Con un espectacular show de fuegos artificiales que se vio desde varios kilómetros y retumbó en las inmediaciones como un bombardeo, terminó hoy la caravana náutica con la que el municipio recibió el 2008.
Con un espectacular show de fuegos artificiales que se vio desde varios kilómetros y retumbó en las inmediaciones como un bombardeo, terminó hoy la caravana náutica con la que el municipio recibió el 2008.
"Mis deseos serán dos: voy a pedir por mis cuatro hijos y el futuro de la ciudad, sobre todo de los sectores que aún están postergados". Con este anhelo, el intendente Miguel Lifschitz se sumó a la Caravana Náutica con la que la Municipalidad recibe el 2008, y a la que la gente espera en el Monumento a la Bandera para ver un show de fuegos artificiales.
Para esto, Lifschitz fue a la zona de Costa Alta, vestido de riguroso blanco, como era la consigna, y acompañado entre otros del ministro de Gobierno de la provicia, Antonio Bonfatti, y los secretarios locales de Gobierno, Horacio Ghirardi, y de Cultura, Fernando Farina.
En el Monumento, todo estaba previsto para que a las 22 hubiera un espectáculo de fuegos de artificio, que no se demoró, pese a que la caravana arrancó bastante después de lo previsto. Durante diez minutos, los fuegos iluminaron el cielo y el estruendo sacudió a varias cuadras a la redonda.
"Cuando yo inicié mi gestión hubo un lanzamiento de fuegos artificiales en la zona de los silos Davis. Después hubo algunos problemas que generaron dificultades, recuerdo la tragedia de Cromañón, después sufrimos el granizo cerca de fin de 2006, pero esta vez consideramos que era propicio poder empezar así el año, en este lugar tan importante para los rosarinos y los argentinos como el Monumento. Los fuegos con una excusa para que podamos encontrarnos y generar una expectativa en este nuevo año que estamos esperando", manifestó Lifschitz antes de partir con la caravana.
El intendente reveló que sus deseos serán dos: uno tendrá que ver con sus cuatro hijos, y el otro que con la ciudad. "Que tengamos un 2008 de paz y de construcción de esperanzas, ilusiones, futuro, que sea un año positivo para Rosario y para su gente. Espero que 2008 nos brinde esta posibilidad", dijo.
Además, recordó que es un momento muy bueno para la ciudad y confesó que es necesario "poner ahora un esfuerzo en los sectores que todavía están postergados". Y aunque no quizó fijar prioridades, dijo que uno de los temas más importantes tiene que ver con el problema de la vivienda. "Lo hemos hablado con el gobernador Binner, queremos trabajar en el tema del hátitat con el sector de la sociedad que menos ha recibido del beneficio económico".