerto Rosario, donde ayer se produjo una represión policial a manifestantes que realizaban una medida de fuerza en la zona de Circunvalación y 27 de Febrero por los despidos de cinco empleados. De todos modos, se desconocen los trasfondos de los atentados.
La investigación de los ataques quedó en manos de la fiscal Verónica Ballari, quien ordenó preservar las escenas, convocar a Bomberos Zapadores para que se realicen las pericias de rutina, solicitó croquis y relevamientos de cámaras de vigilancia y además le dio intervención al gabinete criminalístico de la Agencia de Investigación Criminal (AIC).
Sin sospechas
En medio de la conmoción, las autoridades de Empleados de Comercio dijeron que “no hubo amenazas previas” al ataque perpetrado en el edificio donde funcionan la obra social y el Centro Médico Asistencial de la Asociación Empleados de Comercio.
Es la tercera vez que la sede de Osecac sufre un atentado. La primera fue en septiembre de 2021, cuando balearon el frente, y la segunda fue a principios de enero cuando sufrieron otro ataque con una bomba incendiaria de fabricación casera.
Silvana Crocci, prosecretaria del sindicato de los trabajadores mercantiles, dijo que no tenían ninguna sospecha sobre el motivo del incidente. “Cerca de las 20 venían dos personas caminando y tiraron una botella de gaseosa con nafta encendida. La obra social ya estaba cerrada. Es un edificio lindero a la sede de nuestro gremio. Los autores cometieron ese hecho y se fueron caminando por calle Tucumán. De inmediato hicimos la denuncia y entendemos que la Fiscalía pedirá otras cámaras de la zona, además de las nuestras”, indicó.
En declaraciones a LT8 Crocci aseguró que no tenía “ninguna sospecha” sobre las motivaciones del ataque: “Todos conocen en Rosario lo que es el sindicato de empleados de comercio y la obra social. Tenemos un tránsito de personas, con excepción de enero que es época de vacaciones, de 8 mil personas por día en base a los servicios que damos, es decir comedor, farmacia, proveeduría, etcétera”, detalló.
“Nuestra organización está abierta a la comunidad. Y con los 30 mil afiliados que tenemos, no es una organización de puertas cerradas, al contrario. No recibimos amenazas. Como organización sindical no tenemos mucho más para decir. Anoche (por el lunes) nos enteramos de que hubo un ataque en San Lorenzo al 2000 donde hay una obra social de portuarios, pero no hay ninguna relación o motivo para esto. No encontramos ninguna razón para que esto ocurra”, añadió ante las especulaciones acerca de que los dos hechos puedan estar relacionados.